Daniel Loayza Herrera
Cuando
Manuel Paz y Miño me invitó a presentar su libro, sentí un profundo
beneplácito. Creo que esta obra encierra un notable esfuerzo por pensar el Perú
en un momento en que nuestro país necesita ser repensado a la luz de los
problemas contemporáneos.
Los
intentos más significativos por pensar el Perú se remontan al siglo XX. La obra
de Mariátegui, Los siete ensayos de
interpretación de la realidad peruana, constituye un clásico infaltable en
cualquier biblioteca peruana o peruanista. Sin embargo, también ha habido otros
aportes relevantes, como el de Víctor Andrés Belaúnde con La realidad nacional. Y aunque El
antiimperialismo y el APRA no tuvo el propósito de ofrecer una
interpretación integral de la realidad peruana, representa igualmente un
intento, en este caso de Haya de la Torre, por responder a la pregunta sobre
qué es el Perú. De manera más reciente, desde una perspectiva liberal, Hernando
de Soto, con El otro sendero, también
busca responder esa pregunta a partir de los inicios de la década de 1980,
tomando como eje el fenómeno de la informalidad.
No
obstante, en el siglo XXI —pese a la abundante producción bibliográfica de los
últimos años— no hemos presenciado un esfuerzo integral por responder a la
pregunta esencial: ¿qué es el Perú? En este sentido, la tarea emprendida por
Manuel Paz y Miño resulta especialmente desafiante para cualquier intelectual
peruano.
El
libro se estructura en cuatro partes fundamentales. La primera aborda nuestra
herencia histórica; la segunda, los desafíos planteados por la pandemia de la
COVID-19; la tercera, los problemas aún no resueltos en el Perú actual; y la
cuarta, una reflexión prospectiva sobre cómo deberíamos enfrentar el futuro
inmediato.
Debo
destacar, ante todo, el rigor de Paz y Miño en el manejo de la información. Su
atención al dato preciso y al detalle le permite sostener una reflexión
filosófica sin perder de vista el contexto concreto: el Perú. La obra está
sustentada en estadísticas y referencias puntuales —como el lugar que ocupa el
país en la producción mundial de papa o cobre, o el nivel de desempleo actual—,
lo cual refuerza el vínculo entre pensamiento abstracto y realidad empírica.
Esa
preocupación por vincular la reflexión con lo concreto revela una vocación
orteguiana: “yo soy yo y mis circunstancias”. Paz y Miño piensa el Perú desde
las circunstancias que vive el país, pero también desde su propia experiencia
vital. Su obra tiene, en este sentido, un claro talante ensayístico, que
recuerda la influencia de Mariátegui, particularmente en los primeros ensayos
de Los siete ensayos, donde se
examinan la evolución del Perú, el problema del indio y el problema de la
tierra. Aunque los problemas del siglo XXI son distintos, Paz y Miño parte de
una concepción semejante: comprender el Perú desde su devenir histórico.
El
autor formula la gran pregunta, pero evita ofrecer una respuesta cerrada. Su
propósito no es darnos una fórmula ni un canon, sino invitarnos a reflexionar
junto con él. No se trata de una obra política que proponga soluciones
concretas, sino de una invitación a pensar críticamente los problemas peruanos
contemporáneos: la marginación, el racismo, el desempleo, la falta de
industrialización y la ausencia de una clase dirigente capaz de orientar al
país hacia el progreso y el desarrollo.
Por
ello, el mérito principal del libro reside en su capacidad para agitar la
conciencia, provocar el diálogo y estimular la reflexión. Paz y Miño, con una
orientación pedagógica claramente constructivista, rehúye las respuestas
definitivas para, en cambio, suscitar la búsqueda personal y colectiva.
A
lo largo de la obra, el autor no se adscribe a una corriente filosófica
específica. Su acercamiento parece más bien fenomenológico: parte de la
realidad concreta para elevarse a la reflexión, evitando forzar la realidad
dentro de un marco teórico previo. En este punto, vuelve a resonar Mariátegui
con su célebre afirmación: “el socialismo en el Perú no ha de ser calco ni
copia, sino creación heroica”. Es decir, no debemos encajar la realidad dentro
de una teoría, sino comprenderla en su propio dinamismo para, desde ahí,
encontrar el camino que nos permita responder —aún sin clausurarla— a la gran
pregunta: ¿qué es el Perú?
(Texto leído el 8 de agosto de 2025, durante la presentación del libro en el XX Congreso Nacional de Filosofía, organizado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú).

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