domingo, 8 de diciembre de 2019

DEFINICIÓN DEL TIEMPO.


CRÍTICA A SU COSIFICACIÓN EN LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD
Marino Llanos Villajuán
Departamento de Filosofía
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM)
Correo-e: marinollanos@live.com


RESUMEN
En este ensayo, en primer lugar, defino el concepto de tiempo, respondiendo de esa manera a la pregunta que San Agustín dejó pendiente y, que Newton y Einstein no pudieron definirlo, sino simplemente lo intuyeron y lo usaron, como asimismo, Stephen Hawking tampoco lo pudo definir. Defino al tiempo como medida de la duración de fenómenos, cambios, procesos, movimientos, etc. En segundo lugar, en base a esta definición, hago un análisis y una crítica conceptual y lógica a la cosificación y ambigüedad de los conceptos de tiempo, espacio-tiempo y continuo del espacio-tiempo de la teoría de la relatividad, terminando con una crítica a la exageración del alcance de estos conceptos y una precisión al sentido y la posibilidad del “viaje en el tiempo”.
Palabras claves: tiempo, duración, cambio, proceso, movimiento

ABSTRACT
In this essay, firstly I define the concept of time responding in that way to the question that Saint Augustine left pending, and Newton and Einstein could not define it but simply intuited it and used it, and likewise Stephen Hawking could not define it either. I define time as a measurement of the duration of phenomena, changes, processes, movements, etc. Secondly, on a basis of that definition, I made both a conceptual and logical analysis and a criticism to the reification and ambiguity of concepts of time, space-time, and the continuum space-time of the theory of relativity, ending with a criticism to the exaggeration of the scope of those concepts and a precision of the sense and possibility of “time travel”.
Keywords: time, duration, change, process, movement

I.   DEFINICIÓN DEL TIEMPO
1. PROBLEMA E HIPÓTESIS
Problema: ¿Cuál es la naturaleza del tiempo?  ¿Qué es el tiempo?
Hipótesis:
H1 El tiempo es una medida convencional, como el metro, el litro, el kilogramo, etc.
En consecuencia:
H2 El tiempo no es una magnitud física como el espacio y la materia.
H3 El tiempo no existe en la realidad

2. ORIGEN HISTÓRICO Y CONVENCIONAL DEL TIEMPO
Históricamente, el origen del tiempo, como sistema de medida, proviene de Sumeria, hace aproximadamente 3,500 años antes de Cristo o a. C., de donde pasó a Egipto, de ahí a Grecia y Roma. Este sistema de medida se conoce como calendario.
Los primeros calendarios de las civilizaciones antiguas estaban basados en los fases y ciclos lunares para establecer las semanas, los meses y el año. La Luna tiene cuatro fases: luna nueva – luna creciente – luna llena – luna menguante – luna nueva. Cada fase dura siete días, de ahí sale la semana, las cuatro fases constituyen un ciclo, de ahí sale el mes.
Pero no se sabía exactamente cuánto duraba el año, para algunos, como en el calendario romano (de Numa Pompilio), el año tenía solo 10 meses y duraba solo 304 días, según otros, el año consistía de 12 ciclos lunares, pero como el ciclo lunar dura 29 días y medio, redondeando, 30 días, el año solo tenía 360 días y, así, no cuadraba con la duración correcta del año solar de 365 días basado en la rotación de la Tierra alrededor del Sol. Se dice que el primer calendario solar fue el egipcio que, 3,000 años a. C., cuyo año duraba 365 días. Este hecho resulta sorprendente porque presupone la hipótesis heliocéntrica, que fue planteada históricamente por primera vez por Aristarco de Samos recién después 300 años a. C. en Grecia y, luego después de muchos siglos en 1,516 por Nicolás Copérnico. El calendario juliano (de Julio César) en el año 46 a. C. adoptó el calendario solar, pero aún tenía algunos defectos, como, por ejemplo, el hecho que como el año dura 365 días y 6 horas y cada cuatro años esas 6 horas se convierten en un día más, hasta que en el año 1,586 con el calendario gregoriano (del Papa Gregorio XIII) que rige hasta ahora, se estableció el año bisiesto.
Ahora veamos, brevemente, por qué el tiempo así establecido históricamente es convencional y relativo. Es convencional, porque el hombre, en tanto, habitante del planeta Tierra ha establecido, por convención, el día en base a la rotación de la Tierra sobre su eje que dura 24 horas, la semana en base a la duración de 7 días de las fases de la Luna, el mes en base a la duración de 30 días de los ciclos de Luna y, el año en base a la rotación de la Tierra alrededor del Sol que dura 365 días. Pero no solamente es convencional, sino en parte, es hasta totalmente arbitrario, por ejemplo, la división del día en 24 horas, la hora en 60 minutos y el minuto en 60 segundos. El día pudo haberse dividido en más horas o menos horas, la hora en más minutos (por ejemplo, en 100 minutos) o en menos minutos (por ejemplo, en 50 minutos), asimismo, el segundo. Es relativo, porque el tiempo así establecido tiene una validez solo para el hombre, es solo tiempo terrícola, porque el día está basado en la duración del movimiento de rotación de la Tierra sobre su eje, el año en la duración del movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol y, la duración de la rotación de los otros planetas sobre sus ejes y la duración de su traslación alrededor de sus respectivos soles o las demás estrellas en el resto del Universo no son iguales. Así, por ejemplo, si fuéramos jupiterianos, nuestro día solo duraría 10 horas, nuestro año duraría 11 años, si fuéramos saturnianos, nuestro día también duraría solo 10 horas, pero nuestro año duraría 29 años y, si fuéramos venusianos, nuestro día duraría ¡243 días y nuestro año duraría menos, 225 días!, etc. Es en este sentido, en que el tiempo es realmente relativo en el Universo.
¿Cuál es la diferencia entre el calendario gregoriano, como sistema de medida de tiempo consistente en la duración del año en 365 días (366 días cada cuatro años), del mes en 30 y 31 días, de la semana en 7 días, del día en 24 horas, de la hora en 60 minutos y del minuto en 60 segundos, con el sistema de medida de tiempo que usa la ciencia, en particular, la física? Pues, ninguna, es exactamente el mismo. Aquí, la pregunta fundamental es: ¿por qué entonces se olvidaron del origen histórico del tiempo y de su condición de sistema o constructo meramente convencional y hasta arbitrario como el metro, el litro, el gramo, etc., y terminaron cosificándolo y dándole el estatuto ontológico de una dimensión física como el espacio y la materia, con sus consecuencias negativas para la transparencia y claridad en el desarrollo de la investigación, como demostraremos más adelante? Los físicos y los científicos, en general, lo único que han hecho es:
1.            Establecer los submúltiplos del segundo: milisegundo, microsegundo, nonasegundo, picosegundo, femtosegundo, attosegundo, zeptosegundo y yoctosegundo, para medir las duraciones muy breves de ciertos fenómenos en la física de partículas y física cuántica.
2.            Construir relojes cada vez más exactos, como, por ejemplo, el reloj atómico.
3.            Descubrir métodos y técnicas para medir la edad de la Tierra, el Sol, la Vía Láctea y hasta del mismo Universo.

3. DEFINICIÓN DEL TIEMPO
El tiempo es un concepto fundamental, cuyo sentido y significación intuitivo parece suficiente para su uso en todas las ciencias fácticas, incluyendo la física, excepto en la teoría de la relatividad, donde la necesidad de su definición es urgente, por cuanto, su simple sentido y significado intuitivo y sobreentendido ya no es suficiente, ya que no es claro ni mucho menos preciso, connotativa ni denotativamente, porque no sabemos qué significa ni qué denota, si es que denota algo, o es que no denota nada.
Históricamente, sobre el tiempo, desde que San Agustín, por allá, por los años 354 – 430 d. C., formuló su famosa pregunta y su auto respuesta negativa en su obra La Ciudad de Dios, 1,300 años después, Immanuel Kant, en su Crítica de la Razón Pura, dio su concepción metafísica, como condición a priori para todo conocimiento fáctico, válida únicamente para la gnoseología pero no para la ciencia ni la epistemología y, un poco antes, en 1,687, Isaac Newton, en sus Philosophiae Naturalis y Principia Mathematica, simplemente lo caracterizó como absoluto, posteriormente, en el siglo XX, Albert Einstein, en su Teoría Especial de la Relatividad, asimismo, simplemente lo caracterizó como relativo, pero no lo definió; finalmente, hasta que Stephen Hawking, autor de varios artículos y el libro Historia del tiempo, simplemente hizo algunos rodeos y especulaciones y terminó diciendo: “Hasta ahora no sabemos cuál es la naturaleza del tiempo”. Entonces, nadie ha podido definir qué es el tiempo, es decir, nadie ha podido responder la pregunta: “¿Qué es el tiempo?”, y así, develar su naturaleza y su estatus ontológico.
Como una aproximación, ostensivamente, podemos decir que:
El tiempo es un sistema de unidades de medida de duración: año, mes, semana, día, hora, minuto, segundo, etc.
Este es el tiempo, hablando con propiedad, no hay ninguna otra cosa que se llame tiempo, un sistema de unidades de medida de duración, que sirve para medir la duración de cualquier cambio, proceso o fenómeno pasado, presente o futuro o, para determinar el momento en que ocurre cualquier suceso en el Universo.
Ahora, la definición del tiempo ya es muy breve y sencilla:
EL TIEMPO ES LA MEDIDA DE LA DURACIÓN DEL CAMBIO, PROCESO, FENÓMENO, MOVIMIENTO, ETC.
En esta definición el término primitivo principal es la duración. Así, en la práctica, las preguntas usuales que normalmente se suelen hacer sobre el tiempo son:
¿Cuánto dura? Por ejemplo, el tiempo promedio de la desintegración de algún metal radioactivo inestable.
¿Cuánto duró? Por ejemplo, la última edad de hielo en la Tierra.
¿Cuánto durará? Por ejemplo, el Sol en su estado actual, antes de consumir todo su combustible explotar y convertirse en una gigante roja.
Esta definición del tiempo descansa sobre los siguientes presupuestos fundamentales:
1.            Un sistema convencional de unidades de medida del tiempo.
2.            Un instrumento para hacer la medición, por un ejemplo, un reloj o algún método o técnica.
3.            Un sujeto inteligente, por ejemplo, el hombre, quien hace la medición.
4.            Un cambio, proceso, fenómeno o movimiento, cuya duración se mide.

¿Por qué estos elementos constituyen condiciones necesarias para que exista el tiempo? Porque el tiempo, en tanto, conocimiento de la medida de la duración, existe si y solo si existe:
1.            Un sistema de unidades de medida del tiempo: año, día, hora, minuto, segundo, etc.
2.            Un instrumento o aparato para hacer la medición, por ejemplo, el reloj o, algún método o técnica, como el carbono 14.
3.            Algún individuo inteligente, por ejemplo, el hombre, para que haga la medición.
4.            Cambios, procesos, fenómenos o movimientos, cuyas duraciones se mide.
En consecuencia, si no existiera un sistema de medida de tiempo, un instrumento o un método para hacer la medición, y un sujeto inteligente como el hombre para que haga la medición, entonces no existiría el tiempo, porque no habría con qué y cómo medir y quién mida y conozca la duración de ningún cambio, proceso o movimiento, quedaría únicamente la realidad muda y desconocida de la materia y el espacio en el Universo.
Ahora ya podemos responder de una vez por todas a la pregunta: ¿Cuál es la naturaleza o el estatus ontológico del tiempo?:

El tiempo, como toda medida, como el metro, el litro, el gramo, etc., es de naturaleza o estatus ontológico cultural e instrumental, porque es una cosa creada por el hombre.

En consecuencia, el tiempo no tiene la naturaleza o el estatus ontológico del espacio y la materia, que son magnitudes físicas naturales. El tiempo no existe en la realidad.
Entonces, ¿por qué Newton y Einstein cosificaron el tiempo confiriéndole el mismo estatus ontológico natural real y objetivo del espacio y la materia? La concepción y percepción popular tan arraigada en todos los pueblos desde la antigüedad es la idea de que el tiempo es alguna cosa que existe fuera en la realidad en forma objetiva e independiente como la materia y el espacio. Newton y Einstein simplemente fueron víctimas de esa creencia popular.
Un desafío para los físicos fanáticos y recios seguidores de Newton y Einstein es: si el tiempo es una magnitud física natural y real como el espacio y la materia, ¿cómo y con qué se mide?, ¿es perceptible directa o indirectamente?, ¿cómo se detecta su existencia física?
Se debe advertir que en la práctica, el tiempo en la física siempre ha sido usado solo como una medida –como el metro, el litro, el gramo, etc.– aunque de ello no se hayan dado cuenta los físicos. En particular, se debe advertir que el uso de esta nueva concepción y definición del tiempo no afecta en absoluto la validez de las hipótesis ya confirmadas de la teoría de la relatividad, porque las cuestiones de hecho no están sujetas a discusión.
Obviamente, es muy probable que habrá mucha resistencia de los físicos a aceptar esta nueva concepción y definición del tiempo y reemplazar su viejo paradigma y creencia ancestralmente arraigada.
Se espera que los físicos teóricos haciendo un uso metodológico de un poco de filosofía analítica y usando la Navaja de Occam hagan una poda y una limpieza de la concepción cosificada del tiempo y, en particular, de la teoría de la relatividad, que ha inducido a los físicos a creer en fantasías y ficciones y cubrir con una niebla de misterio la física.

II. LA COSIFICACIÓN DEL TIEMPO EN LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD
INTRODUCCIÓN
El propósito de esta segunda parte es intentar hacer una aclaración y precisión de algunos conceptos poco claros y ambiguos de la teoría de la relatividad a través de un análisis y una crítica conceptual y lógica.
En primer lugar, a partir de la concepción y definición del tiempo como medida, demostré que el tiempo no existe en la realidad como una entidad física junto a la materia y el espacio. En segundo lugar, como consecuencia lógica de esta tesis, demostraré que la tesis que sostiene que el tiempo es relativo es una tesis no solo falsa sino un sinsentido porque parte de una confusión entre cuestiones de hecho y cuestiones de interpretación. Así, parte de la confusión de la relatividad de la simultaneidad, que es un hecho, con la supuesta relatividad del tiempo; de la ralentización del reloj que viaja en móviles a alta velocidad, que es un hecho, con la ralentización del tiempo, que es un supuesto; de la ralentización del reloj en los astros de alta gravedad, que es un hecho, con la ralentización del tiempo, que asimismo, es un mero supuesto. En tercer lugar, demostraré que el espacio-tiempo no tiene existencia física en la realidad, que no es una cosa, sino simplemente un método, una técnica, un modelo matemático que sirve para ubicar, describir y conocer dónde y cuándo ocurrió, ocurre u ocurrirá un suceso en el Universo.
Finalmente, se debe advertir que la adopción de la concepción y definición del tiempo como medida en sustitución de la concepción cosificada del tiempo en la física, no va afectar en absoluto el uso práctico del concepto de tiempo que los físicos siempre han hecho. En particular, en la teoría especial de la relatividad, en primer lugar, sus dos principios fundamentales quedan totalmente inafectos; en segundo lugar, sus hipótesis empíricamente ya confirmadas siguen siendo totalmente válidas, porque las cuestiones de hecho no están sujetas a discusión.
En cuarto lugar, aclararé y precisaré el sentido del supuesto “viaje en el tiempo” y, demostraré que es imposible no solo tecnológica sino hasta teóricamente, porque es imposible que una nave espacial pueda alcanzar el 99% o el 99.99% de la velocidad de la luz, ya que recién a esa velocidad se produce ostensiblemente el fenómeno de la dilatación del tiempo, condición necesaria para el viaje del astronauta a su futuro. En consecuencia, el viaje en el tiempo, las máquinas del tiempo, la paradoja de los gemelos, etc., no son otra cosa que pura metáfora y fantasía, propio de la literatura de ciencia ficción

PROBLEMAS
P1 ¿Es relativo el tiempo?
P2 ¿Qué es relativo: la simultaneidad o el tiempo?
P3 ¿Existe el fenómeno llamado “dilatación del tiempo”? ¿Ralentización
      del reloj o ralentización del tiempo?
P4 ¿En los astros de alta gravedad se ralentiza el reloj o el tiempo?
P5 ¿Qué es el espacio-tiempo? ¿Existe en la realidad?

HIPÓTESIS
H1   El tiempo no es relativo, porque el tiempo no existe. Lo relativo es la medida
        del tiempo de duración o el registro del instante de la ocurrencia de algún
        suceso.
H2   Lo relativo es la simultaneidad y no el tiempo
H3   No existe el fenómeno llamado “dilatación del tiempo”, lo que existe es el
        fenómeno de la ralentización del reloj.
H4   En los astros de alta gravedad lo que se ralentiza como una cuestión de
       hecho es el reloj, la creencia de que se ralentiza el tiempo es un simple
       supuesto infundado.
H5   El espacio-tiempo es simplemente un constructo, un modelo matemático,
        un método, por lo tanto, no existe en la realidad ninguna entidad física que
        se llama espacio-tiempo.

1. ¿ES RELATIVO EL TIEMPO?  ¿TIENE SENTIDO ESTA PREGUNTA?
Hemos definido el tiempo como un sistema convencional de unidades de medida de la duración, siendo sus unidades de medida fundamentales el día y el año, el día basado en la duración de la rotación de la Tierra sobre su eje y el año en la duración de la rotación de la Tierra alrededor del Sol. Vimos que este sistema de medida es válido únicamente para el planeta Tierra y no es válido para el resto de los planetas del Universo, por cuanto la duración de la rotación de los demás planetas sobre sus ejes, así como la duración de la rotación alrededor de sus respectivos soles no son iguales, concluimos que el tiempo es relativo en este sentido, ya que el sistema de medida del tiempo es relativo a cada planeta. Por lo tanto, demostrar que el concepto de relatividad del tiempo de A. Einstein está equivocado, no tiene sentido.

2. ¿RELATIVIDAD DE LA SIMULTANEIDAD O RELATIVIDAD DEL TIEMPO?
Albert Einstein, a partir de un ejemplo de un experimento mental artificioso de una situación lógicamente posible pero realmente imposible, por estar basado en datos vagos de “un tren muy largo” y una “velocidad constante”, llegó a la conclusión de que el tiempo es relativo porque la simultaneidad es relativa. En lo que sigue, a partir de una situación real posible, libre de vaguedades, tomando en cuenta únicamente las condiciones esenciales, voy a demostrar que tanto el análisis y el razonamiento de Einstein para llegar a esa conclusión fueron incorrectas.
Supongamos que dos haces de luz A y B vienen del espacio e inciden a la vez en un de sistema coordenadas C1 donde hay un observador O1 y, luego, estos mismos haces de luz inciden uno después del otro en otro sistema de coordenadas C2 donde hay otro observador, O2. Entonces de estos dos hechos se infiere que:
1.  La incidencia de los dos haces de luz para el observador O1 es simultáneo y la incidencia de los mismos haces de luz para el observador O2 no es simultáneo
2.  A partir de esos dos hechos, generalizando, concluimos que la simultaneidad es relativa
Hasta aquí, de todo lo que se trata es de cuestiones de hecho. ¿Y el tiempo? ¿Cómo interviene el tiempo?  El tiempo no es una cuestión de hecho, el tiempo es una medida que interviene únicamente para registrar el momento de la incidencia simultánea y la incidencia sucesiva de los haces de luz y nada más, eso es todo.
Que la simultaneidad es relativa es un hecho, que el tiempo es relativo es solo una interpretación erróneamente inferida a partir de la confusión de la relatividad de la simultaneidad con una supuesta relatividad del tiempo, supuesta porque no existe ningún hecho o evidencia empírica que la respalde.

3.   EL PROBLEMA DEL SUPUESTO FENÓMENO DE LA DILATACIÓN DEL TIEMPO: ¿RALENTIZACIÓN DEL RELOJ O RALENTIZACIÓN DEL TIEMPO?
Se dice que si hipotéticamente una nave viajara al espacio llevando un reloj exactamente igual a otro que se encuentra en un centro de observación en la Tierra, a medida que la velocidad de la nave se aproximara a la velocidad de la luz las agujas del reloj de la nave vistos desde la Tierra se moverían cada vez con más y más lentitud, hasta detenerse totalmente –“congelarse”– si hipotéticamente la nave alcanzara la velocidad de la luz. A partir de este hecho hipotético, Einstein concluyó que el movimiento a altas velocidades cercanas a la de la luz afecta al tiempo y no al reloj: retrasándolo, dilatándolo, tal que, si llegara a igualar a la velocidad de la luz, el tiempo –asimismo, no el reloj– se detendría completamente, se congelaría, habría desaparecido el tiempo totalmente.
Aquí, mi hipótesis es que ha habido una burda confusión, se ha confundido el tiempo con el reloj. Por lo tanto, la hipótesis correcta es:
El movimiento a altas velocidades afecta al reloj retrasándolo más y más a medida que aumenta más y más la velocidad, a tal punto que, si teóricamente, alcanzara la velocidad de la luz, el reloj se detendría totalmente.
Ningún físico acepta esta hipótesis, todos, terca y obstinadamente creen que el que es afectado es el tiempo. Así dicen: “Pero la teoría de la relatividad especial considera que no es la “duración” la que se estira –en el sentido anterior–. Es el tiempo mismo, al nivel substancial y fundamental el que se dilata o se contrae”[1]. Pero yo ya he planteado el reto a los físicos, si creen que el tiempo es el que se estira o se contrae, pues demuestren que el tiempo existe como una entidad física en la realidad, independientemente del estiramiento o contracción de la materia. Por debajo de esta actitud dogmática claramente subyace la falacia de apelación a la autoridad y la falacia de apelación al pueblo, porque es como si dijeran: “Eso ya lo dijo Einstein”, “Todo el mundo cree que eso es así”,
etc. Yo voy a demostrar que todos están equivocados. Mi línea de análisis y argumentación es como sigue.
En este problema están en juego tres cosas: movimiento a alta velocidad,
reloj y tiempo. La cuestión es determinar: cuál es causa de cuál, cuál es efecto de cuál, o es que no hay ninguna relación causal entre ninguna de ellas. Hay cuatro alternativas lógicamente posibles:
(a)          El movimiento a altas velocidades afecta al reloj.
(b)          El movimiento a altas velocidades afecta al tiempo.
(c)          En el movimiento a altas velocidades el tiempo afecta al reloj
(d)          En el movimiento a altas velocidades el reloj afecta al tiempo
Antes de analizar, fundamentar y decidir cuál es la alternativa correcta y verdadera, voy a sentar algunos fundamentos a modo de premisas.
Hay una propiedad obvia de la materia que se puede enunciar informalmente como un principio, de una manera muy simple como sigue:
Lo físico solo afecta a lo físico (1)
Es decir, la materia interactúa solo con la materia, no puede interactuar con nada que no sea materia, por ejemplo, con ideas, conceptos, números, etc.
Por otra parte, ya antes hemos enunciado el criterio semántico para el uso con sentido y significado correcto del término tiempo: el término tiempo deberá usarse siempre solo como adjetivo y nunca como sustantivo, por cuanto, el término tiempo correctamente usado siempre se refiere solo a la medida de la duración de algún proceso, cambio, movimiento, etc., o al registro del momento en que ocurre algún suceso y, nunca a ninguna entidad de la realidad, porque no existe.
Ahora, usando como premisas estos fundamentos, se puede analizar y eliminar fácilmente a tres de las cuatro alternativas como sigue.
De las cuatro alternativas, la única alternativa correcta y verdadera es (a), por cuanto, es la única que describe y se refiere a un fenómeno observable y verificable, como inconsecuentemente algunos investigadores reconocen:
Como ya se explicará previamente, la velocidad relativa entre el reloj del receptor y los relojes de los satélites, produce un efecto previsto por la relatividad especial (RE) que hace que los relojes de los satélites se atrasen respecto del
reloj del receptor (o que disminuya su frecuencia)[2].
Y, además, está plenamente de acuerdo con el principio (1). En cambio, las otras tres son sinsentidos y falsos, tal como se demuestra, como sigue.
(b) Esta alternativa es falsa por las siguientes razones. Primero, porque viola el principio (1), a menos que los físicos demuestren que el tiempo es una entidad física; segundo, porque viola el criterio semántico para el uso correcto del término tiempo, ya que se está usando como sustantivo, lo cual no tiene sentido; tercero, porque no tiene sentido que lo medido afecte a la medida. Así, por ejemplo, que la longitud o extensión de un terreno afecte al metro, o la leche afecte al litro, etc.
(c) Es sinsentido y falsa porque viola el principio (1), dado que los conceptos no pueden interactuar con la materia, ya que el tiempo como conjunto de unidades de medida son conceptos y el reloj está hecho de materia, a menos que los físicos demuestren que el tiempo es una entidad material.
(d) Es falsa y sinsentido por las mismas razones que en la alternativa anterior, pero al revés.
En síntesis, para ser más claro, preciso y concluyente, bajo las condiciones antes expuestas, los únicos datos de que se dispone son:
(i)           El movimiento a altas velocidades afecta al reloj, haciendo que sus agujas giren cada vez más lentamente a medida que aumenta más la velocidad de la nave.
(j)            Tal que, si teóricamente, la velocidad de la nave llegara a ser igual a la de la luz, las agujas del reloj dejarían de girar totalmente.
Aquí, la única evidencia o dato empírico observable y verificable es (i), (ii) es solo un dato teórico.
A partir de estos datos, la única conclusión que se puede inferir válidamente es (a):
                     El movimiento a altas velocidades afecta al reloj
En cambio, no se puede inferir válida, lógica ni causalmente ninguna de las otras tres alternativas: (b), (c) ni (d). Entonces, aquí la gran pregunta es: ¿cómo, entonces, Albert Einstein llegó a la conclusión:
                      El movimiento a altas velocidades afecta el tiempo?
La respuesta es simple: ¡Albert Einstein simplemente se equivocó
El quid del asunto aquí, el problema fundamental, es:
¿Qué es lo que atrasa al reloj?, ¿por qué se atrasa el reloj cuando viaja a altas velocidades?, ¿por qué ocurre este fenómeno? Hasta el momento nadie lo sabe. Einstein, en lugar de investigar, explicar y resolver este problema, lo que hizo fue simplemente dar un salto inferencial incorrecto llegando a conclusiones falsas con respecto al tiempo. La solución de este problema está totalmente pendiente. Yo tengo mi propia hipótesis, la cual tiene que ver con la solución de otro problema fundamental: la gravedad, la cuarta fuerza fundamental de la naturaleza, hipótesis que espero exponer en otro artículo.

4. LA ALTERACIÓN DEL RELOJ POR LA GRAVEDAD: ¿RALENTIZACIÓN DEL RELOJ O RALENTIZACIÓN DEL TIEMPO?
Igualmente, el reloj es también afectado por la alta gravedad. Partiendo de la Tierra, que sería la gravedad de referencia comparativa mínima que no afectaría, en un planeta como Júpiter que es 318 veces más grande que la Tierra, las agujas del reloj girarían con más lentitud, en un agujero negro, en el supuesto caso, teóricamente si el reloj no se desintegrara, las agujas del reloj se detendrían totalmente.
Pero, Einstein y sus seguidores dicen que el tiempo sería el que sufriría tales alteraciones, o sea, sostienen el mismo argumento para la supuesta alteración del tiempo frente a altas velocidades. Pero, nuevamente, este argumento no resiste un análisis serio. La única posible evidencia empírica observable y verificable es la alteración del reloj, en cambio, no existe ninguna evidencia empírica sobre la alteración del tiempo. Entonces, ¿cómo saben que el tiempo es el que se altera y no el reloj?
Estos dos fenómenos, de la alteración del reloj por la alta gravedad y la alta velocidad, por el principio de la equivalencia de la masa inercial con la masa gravitacional, en el fondo, vendrían a ser un mismo fenómeno, problema que hasta el momento solo ha sido descrito, pero no ha sido explicado, por la carencia de una hipótesis que tendría que ver con la solución del problema de la gravedad o cuarta fuerza fundamental de la naturaleza.
Sin embargo, hay una clara diferencia con la alteración que sufren los relojes que viajan en las naves a alta velocidad, la ralentización de estos relojes no es proporcional a la velocidad, en cambio la ralentización de los relojes (terrícolas) en los planetas si es proporcional a la gravedad de éstas, por cuanto, la gravedad de los planetas es constante e invariable. Por lo tanto, en un planeta de más gravedad que la Tierra, un reloj terrícola se atrasaría, pero luego se estabilizaría y, serviría para medir el tiempo de la duración de cualquier fenómeno en dicho planeta.
Ahora, a la inversa, el análisis lógico presuposicional –inversa de la implicación– sugiere que en los astros de una gravedad más baja que la de la Tierra deberá suceder exactamente un fenómeno contrario: las agujas del reloj deberían girar cada vez más rápido, por ejemplo, en la Luna, en los asteroides, en el vacío, etc. Precisamente, esto es lo que sucede en:
Los relojes de los satélites GPS que requieren de una sincronización con los situados en la Tierra para los que hay que tener en cuenta la teoría general de la gravedad y la teoría especial de la gravedad …La desaceleración relativista del tiempo debido a la velocidad del satélite es de aproximadamente de 1 por 1010, la dilatación gravitacional del tiempo hace que el reloj del satélite sea alrededor de 5 partes de 1010 más rápido que un reloj situado en la Tierra[3].
Hasta aquí, en conclusión:
1.  Mi hipótesis es que el tiempo como una entidad material o física no existe, en todo caso, la carga de la prueba de lo contrario le corresponde a los físicos.
2.  El tiempo, tal como se ha expuesto a partir de sus antecedentes históricos, es simplemente una medida para medir la duración de cualquier fenómeno, proceso o movimiento o para registrar la ocurrencia de algún suceso.
3.  El tiempo no es relativo ni absoluto, por cuanto, el tiempo en sí, como alguna entidad física o material, no existe.
4.  Sin embargo, en particular, hay solo exactamente dos sentidos en los que el tiempo como medida es relativo en el Universo. Primero, en el fenómeno de la dilatación del tiempo –hablando con propiedad, en el
fenómeno de la ralentización del reloj–, cuando teóricamente una nave espacial alcanzase una velocidad próxima a la de la luz; segundo, en los                                         astros con más o menos gravedad que la Tierra.
          
5. ESPACIO-TIEMPO
Con respecto a este concepto existen los siguientes problemas que es necesario discutir, aclarar y precisar, porque ya desde Einstein mismo y luego posteriormente en sus seguidores se percibe una cierta carencia de claridad y coherencia que han dado lugar a una ambigüedad y cosificación del tiempo y del concepto de espacio-tiempo:
P1 ¿Cuál es la naturaleza del espacio-tiempo?
P2 ¿Cuál es la naturaleza del “continuo” en el continuo espacio-tiempo?
P3 ¿Cuál es el alcance del espacio-tiempo?
P4 ¿Se puede viajar en el tiempo? ¿Cuál es el sentido de esta pregunta?  
    
5.1 LA NATURALEZA DEL ESPACIO-TIEMPO
Con respecto a este problema hay solo dos alternativas:
(a)   O es solo un modelo matemático, un método, una técnica para conocer dónde (utilizando las tres dimensiones geométricas: ancho, alto y profundidad) y cuándo (el tiempo) ocurrió, ocurre u ocurrirá un suceso en el Universo.
(b)   O es (además), una entidad física que existe en la realidad.

La hipótesis correcta es la alternativa (a). Es decir, la naturaleza o el estatuto ontológico del espacio-tiempo es únicamente metodológico y cognoscitivo.
La hipótesis (b) no solo es un sinsentido, sino que es falsa por las siguientes razones. Con respecto a la naturaleza física y real del espacio no hay ninguna discusión. Con respecto al tiempo ya hemos demostrado en la primera parte, que es una entidad de naturaleza únicamente metodológica, cultural y convencional.  Es decir, el tiempo en tanto medida, es solo una creación del hombre, por lo tanto, no tiene sentido que exista en la realidad, entonces, consecuentemente, (b) es falsa, porque en la realidad no existe ninguna entidad que se llame espacio-tiempo.
En la práctica, entre los físicos, la ambigüedad entre (a) y (b) surge de la siguiente manera. Cuando los físicos están hablando del espacio-tiempo como un nuevo y un solo concepto, como resultado de la fusión de dos categorías distintas y separadas de espacio y tiempo en la física clásica, y luego lo formulan como un método a través de un modelo matemático, para ubicar, describir y conocer dónde y cuándo ocurrió, ocurre u ocurrirá un suceso en el Universo, sin darse cuenta, terminan hablando del espacio-tiempo como una cosa, un objeto existente en la realidad.
Así, por ejemplo, cuando Albert Einstein dice:
Para describir los sucesos de la naturaleza debemos usar, en realidad, cuatro y no dos números. Nuestro espacio físico, concebido a partir de los objetos y sus movimientos, tiene tres dimensiones, y las posiciones quedan determinadas por tres números. El instante en que se produce el suceso es el cuarto número. Todo suceso queda caracterizado por cuatro números; y a cada cuatro números corresponde recíprocamente un suceso. Por eso, el mundo de los sucesos es un continuo de cuatro dimensiones (1986, p.66).
En los subrayados por mí, cuando dice: “para describir…” está hablando del espacio-tiempo como un método, pero cuando dice: “el mundo de los sucesos es un continuo de cuatro dimensiones” quiere decir que el espacio-tiempo está en el mundo, en la realidad, como cosa y no como método, porque todo suceso, según él, en la realidad tiene cuatro dimensiones.
Peor aún, cuando en una forma totalmente explícita y directa, en una cita encontrada en el Internet, dice: “A quien no es matemático lo sobrecoge un misterioso escalofrío cuando oye hablar de objetos “cuatridimensionales como si se tratara de conceptos ocultos. Y, sin embargo, no hay afirmación más trivial que decir que nuestro mundo es un espacio-tiempo continuo cuatridimensional. (Einstein)”[4].
Nuevamente, aquí, en los subrayados a propósito por mí, dice que el “continuo espacio-tiempo cuatridimensional es un objeto y, que “nuestro mundo es un espacio-tiempo cuatridimensional”.
Asimismo, sus seguidores caen en el mismo error de confusión, cosificación y ambigüedad. Por ejemplo, cuando los siguientes autores dicen:
Martin Gardner: “No hay nada misterioso u oculto en ello, significa simplemente que cada suceso que tiene lugar en el Universo es un suceso de espacio-tiempo ocurre en un mundo cuatridimensional, es decir, se puede describir mediante tres coordenadas espaciales y una temporal” (1995, p. 97).
En un artículo de Internet un autor dice: “El espacio-tiempo es un modelo
matemático que combina el espacio y el tiempo en un único continuo como dos conceptos inseparablemente relacionados. En este continuo espacio-tiempo se desarrollan todos los eventos físicos del Universo”[5].
Stephen Hawking: “La teoría de la relatividad nos fuerza por el contrario a cambiar nuestros conceptos de espacio y tiempo. Debemos aceptar que el tiempo no está completamente separado e independiente del espacio, sino que, por el contrario, se combina con él para formar un objeto llamado espacio-tiempo” (2005, p. 38).
Todos los subrayados en las citas anteriores son del autor de este artículo.
Ahora, voy a analizar y demostrar que todos estos autores caen en el mismo error de confusión y ambigüedad que Einstein y terminan cosificando el espacio-tiempo.
Cuando Martin Gardner dice: “cada suceso que tiene lugar en el Universo es un suceso de espacio-tiempo” está hablando del espacio-tiempo como una entidad física que está presente en la ocurrencia de cada suceso, asimismo, cuando dice que “cada suceso ocurre en un mundo cuatridimensional”, quiere decir que cada suceso ocurre en un mundo físicamente de cuatro dimensiones. Lo cual es falso, porque en el mundo está únicamente el espacio y los sucesos, cuya duración u ocurrencia se mide o se registra con el tiempo, que viene puesto por el hombre desde afuera.
Cuando el autor del artículo del Internet dice: “El espacio-tiempo es el modelo matemático que combina el espacio y el tiempo en un único continuo como dos conceptos inseparablemente relacionados” está esencialmente en lo cierto, porque, en otras palabras, lo que quiere decir es, que el espacio-tiempo es un concepto compuesto de otros dos conceptos, de concepto de tiempo y de concepto de espacio, y luego, este concepto compuesto viene a ser el nombre de un modelo matemático. Pero, luego, cuando dice: “En este continuo espacio-tiempo se desarrollan todos los eventos físicos del Universo”, cae en una flagrante ambigüedad, porque termina cosificando al espacio-tiempo.
Cuando Stephen Hawking dice que el espacio y tiempo no están separados y no son independientes, sino que, por el contrario, se combinan para formar un objeto llamado espacio-tiempo, está hablando de espacio y tiempo no como conceptos, sino como entidades físicas, y que estas entidades físicas están combinadas y unidas inseparablemente en la realidad formando otro objeto llamado espacio-tiempo. Lo cual es falso, porque en la realidad no existe ningún objeto llamado espacio-tiempo, el espacio-tiempo es únicamente una combinación de dos conceptos no de dos cosas.

5.2 LA NATURALEZA DEL “CONTINUO” EN EL CONTINUO ESPACIO-TIEMPO
¿Cuál es la naturaleza del “continuo” en el continuo espacio-tiempo?, en otras palabras, ¿de qué naturaleza es el continuo entre el espacio y el tiempo? Obviamente, no es geométrico ni matemático, como el continuo de la serie de los números reales ni de los conjuntos no enumerables, presuntamente es físico. Esto significa que, en la realidad, ambos, el espacio y el tiempo, son entidades físicas que siempre están juntas y unidas inseparablemente. Pero, esto es falso, como vamos a ver enseguida.
Analizando conceptualmente, el “continuo” en el continuo espacio-tiempo quiere decir, que, en la realidad, el espacio y el tiempo siempre están inseparablemente unidos, que no puede existir espacio sin tiempo ni tampoco tiempo sin espacio. Pero esto es falso, porque:
1.  Ya hemos demostrado antes, que el espacio-tiempo no existe en la realidad, que no existe en la realidad ningún objeto que se llame así, porque el espacio-tiempo es simplemente un constructo, un método formulado mediante un modelo matemático que sirve para ubicar, describir y conocer dónde y cuándo ocurrió, ocurre u ocurrirá un suceso en el Universo.
2.  El tiempo, según hemos definido antes, no es una entidad física que existe en la realidad, sino es un constructo, una medida que sirve para medir la duración de algún fenómeno o para registrar el instante en que ocurre algún suceso en el Universo.
En consecuencia, si no existe en la realidad ningún objeto que se llame espacio-tiempo entonces tampoco no tiene ningún sentido que exista en la realidad ningún continuo entre el espacio y el tiempo, un continuo híbrido, entre el espacio que es una entidad física y el tiempo, que, por definición, es una entidad conceptual.
Entonces, ¿qué es lo que quiso decir Minkowski cuando le sugirió usar esta expresión a Albert Einstein y, éste, al parecer simplemente la tomó y la usó irreflexivamente? ¿Habrá alguna interpretación bajo la cual tendrá algún sentido subyacente esta expresión? Porque cuando menos, instrumentalísticamente, las ecuaciones de la teoría de la relatividad tienen sentido y uso en la práctica. La única interpretación posible que le da sentido a esta expresión es la siguiente.
El continuo espacio-tiempo tiene sentido y existe, pero no como un continuo físico en la realidad, sino como el continuo de los conceptos de espacio y tiempo en el conocimiento de todo hecho en la naturaleza, porque en el conocimiento de todo hecho siempre intervienen el espacio y el tiempo, ya que si hay un hecho, éste siempre tiene que estar en el espacio, dentro de alguna coordenada espacial, por un lado, y por otro, si hay algún hecho, éste siempre tiene que estar  en el tiempo, en el presente, el pasado o el futuro. En este sentido, los que están inseparablemente unidos, no son el espacio y el tiempo físicamente, sino los conceptos de espacio y tiempo en el conocimiento de todo hecho. Entonces, la naturaleza del “continuo” del espacio-tiempo no es de carácter físico, sino de carácter cognoscitivo.
Desde el punto de vista matemático el continuo espacio-tiempo de la teoría de la relatividad es una novedad frente a la física clásica, pero desde el punto de vista filosófico, en particular, de Kant, en cierta forma, no es ninguna novedad, ya que el conocimiento de todo hecho es posible solo siempre tomando en consideración a la vez al espacio y al tiempo.
Entonces, ¿por qué Einstein y sus seguidores creen que el continuo entre el espacio y el tiempo es físico y real?, porque cometieron el error de proyectar la forma de la estructura del lenguaje del conocimiento a la estructura de la realidad, porque confundieron la forma del conocimiento con la forma de lo conocido. Todo conocimiento es a través del lenguaje, no hay conocimiento directo o sin lenguaje. Todo lenguaje tiene estructura, a través del cual se trata de capturar la estructura de la realidad, pero rara vez coincide, su coincidencia total es solo casual, hipotética y provisional, porque no todo lo que está en la estructura del lenguaje está en la estructura de la realidad, muchas cosas que están en la estructura del lenguaje no están en la realidad, solo han sido puestas por el hombre con fines de conocimiento. Así, por ejemplo, ninguna de las escalas de medición de la temperatura: de Celsius, Fahrenheit, Kelvin, Reamur, etc., no están en la realidad; así como tampoco, las escalas de medición de los grados de sismos: de Mercalli, Richter, etc., tampoco están en la realidad. Así, si analizamos cuidadosamente el espacio-tiempo, qué hay en la realidad: el espacio es real, su existencia con o sin interacción con la materia es indiscutible. Pero el tiempo ha sido puesto por el hombre, no está en la realidad, porque como ya hemos analizado antes, lo que está en el espacio es solo la materia con sus diversas formas de transformación y movimiento, cuya duración se mide con una medida convencional que es el tiempo.
5.3 EL ALCANCE DEL SUPUESTO “TIEMPO RELATIVO”
Digo del supuesto “tiempo relativo”, porque como ya se ha demostrado antes, lo que es relativo no es el tiempo, ya que éste no existe, sino lo relativo es la medición de la duración, a esto es lo que se llama tiempo.   Hecha esta aclaración una vez más, es necesario poner de manifiesto explícitamente, que la medición del tiempo es relativa en el Universo solo en dos instancias exactamente:
1.  En las naves que viajan a altas velocidades cercanas a la de la luz.
2.  En los astros de alta gravedad.
Solo en estas situaciones la relatividad de la medición del tiempo se manifiesta absolutamente evidente.
Se conocen tres escalas de tiempo:
1.  Cósmica, que tiene que ver con la edad del Universo, que desde el Big-Bang hasta ahora se estima en unos 13,700’ 000.000 de años.
2.  Geológica, que se refiere a la edad de la Tierra, que se estima en 4,500 millones de años.
3.  Histórica, que se refiere a la edad de la civilización humana, que por convención se divide en antes y después de Cristo, que sumados apenas van un poco más allá de 5,000 años.
La medición del tiempo en estas escalas no es relativa, y principalmente se refiere al tiempo pasado, además, el tiempo pasado es absoluto, porque es total y definitivamente inmodificable e irreversible.
Pero, además, en la ciencia, en la misma física, en la física clásica, que se usa diariamente, la medición del tiempo no es relativa, no existe este problema. En consecuencia, es falso que el tiempo sea relativo, mejor dicho, la medición del tiempo sea relativa en general, o sea, en todos los casos, es relativa únicamente solo en los dos casos clara y explícitamente antes mencionados.
Sin embargo, parece que todos los físicos creen y están plenamente convencidos de que todo tiempo es relativo, obviamente, por supuesto, todos, sin excepción, creen que el tiempo existe físicamente en la realidad independientemente de su medición; y algunos otros, ya abiertamente han  caído en el extremo del sensacionalismo y fanatismo, impropio de un científico frío y reservado, como el mismísimo físico teórico y cosmólogo brillante y tan celebrado como Stephen Hawking, quien dijo: “la teoría de la relatividad acabó  con la idea de tiempo absoluto. Cada observador debe tener su propia medida de tiempo, que es la registra un reloj junto a él, y relojes idénticos moviéndose con observadores diferentes no tendrían por qué coincidir” (2005, p. 36). Esta afirmación sensacionalista y exagerada es falsa, porque:
Primero, porque no todo tiempo es relativo, como ya hemos visto.
Segundo, cuando dice: “Cada observador debe tener su propia medida de tiempo, que es la registra un reloj junto a él”, ¿a qué observador se refiere?, obviamente, a los científicos, específicamente, a los físicos, pero hablando propiamente, se refiere solo a los astronautas, pero ni aún esto no es del todo cierto, se refiere solo a los astronautas que viajan a velocidades cercanas al 99% de la velocidad de la luz, porque como ya hemos visto, recién a esa velocidad  se manifiesta ostensiblemente el fenómeno de la “dilatación del tiempo”, a velocidades menores la diferencia entre los relojes  de los astronautas  con los relojes de la Tierra es demasiado pequeña e insignificante y, en la práctica, ningún astronauta puede viajar a velocidades cercanas a la de la luz, la posibilidad es pura hipótesis teórica.

5.4 SOBRE EL VIAJE EN EL TIEM PO
A veces se dice que según el presentismo:
“Lo único que existe es el presente, porque el futuro todavía no existe –o quizá no exista–, el pasado, ya no existe”.
Antes que nada, para intentar de una vez por todas resolver este problema, o, mejor dicho, en general, para desvanecer este pseudoproblema:
1.  Habría que definir qué significa o qué se entiende por pasado, presente y futuro.
2.  Precisar: pasado, presente y futuro, ¿de quién? o ¿de qué?, porque estos conceptos son relativos.
Brevemente, para los propósitos de este trabajo, como una hipótesis tentativa, por estos conceptos entenderemos lo siguiente:
Pasado:  es el tiempo de duración de todos los hechos, procesos y sucesos que ocurrieron antes del presente.
Presente:  es el intervalo de tiempo comprendido entre el pasado y el futuro, un tiempo convencionalmente establecido, que puede ser, desde fracciones de segundo hasta un siglo como límite, de la duración de hechos, procesos y sucesos verificables directamente por una persona o una generación de personas.
Futuro:  es el tiempo hipotético de la duración de hechos, procesos y sucesos que ocurrirán después del presente.
Ahora, el pasado, el presente o el futuro, puede ser:
a)  Del Universo:  desde hace unos 13,700 millones de años, desde el Big-Bang hasta ahora.
b)  De la Tierra:  desde su origen hace 45,000 millones de años hasta ahora.
c)  De la vida en la Tierra:  de su evolución, desde hace 3,000 millones de años hasta ahora.
d)  De la historia humana:  dividida en periodos y épocas, más o menos, arbitraria y convencionalmente establecidos, desde la aparición de las primeras formas de cultura hasta la actualidad.
e)  Del individuo:  de cada persona.
f)   Etcétera.
Ahora, brevemente, voy a demostrar que, dentro del contexto de la teoría de la relatividad general, como consecuencia de la llamada dilatación del tiempo, hay solo una pizca de sentido de la expresión “viaje en el tiempo” y únicamente de “viaje al futuro” y, todo lo demás, científicamente son puros disparates, o bien, puras estructuras matemáticas sin ningún modelo (modelo en el sentido de la teoría de modelos), o bien, son puras fantasías y ficciones literarias.
En primer lugar, según la teoría de la relatividad general solo es posible viajar al futuro, pero no al pasado. Sin embargo, los escritores de ciencia ficción han escrito decenas de novelas sobre viajes en el tiempo, pues en la literatura todo es posible, e inclusive, mundos lógicamente imposibles, porque la literatura es el reino de la absoluta libertad de pensamiento e imaginación sin límites.
¿Qué significa viaje al futuro? Si estamos en el año 2,020, por ejemplo, ¿significa acaso que alguien puede viajar al futuro de la humanidad, digamos, hacer un viaje de un año y conocer por anticipado y contar qué cosas son los que van a pasar, digamos, en los años 2030 o 2040? No, no significa eso, eso es absolutamente imposible. El futuro de la humanidad es absolutamente imposible de conocer por anticipado. Apenas se puede predecir solo algunos eventos cósmicos. Viajar al futuro significa solamente lo siguiente.
Imaginemos – dicen – un astronauta que viaja en su nave a una velocidad cercana a la de la luz, digamos, al 99%. Se dirige a Alfa-Centauri que está a 4.37 años luz de distancia de la Tierra. A esa velocidad tardaría casi 9 años en ir y volver a la Tierra. Cuando regrese sus compañeros tendrán 9 años más que cuando partió. Sin embargo, debido a la dilatación del tiempo, él no será 9 años más viejo, sino solo un año… Habrá viajado al futuro[6].
¿A qué futuro habría viajado, el astronauta? ¿al futuro de la humanidad? No, solo habría viajado a su futuro, que es el presente y hasta ya el pasado de la humanidad de ese momento. Es como si pudiéramos poner a dormir o poner algo así como en un estado de hibernación a una persona, si las condiciones tecnológicas nos lo permitieran, por 70 años, y luego después le despertáramos. ¿Cuál sería la diferencia? ¡Ninguna! Y, ese hecho, si fuera posible, ¿qué importancia tendría para la humanidad?, pues, ninguna. Lo que tendría una importancia extraordinaria sería viajar y conocer el futuro de la humanidad, pero eso es absolutamente imposible.
Pero, aún ni siquiera, esa posibilidad del viaje del astronauta a su futuro es posible, no solo real y tecnológicamente, sino es hasta teóricamente imposible, por las siguientes razones:
1.  Es real y tecnológicamente imposible, porque tomando en cuenta el grado de desarrollo de la ciencia y la tecnología alcanzado por el hombre hasta la actualidad:
a)  No es posible alcanzar velocidades tan altas cercanas a la velocidad de la luz que es 300,000 kilómetros por segundo, dado que la máxima velocidad alcanzada por las naves espaciales lanzadas al espacio hasta ahora es apenas 11 kilómetros por segundo.
b)  El hombre realmente no ha podido ni siquiera llegar a la Luna hasta ahora, porque no ha podido atravesar el Cinturón de van Allen que está solo a      kilómetros de distancia de la Tierra, mientras tanto, la NASA ha estado engañando a toda la humanidad, tal como están apareciendo muchas denuncias que no han sido desmentidas.
2.  Es teóricamente imposible, porque el efecto del fenómeno de la dilatación del tiempo – realmente, es dilatación del reloj, como ya se ha demostrado – no es proporcional a la velocidad, sino se manifiesta ostensiblemente recién cuando se alcanza el 99% o el 99.99% de la velocidad de la luz, como dice un autor:

Los efectos de la dilatación temporal se notan de manera más evidente cuando estamos muy cerca del límite de la velocidad de la luz. El efecto de la dilatación temporal no es muy diferente entre ir al 1% de la velocidad de la luz o ir al 50%, pese a que el incremento de la velocidad es muy grande. Sin embargo, el efecto es muy evidente si comparamos con un viaje al 99% y otro al 99.99%.
Así´, vemos que nuestro reloj se ralentiza respecto del reloj de la persona que está quieta. Y, a mayor velocidad la ralentización también es mayor.  A velocidades cercanas a la de la luz (al 99%, por ejemplo), cuando para el observador en reposo pasa 7 años, para nosotros apenas habrá pasado uno.
Y si aumentamos la velocidad, el salto temporal es mayor. Si viajamos durante un año al 99.99% de la velocidad de la luz, habrán pasado más de 70 años en la Tierra. Llegaremos al futuro (dentro de 70 años) en tan solo un año. Nuestro compañero que se quedó en la Tierra habrá envejecido 70 años, pero nosotros, no. Habremos viajado al futuro, en el que otro es más viejo y nosotros estamos casi igual. (La llamada paradoja de los gemelos se basa en esta teoría)[7].
Pero, el 99% y peor aún el 99.99% de la velocidad de la luz técnicamente ya es igual a la velocidad de la luz, que es 300,000 kilómetros por segundo. Y esta es la velocidad máxima del Universo. Y, aparentemente, ninguna otra partícula distinta del fotón puede alcanzar esa velocidad. Entonces ninguna nave espacial puede alcanzar esa velocidad, dado que, según la teoría de la relatividad a esa velocidad, además, aparecen otros fenómenos más: la longitud de la nave se contrae y su masa inercial tiende a ser infinita, entonces para acelerarla a esa velocidad se requeriría una energía casi infinita, lo cual es imposible.
En consecuencia, si para que se manifieste ostensiblemente el fenómeno de la dilatación temporal se requieren alcanzar esas velocidades imposibles, entonces, el pretendido viaje del astronauta a su futuro es absolutamente imposible, no solo tecnológicamente, sino teóricamente. Entonces, la llamada paradoja de los gemelos no resulta ser otra cosa que puro cuento, propio de las novelas de ciencia ficción. Sin embargo, algunos físicos teóricos insisten que se podría viajar en el tiempo a través de los llamados “agujeros de gusanos”, que están descritos – dicen – en las ecuaciones de la teoría general de la relatividad. Y, más aún, ¡hablan de “universos paralelos” y hasta de “multiuniversos”! Pero todos ellos se equivocan, porque están soñando despiertos solo matemáticamente y, no todo lo que es posible matemáticamente o lógicamente, es posible realmente y, además, están presuponiendo que el tiempo y el espacio-tiempo son entidades que existen físicamente en la realidad, lo cual es falso, como ya hemos probado antes.

BIBLIOGRAFÍA
EINSTEIN, Albert y INFELD, Leopold (1986). La evolución de la física. Barcelona, Salvat Editores S. A.
EINSTEIN, Albert (1985). El significado de la relatividad. Planeta, México.
GARDNER, Martin (1985). La explosión de la relatividad. Barcelona, Salvat Editores S.A.
HAWKING, Stephen (1998). Historia del tiempo. Barcelona, Grijalbo.
HUERTA, Eduardo et al (2018). “El GPS y la teoría de la relatividad”. Argentina en: https://www.researchgate.net/publication/266044844_El_GPS_y_la_Teoria_de_la_Relatividad
MORONES IBARRA, Huerta (2008). “La medición del tiempo”. Ingenierías, octubre-diciembre 2008, vol. XI, N0 41
NEWTON, Isaac (1687). Philosophiae Naturalis Principia Mathematica. Londres, B. Motte.
SAN AGUSTÍN (1965). Confesiones. Madrid. Espasa Calpe S.A.


           


        








[1] https://tamiz.com/cedazo/2009/03/18/eso-que-llamamos-tiempo-en-la-relatividad-especial
[2] https://www.researchgate.net/publication/266044844_EL_GPS_Y_LA_TEORIA_DE_LA_RELATIVIDAD         
[3] https://es.wikipwdia.org/wiki/GPS 
[4] https://bibliotedigital.ilce.edu.mod/si…
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/espacio-tiempo
[6] https://cronautas.wordpress.com/2005/10/05/dilataciontemporal/
[7] Ídem.




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