CRÍTICA A SU COSIFICACIÓN EN LA TEORÍA DE LA
RELATIVIDAD
Marino Llanos Villajuán
Departamento de Filosofía
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM)
Correo-e: marinollanos@live.com
RESUMEN
En este ensayo, en primer lugar, defino el concepto de
tiempo, respondiendo de esa manera a la pregunta que San Agustín dejó pendiente
y, que Newton y Einstein no pudieron definirlo, sino simplemente lo intuyeron y
lo usaron, como asimismo, Stephen Hawking tampoco lo pudo definir. Defino al
tiempo como medida de la duración de
fenómenos, cambios, procesos, movimientos, etc. En segundo lugar, en base a
esta definición, hago un análisis y una crítica conceptual y lógica a la
cosificación y ambigüedad de los conceptos de tiempo, espacio-tiempo y continuo
del espacio-tiempo de la teoría de la relatividad, terminando con una crítica a
la exageración del alcance de estos conceptos y una precisión al sentido y la posibilidad
del “viaje en el tiempo”.
Palabras claves: tiempo, duración, cambio, proceso, movimiento
ABSTRACT
In this essay, firstly I define the concept of time
responding in that way to the question that Saint Augustine left pending, and
Newton and Einstein could not define it but simply intuited it and used it, and
likewise Stephen Hawking could not define it either. I define time as a
measurement of the duration of phenomena, changes, processes, movements, etc.
Secondly, on a basis of that definition, I made both a conceptual and logical
analysis and a criticism to the reification and ambiguity of concepts of time,
space-time, and the continuum space-time of the theory of relativity, ending
with a criticism to the exaggeration of the scope of those concepts and a precision
of the sense and possibility of “time travel”.
Keywords: time, duration, change, process, movement
I. DEFINICIÓN DEL TIEMPO
1. PROBLEMA E HIPÓTESIS
Problema: ¿Cuál es la
naturaleza del tiempo? ¿Qué es el
tiempo?
Hipótesis:
H1 El tiempo es una
medida convencional, como el metro, el litro, el kilogramo, etc.
En consecuencia:
H2 El tiempo no es
una magnitud física como el espacio y la materia.
H3 El tiempo no
existe en la realidad
2. ORIGEN HISTÓRICO Y CONVENCIONAL DEL TIEMPO
Históricamente, el origen del tiempo, como sistema de
medida, proviene de Sumeria, hace aproximadamente 3,500 años antes de Cristo o
a. C., de donde pasó a Egipto, de ahí a Grecia y Roma. Este sistema de medida
se conoce como calendario.
Los primeros calendarios de las civilizaciones
antiguas estaban basados en los fases y ciclos lunares para establecer las
semanas, los meses y el año. La Luna tiene cuatro fases: luna nueva – luna creciente – luna llena – luna menguante – luna nueva. Cada fase dura siete días, de ahí sale la semana, las cuatro fases
constituyen un ciclo, de ahí sale el mes.
Pero no se sabía exactamente cuánto duraba el año, para
algunos, como en el calendario romano (de Numa Pompilio), el año tenía solo 10
meses y duraba solo 304 días, según otros, el año consistía de 12 ciclos
lunares, pero como el ciclo lunar dura 29 días y medio, redondeando, 30 días,
el año solo tenía 360 días y, así, no cuadraba con la duración correcta del año
solar de 365 días basado en la rotación de la Tierra alrededor del Sol. Se dice
que el primer calendario solar fue el egipcio que, 3,000 años a. C., cuyo año
duraba 365 días. Este hecho resulta sorprendente porque presupone la hipótesis
heliocéntrica, que fue planteada históricamente
por primera vez por Aristarco de Samos recién después 300 años a. C. en Grecia
y, luego después de muchos siglos en 1,516 por Nicolás Copérnico. El calendario
juliano (de Julio César) en el año 46 a. C. adoptó el calendario solar, pero
aún tenía algunos defectos, como, por ejemplo, el hecho que como el año dura
365 días y 6 horas y cada cuatro años esas 6 horas se convierten en un día más,
hasta que en el año 1,586 con el calendario gregoriano (del Papa Gregorio XIII)
que rige hasta ahora, se estableció el año bisiesto.
Ahora veamos, brevemente, por qué el tiempo así
establecido históricamente es convencional y relativo. Es convencional, porque el hombre, en tanto, habitante del planeta
Tierra ha establecido, por convención, el día en base a
la rotación de la Tierra sobre su eje que dura 24 horas, la semana en base a la
duración de 7 días de las fases de la Luna, el mes en base a la duración de 30
días de los ciclos de Luna y, el año en base a la rotación de la Tierra
alrededor del Sol que dura 365 días. Pero no solamente es convencional, sino en
parte, es hasta totalmente arbitrario, por ejemplo, la división del día en 24 horas, la hora en 60 minutos y el minuto en
60 segundos. El día pudo haberse dividido en más horas o menos horas, la hora
en más minutos (por ejemplo, en 100 minutos) o en menos minutos (por ejemplo,
en 50 minutos), asimismo, el segundo. Es relativo,
porque el tiempo así establecido tiene una validez solo para el hombre, es solo
tiempo terrícola, porque el día está
basado en la duración del movimiento de rotación de la Tierra sobre su eje, el
año en la duración del movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol
y, la duración de la rotación de los otros planetas sobre sus ejes y la
duración de su traslación alrededor de sus respectivos soles o las demás
estrellas en el resto del Universo no son iguales. Así, por ejemplo, si
fuéramos jupiterianos, nuestro día solo duraría 10 horas, nuestro año duraría
11 años, si fuéramos saturnianos, nuestro día también duraría solo 10 horas,
pero nuestro año duraría 29 años y, si fuéramos venusianos, nuestro día duraría
¡243 días y nuestro año duraría menos, 225 días!, etc. Es en este sentido, en
que el tiempo es realmente relativo en el Universo.
¿Cuál es la diferencia entre el calendario gregoriano,
como sistema de medida de tiempo consistente en la duración del año en 365 días
(366 días cada cuatro años), del mes en 30 y 31 días, de la semana en 7 días,
del día en 24 horas, de la hora en 60 minutos y del minuto en 60 segundos, con
el sistema de medida de tiempo que usa la ciencia, en particular, la física? Pues,
ninguna, es exactamente el mismo. Aquí, la pregunta fundamental es: ¿por qué entonces
se olvidaron del origen histórico del tiempo y de su condición de sistema o
constructo meramente convencional y hasta arbitrario como el metro, el litro,
el gramo, etc., y terminaron cosificándolo y dándole el estatuto ontológico de
una dimensión física como el espacio y la materia, con sus consecuencias
negativas para la transparencia y claridad en el desarrollo de la investigación,
como demostraremos más adelante? Los físicos y los científicos, en general, lo
único que han hecho es:
1.
Establecer
los submúltiplos del segundo: milisegundo, microsegundo, nonasegundo,
picosegundo, femtosegundo, attosegundo, zeptosegundo y yoctosegundo, para medir
las duraciones muy breves de ciertos fenómenos en la física de partículas y
física cuántica.
2.
Construir
relojes cada vez más exactos, como, por ejemplo, el reloj atómico.
3.
Descubrir
métodos y técnicas para medir la edad de la Tierra, el Sol, la Vía Láctea y
hasta del mismo Universo.
3.
DEFINICIÓN DEL TIEMPO
El tiempo es un concepto fundamental, cuyo sentido y
significación intuitivo parece
suficiente para su uso en todas las ciencias fácticas, incluyendo la física,
excepto en la teoría de la relatividad, donde la necesidad de su definición es
urgente, por cuanto, su simple sentido y significado intuitivo y sobreentendido
ya no es suficiente, ya que no es claro ni mucho menos preciso, connotativa ni
denotativamente, porque no sabemos qué significa ni qué denota, si es que
denota algo, o es que no denota nada.
Históricamente, sobre el tiempo, desde que San Agustín,
por allá, por los años 354 – 430 d. C., formuló su famosa pregunta y su auto
respuesta negativa en su obra La Ciudad de Dios, 1,300 años después, Immanuel Kant, en
su Crítica de la Razón Pura, dio su
concepción metafísica, como condición a priori para todo conocimiento fáctico,
válida únicamente para la gnoseología pero no para la ciencia ni la
epistemología y, un poco antes, en 1,687, Isaac Newton, en sus Philosophiae Naturalis y Principia Mathematica, simplemente lo
caracterizó como absoluto, posteriormente,
en el siglo XX, Albert Einstein, en su Teoría Especial de la Relatividad,
asimismo, simplemente lo caracterizó como relativo,
pero no lo definió; finalmente, hasta que Stephen Hawking, autor de varios
artículos y el libro Historia del
tiempo, simplemente hizo
algunos rodeos y especulaciones y terminó diciendo: “Hasta ahora no sabemos
cuál es la naturaleza del tiempo”. Entonces, nadie ha podido definir qué es el
tiempo, es decir, nadie ha podido responder la pregunta: “¿Qué es el tiempo?”,
y así, develar su naturaleza y su estatus ontológico.
Como una aproximación, ostensivamente, podemos decir
que:
El
tiempo es un sistema de unidades de medida de duración: año, mes, semana, día,
hora, minuto, segundo, etc.
Este es el tiempo, hablando con propiedad, no hay
ninguna otra cosa que se llame tiempo, un sistema de unidades de medida de
duración, que sirve para medir la duración de cualquier cambio, proceso o fenómeno
pasado, presente o futuro o, para determinar el momento en que ocurre cualquier
suceso en el Universo.
Ahora, la definición del tiempo ya es muy breve y
sencilla:
EL
TIEMPO ES LA MEDIDA DE LA DURACIÓN DEL CAMBIO, PROCESO, FENÓMENO, MOVIMIENTO,
ETC.
En esta definición el término primitivo principal es
la duración. Así, en la práctica,
las preguntas usuales que normalmente se suelen hacer sobre el tiempo son:
¿Cuánto dura? Por ejemplo, el tiempo promedio de la
desintegración de algún metal radioactivo inestable.
¿Cuánto duró? Por ejemplo, la última edad de hielo en la
Tierra.
¿Cuánto durará? Por ejemplo, el Sol en su estado
actual, antes de consumir todo su combustible explotar y convertirse en una
gigante roja.
Esta definición del tiempo descansa sobre los
siguientes presupuestos fundamentales:
1.
Un
sistema convencional de unidades de medida del tiempo.
2.
Un
instrumento para hacer la medición, por un ejemplo, un reloj o algún método o
técnica.
3.
Un
sujeto inteligente, por ejemplo, el hombre, quien hace la medición.
4.
Un
cambio, proceso, fenómeno o movimiento, cuya duración se mide.
¿Por
qué estos elementos constituyen condiciones necesarias para que exista el
tiempo? Porque el tiempo, en tanto,
conocimiento de la medida de la duración, existe si y solo si existe:
1.
Un
sistema de unidades de medida del tiempo: año, día, hora, minuto, segundo, etc.
2.
Un
instrumento o aparato para hacer la medición, por ejemplo, el reloj o, algún
método o técnica, como el carbono 14.
3.
Algún
individuo inteligente, por ejemplo, el hombre, para que haga la medición.
4.
Cambios,
procesos, fenómenos o movimientos, cuyas duraciones se mide.
En
consecuencia, si no existiera un sistema de medida de tiempo, un instrumento o
un método para hacer la medición, y un sujeto inteligente como el hombre para
que haga la medición, entonces no existiría el tiempo, porque no habría con qué
y cómo medir y quién mida y conozca la duración de ningún cambio, proceso o
movimiento, quedaría únicamente la realidad muda y desconocida de la materia y
el espacio en el Universo.
Ahora
ya podemos responder de una vez por todas a la pregunta: ¿Cuál es la naturaleza
o el estatus ontológico del tiempo?:
El tiempo, como toda medida, como el metro, el litro,
el gramo, etc., es de naturaleza o estatus ontológico cultural e
instrumental, porque es una cosa creada por el hombre.
En
consecuencia, el tiempo no tiene la naturaleza o el estatus ontológico del
espacio y la materia, que son magnitudes físicas naturales. El tiempo no existe
en la realidad.
Entonces,
¿por qué Newton y Einstein cosificaron el tiempo confiriéndole el mismo estatus
ontológico natural real y objetivo del espacio y la materia? La concepción y
percepción popular tan arraigada en todos los pueblos desde la antigüedad es la
idea de que el tiempo es alguna cosa que existe fuera en la realidad en forma
objetiva e independiente como la materia y el espacio. Newton y Einstein
simplemente fueron víctimas de esa creencia popular.
Un
desafío para los físicos fanáticos y recios seguidores de Newton y Einstein es:
si el tiempo es una magnitud física natural y real como el espacio y la
materia, ¿cómo y con qué se mide?, ¿es perceptible directa o indirectamente?,
¿cómo se detecta su existencia física?
Se
debe advertir que en la práctica, el tiempo en la física siempre ha sido usado
solo como una medida –como el metro, el litro, el gramo, etc.– aunque de ello
no se hayan dado cuenta los físicos. En particular, se debe advertir que el uso
de esta nueva concepción y definición del tiempo no afecta en absoluto la validez
de las hipótesis ya confirmadas de la teoría de la relatividad, porque las
cuestiones de hecho no están sujetas a discusión.
Obviamente,
es muy probable que habrá mucha resistencia de los físicos a aceptar esta nueva
concepción y definición del tiempo y reemplazar su viejo paradigma y creencia
ancestralmente arraigada.
Se
espera que los físicos teóricos haciendo un uso metodológico de un poco de
filosofía analítica y usando la Navaja de
Occam hagan una poda y una limpieza de la concepción cosificada del tiempo
y, en particular, de la teoría de la relatividad, que ha inducido a los físicos
a creer en fantasías y ficciones y cubrir con una niebla de misterio la física.
II. LA COSIFICACIÓN DEL TIEMPO EN LA TEORÍA DE LA
RELATIVIDAD
INTRODUCCIÓN
El
propósito de esta segunda parte es intentar hacer una aclaración y precisión de
algunos conceptos poco claros y ambiguos de la teoría de la relatividad a
través de un análisis y una crítica conceptual y lógica.
En
primer lugar, a partir de la concepción y definición del tiempo como medida,
demostré que el tiempo no existe en la
realidad como una entidad física
junto a la materia y el espacio. En segundo lugar, como consecuencia lógica de
esta tesis, demostraré que la tesis que sostiene que el tiempo es relativo es
una tesis no solo falsa sino un sinsentido porque parte de una confusión entre
cuestiones de hecho y cuestiones de interpretación. Así, parte de la
confusión de la relatividad de la simultaneidad, que es un hecho, con la supuesta
relatividad del tiempo; de la ralentización del reloj que viaja en móviles a
alta velocidad, que es un hecho, con la ralentización del tiempo, que es un
supuesto; de la ralentización del reloj en los astros de alta gravedad, que es
un hecho, con la ralentización del tiempo, que asimismo, es un mero supuesto. En
tercer lugar, demostraré que el espacio-tiempo no tiene existencia física en la
realidad, que no es una cosa, sino simplemente un método, una técnica, un
modelo matemático que sirve para ubicar,
describir y conocer dónde y cuándo
ocurrió, ocurre u ocurrirá un suceso en el Universo.
Finalmente,
se debe advertir que la adopción de la concepción y definición del tiempo como
medida en sustitución de la concepción cosificada del tiempo en la física, no
va afectar en absoluto el uso práctico del concepto de tiempo que los físicos
siempre han hecho. En particular, en la teoría especial de la relatividad, en
primer lugar, sus dos principios fundamentales quedan totalmente inafectos; en
segundo lugar, sus hipótesis empíricamente ya confirmadas siguen siendo
totalmente válidas, porque las cuestiones de hecho no están sujetas a discusión.
En
cuarto lugar, aclararé y precisaré el sentido del supuesto “viaje en el tiempo”
y, demostraré que es imposible no solo tecnológica sino hasta teóricamente,
porque es imposible que una nave espacial pueda alcanzar el 99% o el 99.99% de
la velocidad de la luz, ya que recién a esa velocidad se produce
ostensiblemente el fenómeno de la dilatación del tiempo, condición necesaria
para el viaje del astronauta a su futuro. En consecuencia, el viaje en el
tiempo, las máquinas del tiempo, la paradoja de los gemelos, etc., no son otra cosa que pura metáfora y fantasía, propio
de la literatura de ciencia ficción
PROBLEMAS
P1 ¿Es
relativo el tiempo?
P2 ¿Qué
es relativo: la simultaneidad o el tiempo?
P3 ¿Existe
el fenómeno llamado “dilatación del tiempo”? ¿Ralentización
del reloj o ralentización del tiempo?
P4 ¿En
los astros de alta gravedad se ralentiza el reloj o el tiempo?
P5 ¿Qué
es el espacio-tiempo? ¿Existe en la realidad?
HIPÓTESIS
H1 El tiempo no es relativo, porque el tiempo no
existe. Lo relativo es la medida
del tiempo de duración o el registro
del instante de la ocurrencia de algún
suceso.
H2 Lo relativo es la simultaneidad y no el
tiempo
H3 No existe el fenómeno llamado “dilatación
del tiempo”, lo que existe es el
fenómeno de la ralentización del reloj.
H4 En los astros de alta gravedad lo que se ralentiza
como una cuestión de
hecho es el reloj, la creencia de que se
ralentiza el tiempo es un simple
supuesto infundado.
H5 El espacio-tiempo es simplemente un constructo,
un modelo matemático,
un método, por lo tanto, no existe en
la realidad ninguna entidad física que
se llama espacio-tiempo.
1. ¿ES
RELATIVO EL TIEMPO? ¿TIENE SENTIDO ESTA
PREGUNTA?
Hemos definido el tiempo como un sistema convencional
de unidades de medida de la duración, siendo sus unidades de medida
fundamentales el día y el año, el día basado en la duración de la rotación de
la Tierra sobre su eje y el año en la duración de la rotación de la Tierra
alrededor del Sol. Vimos que este sistema de medida es válido únicamente para
el planeta Tierra y no es válido para el resto de los planetas del Universo,
por cuanto la duración de la rotación de los demás planetas sobre sus ejes, así
como la duración de la rotación alrededor de sus respectivos soles no son
iguales, concluimos que el tiempo es relativo en este sentido, ya que el
sistema de medida del tiempo es relativo a cada planeta. Por lo tanto,
demostrar que el concepto de relatividad del tiempo de A. Einstein está
equivocado, no tiene sentido.
2. ¿RELATIVIDAD
DE LA SIMULTANEIDAD O RELATIVIDAD DEL TIEMPO?
Albert
Einstein, a partir de un ejemplo de un experimento mental artificioso de una
situación lógicamente posible pero realmente imposible, por estar basado en
datos vagos de “un tren muy largo” y una “velocidad constante”, llegó a la
conclusión de que el tiempo es relativo porque la simultaneidad es relativa. En
lo que sigue, a partir de una situación real posible, libre de vaguedades,
tomando en cuenta únicamente las condiciones esenciales, voy a demostrar que
tanto el análisis y el razonamiento de Einstein para llegar a esa conclusión fueron
incorrectas.
Supongamos
que dos haces de luz A y B vienen del espacio e inciden a la vez en un de
sistema coordenadas C1 donde hay un observador O1 y, luego, estos mismos haces
de luz inciden uno después del otro en otro sistema de coordenadas C2 donde
hay otro observador, O2. Entonces de estos dos hechos se infiere que:
1. La incidencia de los dos haces de luz para el
observador O1 es simultáneo y la incidencia de los mismos haces de luz para el
observador O2 no es simultáneo
2. A partir de esos dos hechos, generalizando, concluimos
que la simultaneidad es relativa
Hasta
aquí, de todo lo que se trata es de cuestiones de hecho. ¿Y el tiempo? ¿Cómo
interviene el tiempo? El tiempo no es
una cuestión de hecho, el tiempo es una medida que interviene únicamente para
registrar el momento de la incidencia simultánea y la incidencia sucesiva de
los haces de luz y nada más, eso es todo.
Que
la simultaneidad es relativa es un hecho, que el tiempo es relativo es solo una
interpretación erróneamente inferida a partir de la confusión de la relatividad
de la simultaneidad con una supuesta relatividad del tiempo, supuesta porque no
existe ningún hecho o evidencia empírica que la respalde.
3. EL PROBLEMA DEL SUPUESTO FENÓMENO DE LA
DILATACIÓN DEL TIEMPO: ¿RALENTIZACIÓN DEL RELOJ O RALENTIZACIÓN DEL TIEMPO?
Se
dice que si hipotéticamente una nave viajara al espacio llevando un reloj
exactamente igual a otro que se encuentra en un centro de observación en la
Tierra, a medida que la velocidad de la nave se aproximara a la velocidad de la
luz las agujas del reloj de la nave vistos desde la Tierra se moverían cada vez
con más y más lentitud, hasta detenerse totalmente –“congelarse”– si
hipotéticamente la nave alcanzara la velocidad de la luz. A partir de este
hecho hipotético, Einstein concluyó que el movimiento a altas velocidades
cercanas a la de la luz afecta al tiempo y no al reloj: retrasándolo,
dilatándolo, tal que, si llegara a igualar a la velocidad de la luz, el tiempo
–asimismo, no el reloj– se detendría completamente, se congelaría, habría
desaparecido el tiempo totalmente.
Aquí,
mi hipótesis es que ha habido una burda confusión, se ha confundido el tiempo con el reloj. Por lo tanto, la hipótesis correcta es:
El movimiento a altas velocidades afecta al reloj retrasándolo
más y más a medida que aumenta más y más la velocidad, a tal punto que, si
teóricamente, alcanzara la velocidad de la luz, el reloj se detendría
totalmente.
Ningún
físico acepta esta hipótesis, todos, terca y obstinadamente creen que el que es
afectado es el tiempo. Así dicen: “Pero la teoría de la relatividad especial considera
que no es la “duración” la que se estira –en el sentido anterior–. Es el tiempo
mismo, al nivel substancial y fundamental el que se dilata o se contrae”[1]. Pero
yo ya he planteado el reto a los físicos, si creen que el tiempo es el que se
estira o se contrae, pues demuestren que el tiempo existe como una entidad
física en la realidad, independientemente del estiramiento o contracción de la
materia. Por debajo de esta actitud dogmática claramente subyace la falacia de
apelación a la autoridad y la falacia de apelación al pueblo, porque es como si
dijeran: “Eso ya lo dijo Einstein”, “Todo el mundo cree que eso es así”,
etc.
Yo voy a demostrar que todos están equivocados. Mi línea de análisis y argumentación
es como sigue.
En
este problema están en juego tres cosas: movimiento a alta velocidad,
reloj
y tiempo. La cuestión es determinar: cuál es causa de cuál, cuál es efecto de
cuál, o es que no hay ninguna relación causal entre ninguna de ellas. Hay
cuatro alternativas lógicamente posibles:
(a)
El movimiento a altas velocidades afecta al reloj.
(b)
El movimiento a altas velocidades afecta al tiempo.
(c)
En
el movimiento a altas velocidades el
tiempo afecta al reloj
(d)
En
el movimiento a altas velocidades el
reloj afecta al tiempo
Antes
de analizar, fundamentar y decidir cuál es la alternativa correcta y verdadera,
voy a sentar algunos fundamentos a modo de premisas.
Hay
una propiedad obvia de la materia que se puede enunciar informalmente como un
principio, de una manera muy simple como sigue:
Lo físico solo afecta a lo físico
(1)
Es
decir, la materia interactúa solo con la materia, no puede interactuar con nada
que no sea materia, por ejemplo, con ideas, conceptos, números, etc.
Por
otra parte, ya antes hemos enunciado el criterio semántico para el uso
con sentido y significado correcto del término tiempo: el término tiempo deberá
usarse siempre solo como adjetivo y nunca como sustantivo, por cuanto, el
término tiempo correctamente usado siempre se refiere solo a la medida de la
duración de algún proceso, cambio, movimiento, etc., o al registro del momento
en que ocurre algún suceso y, nunca a ninguna entidad de la realidad, porque no
existe.
Ahora,
usando como premisas estos fundamentos, se puede analizar y eliminar fácilmente
a tres de las cuatro alternativas como sigue.
De
las cuatro alternativas, la única alternativa correcta y verdadera es (a), por
cuanto, es la única que describe y se refiere a un fenómeno observable y
verificable, como inconsecuentemente algunos investigadores reconocen:
Como
ya se explicará previamente, la velocidad relativa entre el reloj del receptor
y los relojes de los satélites, produce un efecto previsto por la relatividad
especial (RE) que hace que los relojes de los satélites se atrasen respecto del
reloj
del receptor (o que disminuya su frecuencia)[2].
Y,
además, está plenamente de acuerdo con el principio (1). En cambio, las otras
tres son sinsentidos y falsos, tal como se demuestra, como sigue.
(b)
Esta alternativa es falsa por las siguientes razones. Primero, porque viola el
principio (1), a menos que los físicos demuestren que el tiempo es una entidad
física; segundo, porque viola el criterio semántico para el uso correcto del
término tiempo, ya que se está usando como sustantivo, lo cual no tiene
sentido; tercero, porque no tiene sentido que lo medido afecte a la
medida. Así, por ejemplo, que la
longitud o extensión de un terreno afecte al metro, o la leche afecte al litro,
etc.
(c)
Es sinsentido y falsa porque viola el principio (1), dado que los conceptos no
pueden interactuar con la materia, ya que el tiempo como conjunto de unidades
de medida son conceptos y el reloj está hecho de materia, a menos que los
físicos demuestren que el tiempo es una entidad material.
(d)
Es falsa y sinsentido por las mismas razones que en la alternativa anterior,
pero al revés.
En
síntesis, para ser más claro, preciso y concluyente, bajo las condiciones antes
expuestas, los únicos datos de que se dispone son:
(i)
El
movimiento a altas velocidades afecta al reloj, haciendo que sus agujas giren
cada vez más lentamente a medida que aumenta más la velocidad de la nave.
(j)
Tal
que, si teóricamente, la velocidad de la nave llegara a ser igual a la de la
luz, las agujas del reloj dejarían de girar totalmente.
Aquí,
la única evidencia o dato empírico observable y verificable es (i), (ii) es
solo un dato teórico.
A
partir de estos datos, la única conclusión que se puede inferir válidamente es
(a):
El
movimiento a altas velocidades afecta al reloj
En
cambio, no se puede inferir válida, lógica ni causalmente ninguna de las otras tres
alternativas: (b), (c) ni (d). Entonces, aquí la gran pregunta es: ¿cómo, entonces,
Albert Einstein llegó a la conclusión:
El movimiento a altas velocidades afecta el tiempo?
La
respuesta es simple: ¡Albert Einstein simplemente se equivocó
El
quid del asunto aquí, el problema fundamental, es:
¿Qué
es lo que atrasa al reloj?, ¿por qué se atrasa el reloj cuando viaja a altas
velocidades?, ¿por qué ocurre este fenómeno? Hasta el momento nadie lo sabe. Einstein,
en lugar de investigar, explicar y resolver este problema, lo que hizo fue
simplemente dar un salto inferencial incorrecto llegando a conclusiones falsas
con respecto al tiempo. La solución de este problema está totalmente pendiente.
Yo tengo mi propia hipótesis, la cual tiene que ver con la solución de otro
problema fundamental: la gravedad, la cuarta fuerza fundamental de la
naturaleza, hipótesis que espero exponer en otro artículo.
4. LA ALTERACIÓN DEL RELOJ POR LA GRAVEDAD:
¿RALENTIZACIÓN DEL RELOJ O RALENTIZACIÓN DEL TIEMPO?
Igualmente,
el reloj es también afectado por la alta gravedad. Partiendo de la Tierra, que
sería la gravedad de referencia comparativa mínima que no afectaría, en un
planeta como Júpiter que es 318 veces más grande que la Tierra, las agujas del
reloj girarían con más lentitud, en un agujero negro, en el supuesto caso,
teóricamente si el reloj no se desintegrara, las agujas del reloj se detendrían
totalmente.
Pero,
Einstein y sus seguidores dicen que el tiempo sería el que sufriría tales
alteraciones, o sea, sostienen el mismo argumento para la supuesta alteración
del tiempo frente a altas velocidades. Pero, nuevamente, este argumento no
resiste un análisis serio. La única posible evidencia empírica observable y
verificable es la alteración del reloj, en cambio, no existe ninguna evidencia
empírica sobre la alteración del tiempo. Entonces, ¿cómo saben que el tiempo es
el que se altera y no el reloj?
Estos
dos fenómenos, de la alteración del reloj por la alta gravedad y la alta
velocidad, por el principio de la equivalencia de la masa inercial con la masa
gravitacional, en el fondo, vendrían a ser un mismo fenómeno, problema que
hasta el momento solo ha sido descrito, pero no ha sido explicado, por la
carencia de una hipótesis que tendría que ver con la solución del problema de
la gravedad o cuarta fuerza fundamental de la naturaleza.
Sin
embargo, hay una clara diferencia con la alteración que sufren los relojes que
viajan en las naves a alta velocidad, la ralentización de estos relojes no es
proporcional a la velocidad, en cambio la ralentización de los relojes
(terrícolas) en los planetas si es proporcional a la gravedad de éstas, por
cuanto, la gravedad de los planetas es constante e invariable. Por lo tanto, en
un planeta de más gravedad que la Tierra, un reloj terrícola se atrasaría, pero
luego se estabilizaría y, serviría para medir el tiempo de la duración de
cualquier fenómeno en dicho planeta.
Ahora,
a la inversa, el análisis lógico presuposicional –inversa de la implicación–
sugiere que en los astros de una gravedad más baja que la de la Tierra deberá
suceder exactamente un fenómeno contrario: las agujas del reloj deberían girar
cada vez más rápido, por ejemplo, en la Luna, en los asteroides, en el vacío,
etc. Precisamente, esto es lo que sucede en:
Los
relojes de los satélites GPS que requieren de una sincronización con los
situados en la Tierra para los que hay que tener en cuenta la teoría general de
la gravedad y la teoría especial de la gravedad …La desaceleración relativista
del tiempo debido a la velocidad del satélite es de aproximadamente de 1 por 1010,
la dilatación gravitacional del tiempo hace que el reloj del satélite sea
alrededor de 5 partes de 1010 más rápido que un reloj situado en la
Tierra[3].
Hasta
aquí, en conclusión:
1. Mi hipótesis es que el tiempo como una entidad
material o física no existe, en todo caso, la carga de la prueba de lo
contrario le corresponde a los físicos.
2. El tiempo, tal como se ha expuesto a partir de sus
antecedentes históricos, es simplemente una medida para medir la duración de
cualquier fenómeno, proceso o movimiento o para registrar la ocurrencia de
algún suceso.
3. El
tiempo no es relativo ni absoluto, por cuanto, el tiempo en sí, como alguna entidad
física o material, no existe.
4. Sin embargo, en particular, hay solo exactamente dos
sentidos en los que el tiempo como
medida es relativo en el Universo. Primero, en el fenómeno de la dilatación
del tiempo –hablando con propiedad, en el
fenómeno de la ralentización
del reloj–, cuando teóricamente una nave espacial alcanzase una velocidad
próxima a la de la luz; segundo, en los astros con más o menos gravedad que la
Tierra.
5. ESPACIO-TIEMPO
Con
respecto a este concepto existen los siguientes problemas que es necesario
discutir, aclarar y precisar, porque ya desde Einstein mismo y luego
posteriormente en sus seguidores se percibe una cierta carencia de claridad y
coherencia que han dado lugar a una ambigüedad y cosificación del tiempo y del
concepto de espacio-tiempo:
P1 ¿Cuál
es la naturaleza del espacio-tiempo?
P2 ¿Cuál
es la naturaleza del “continuo” en el continuo espacio-tiempo?
P3 ¿Cuál
es el alcance del espacio-tiempo?
P4 ¿Se
puede viajar en el tiempo? ¿Cuál es el sentido de esta pregunta?
5.1 LA NATURALEZA DEL ESPACIO-TIEMPO
Con
respecto a este problema hay solo dos alternativas:
(a) O es solo un modelo matemático, un método, una técnica
para conocer dónde (utilizando las tres dimensiones geométricas: ancho, alto y
profundidad) y cuándo (el tiempo)
ocurrió, ocurre u ocurrirá un suceso en el Universo.
(b) O es (además), una entidad física que existe en la
realidad.
La
hipótesis correcta es la alternativa (a). Es decir, la naturaleza o el estatuto
ontológico del espacio-tiempo es únicamente metodológico y cognoscitivo.
La
hipótesis (b) no solo es un sinsentido, sino que es falsa por las siguientes
razones. Con respecto a la naturaleza física y real del espacio no hay ninguna
discusión. Con respecto al tiempo ya hemos demostrado en la primera parte, que
es una entidad de naturaleza únicamente metodológica, cultural y convencional. Es decir, el tiempo en tanto medida, es solo
una creación del hombre, por lo tanto, no tiene sentido que exista en la
realidad, entonces, consecuentemente, (b) es falsa, porque en la realidad no existe ninguna entidad que se llame espacio-tiempo.
En
la práctica, entre los físicos, la ambigüedad entre (a) y (b) surge de la
siguiente manera. Cuando los físicos están hablando del espacio-tiempo como un
nuevo y un solo concepto, como resultado de la fusión de dos categorías
distintas y separadas de espacio y tiempo en la física clásica, y luego lo
formulan como un método a través de un modelo matemático, para ubicar,
describir y conocer dónde y cuándo ocurrió, ocurre u ocurrirá un
suceso en el Universo, sin darse cuenta, terminan hablando del espacio-tiempo
como una cosa, un objeto existente en la realidad.
Así,
por ejemplo, cuando Albert Einstein dice:
Para
describir los sucesos de la naturaleza debemos usar, en realidad, cuatro
y no dos números. Nuestro espacio físico, concebido a partir de los objetos y
sus movimientos, tiene tres dimensiones, y las posiciones quedan determinadas
por tres números. El instante en que se produce el suceso es el cuarto número.
Todo suceso queda caracterizado por cuatro números; y a cada cuatro números corresponde
recíprocamente un suceso. Por eso, el mundo de los sucesos es un continuo de
cuatro dimensiones (1986, p.66).
En
los subrayados por mí, cuando dice: “para describir…” está hablando del
espacio-tiempo como un método, pero cuando dice: “el mundo de los sucesos es un
continuo de cuatro dimensiones” quiere decir que el espacio-tiempo está en el
mundo, en la realidad, como cosa y no como método, porque todo suceso, según
él, en la realidad tiene cuatro dimensiones.
Peor
aún, cuando en una forma totalmente explícita y directa, en una cita encontrada
en el Internet, dice: “A quien no es matemático lo sobrecoge un misterioso
escalofrío cuando oye hablar de objetos
“cuatridimensionales como si se tratara de conceptos ocultos. Y, sin embargo,
no hay afirmación más trivial que decir que nuestro mundo es un espacio-tiempo continuo cuatridimensional. (Einstein)”[4].
Nuevamente,
aquí, en los subrayados a propósito por mí, dice que el “continuo
espacio-tiempo cuatridimensional es un objeto y, que “nuestro mundo es un espacio-tiempo
cuatridimensional”.
Asimismo,
sus seguidores caen en el mismo error de confusión, cosificación y ambigüedad.
Por ejemplo, cuando los siguientes autores dicen:
Martin
Gardner: “No hay nada misterioso u oculto en ello, significa simplemente que cada
suceso que tiene lugar en el Universo es un suceso de espacio-tiempo ocurre
en un mundo cuatridimensional, es decir, se puede describir mediante
tres coordenadas espaciales y una temporal” (1995, p. 97).
En
un artículo de Internet un autor dice: “El
espacio-tiempo es un modelo
matemático
que combina el espacio y el tiempo en un único continuo como dos conceptos
inseparablemente relacionados. En este continuo espacio-tiempo se desarrollan
todos los eventos físicos del Universo”[5].
Stephen
Hawking: “La teoría de la relatividad nos fuerza por el contrario a cambiar
nuestros conceptos de espacio y tiempo. Debemos aceptar que el tiempo no
está completamente separado e independiente del espacio, sino que, por el
contrario, se combina con él para formar un objeto llamado espacio-tiempo”
(2005, p. 38).
Todos
los subrayados en las citas anteriores son del autor de este artículo.
Ahora,
voy a analizar y demostrar que todos estos autores caen en el mismo error de
confusión y ambigüedad que Einstein y terminan cosificando el espacio-tiempo.
Cuando
Martin Gardner dice: “cada suceso que tiene lugar en el Universo es un suceso
de espacio-tiempo” está hablando del espacio-tiempo como una entidad física que
está presente en la ocurrencia de cada suceso, asimismo, cuando dice que “cada
suceso ocurre en un mundo cuatridimensional”, quiere decir que cada suceso
ocurre en un mundo físicamente de cuatro dimensiones. Lo cual es falso, porque
en el mundo está únicamente el espacio y los sucesos, cuya duración u
ocurrencia se mide o se registra con el tiempo, que viene puesto por el hombre
desde afuera.
Cuando
el autor del artículo del Internet dice: “El espacio-tiempo es el modelo
matemático que combina el espacio y el tiempo en un único continuo como dos
conceptos inseparablemente relacionados” está esencialmente en lo cierto, porque,
en otras palabras, lo que quiere decir es, que el espacio-tiempo es un concepto
compuesto de otros dos conceptos, de concepto de tiempo y de concepto de espacio,
y luego, este concepto compuesto viene a ser el nombre de un modelo matemático.
Pero, luego, cuando dice: “En este continuo espacio-tiempo se desarrollan todos
los eventos físicos del Universo”, cae en una flagrante ambigüedad, porque
termina cosificando al espacio-tiempo.
Cuando
Stephen Hawking dice que el espacio y tiempo no están separados y no son
independientes, sino que, por el contrario, se combinan para formar un objeto
llamado espacio-tiempo, está hablando de espacio y tiempo no como conceptos,
sino como entidades físicas, y que estas entidades físicas están combinadas y
unidas inseparablemente en la realidad formando otro objeto llamado
espacio-tiempo. Lo cual es falso, porque en la realidad no existe ningún objeto
llamado espacio-tiempo, el espacio-tiempo es únicamente una combinación
de dos conceptos no de dos cosas.
5.2 LA
NATURALEZA DEL “CONTINUO” EN EL CONTINUO ESPACIO-TIEMPO
¿Cuál
es la naturaleza del “continuo” en el continuo espacio-tiempo?, en otras
palabras, ¿de qué naturaleza es el continuo entre el espacio y el tiempo? Obviamente,
no es geométrico ni matemático, como el continuo de la serie de los números
reales ni de los conjuntos no enumerables, presuntamente es físico. Esto
significa que, en la realidad, ambos, el espacio y el tiempo, son entidades
físicas que siempre están juntas y unidas inseparablemente. Pero, esto es
falso, como vamos a ver enseguida.
Analizando
conceptualmente, el “continuo” en el continuo espacio-tiempo quiere decir, que,
en la realidad, el espacio y el tiempo siempre están inseparablemente unidos,
que no puede existir espacio sin tiempo ni tampoco tiempo sin espacio. Pero
esto es falso, porque:
1. Ya hemos demostrado antes, que el espacio-tiempo no
existe en la realidad, que no existe en la realidad ningún objeto que se llame así,
porque el espacio-tiempo es simplemente un constructo, un método formulado
mediante un modelo matemático que sirve para ubicar, describir y conocer dónde y cuándo ocurrió, ocurre u ocurrirá un suceso en el Universo.
2. El tiempo, según hemos definido antes, no es una
entidad física que existe en la realidad, sino es un constructo, una medida que
sirve para medir la duración de algún fenómeno o para registrar el instante en
que ocurre algún suceso en el Universo.
En consecuencia, si no existe en la realidad ningún
objeto que se llame espacio-tiempo entonces tampoco no tiene ningún sentido que
exista en la realidad ningún continuo entre el espacio y el tiempo, un continuo
híbrido, entre el espacio que es una entidad física y el tiempo, que, por
definición, es una entidad conceptual.
Entonces, ¿qué es lo que quiso decir Minkowski cuando
le sugirió usar esta expresión a Albert Einstein y, éste, al parecer
simplemente la tomó y la usó irreflexivamente? ¿Habrá alguna interpretación
bajo la cual tendrá algún sentido subyacente esta expresión? Porque cuando
menos, instrumentalísticamente, las ecuaciones de la teoría de la relatividad
tienen sentido y uso en la práctica. La única interpretación posible que le da
sentido a esta expresión es la siguiente.
El continuo espacio-tiempo tiene sentido y existe,
pero no como un continuo físico en la realidad, sino como el continuo de los
conceptos de espacio y tiempo en el conocimiento de todo hecho en la
naturaleza, porque en el conocimiento de todo hecho siempre intervienen el
espacio y el tiempo, ya que si hay un hecho, éste siempre tiene que estar en el
espacio, dentro de alguna coordenada espacial, por un lado, y por otro, si hay
algún hecho, éste siempre tiene que estar
en el tiempo, en el presente, el pasado o el futuro. En este sentido,
los que están inseparablemente unidos, no son el espacio y el tiempo
físicamente, sino los conceptos de espacio y tiempo en el conocimiento de todo
hecho. Entonces, la naturaleza del “continuo” del espacio-tiempo no es de
carácter físico, sino de carácter cognoscitivo.
Desde el punto de vista matemático el continuo
espacio-tiempo de la teoría de la relatividad es una novedad frente a la física
clásica, pero desde el punto de vista filosófico, en particular, de Kant, en
cierta forma, no es ninguna novedad, ya que el conocimiento de todo hecho es
posible solo siempre tomando en consideración a la vez al espacio y al tiempo.
Entonces, ¿por qué Einstein y sus seguidores creen que
el continuo entre el espacio y el tiempo es físico y real?, porque cometieron
el error de proyectar la forma de la estructura del lenguaje del conocimiento a
la estructura de la realidad, porque confundieron la forma del conocimiento con
la forma de lo conocido. Todo conocimiento es a través del lenguaje, no hay
conocimiento directo o sin lenguaje. Todo lenguaje tiene estructura, a través
del cual se trata de capturar la estructura de la realidad, pero rara vez
coincide, su coincidencia total es solo casual, hipotética y provisional,
porque no todo lo que está en la estructura del lenguaje está en la estructura
de la realidad, muchas cosas que están en la estructura del lenguaje no están
en la realidad, solo han sido puestas por el hombre con fines de conocimiento.
Así, por ejemplo, ninguna de las escalas de medición de la temperatura: de
Celsius, Fahrenheit, Kelvin, Reamur, etc., no están en la realidad; así como tampoco,
las escalas de medición de los grados de sismos: de Mercalli, Richter, etc.,
tampoco están en la realidad. Así, si analizamos cuidadosamente el
espacio-tiempo, qué hay en la realidad: el espacio es real, su existencia con o
sin interacción con la materia es indiscutible. Pero el tiempo ha sido puesto
por el hombre, no está en la realidad, porque como ya hemos analizado antes, lo
que está en el espacio es solo la materia con sus diversas formas de
transformación y movimiento, cuya duración se mide con una medida convencional
que es el tiempo.
5.3 EL
ALCANCE DEL SUPUESTO “TIEMPO RELATIVO”
Digo del supuesto “tiempo relativo”, porque como ya se
ha demostrado antes, lo que es relativo no es el tiempo, ya que éste no existe,
sino lo relativo es la medición de la duración, a esto es lo que se llama tiempo. Hecha esta aclaración una vez más, es
necesario poner de manifiesto explícitamente, que la medición del tiempo es relativa
en el Universo solo en dos instancias exactamente:
1. En las naves que viajan a altas velocidades cercanas a
la de la luz.
2. En los astros de alta gravedad.
Solo en estas situaciones la relatividad de la
medición del tiempo se manifiesta absolutamente evidente.
Se conocen tres escalas de tiempo:
1. Cósmica, que tiene que ver con la edad del Universo, que
desde el Big-Bang hasta ahora se estima en unos 13,700’ 000.000 de años.
2. Geológica, que se refiere a la edad de la Tierra, que se estima
en 4,500 millones de años.
3. Histórica, que se refiere a la edad de la civilización humana,
que por convención se divide en antes y después de Cristo, que sumados apenas
van un poco más allá de 5,000 años.
La
medición del tiempo en estas escalas no
es relativa, y principalmente se refiere al tiempo pasado, además, el tiempo pasado es absoluto, porque es
total y definitivamente inmodificable e irreversible.
Pero,
además, en la ciencia, en la misma física, en la física clásica, que se usa
diariamente, la medición del tiempo no es relativa, no existe este problema. En
consecuencia, es falso que el tiempo sea relativo, mejor dicho, la medición del
tiempo sea relativa en general, o sea, en todos los casos, es relativa
únicamente solo en los dos casos clara y explícitamente antes mencionados.
Sin
embargo, parece que todos los físicos creen y están plenamente convencidos de
que todo tiempo es relativo, obviamente, por supuesto, todos, sin excepción,
creen que el tiempo existe físicamente en la realidad independientemente de su
medición; y algunos otros, ya abiertamente han
caído en el extremo del sensacionalismo y fanatismo, impropio de un
científico frío y reservado, como el mismísimo físico teórico y cosmólogo brillante
y tan celebrado como Stephen Hawking, quien dijo: “la teoría de la relatividad
acabó con la idea de tiempo absoluto. Cada
observador debe tener su propia medida de tiempo, que es la registra un reloj
junto a él, y relojes idénticos moviéndose con observadores diferentes no
tendrían por qué coincidir” (2005, p. 36). Esta afirmación sensacionalista y
exagerada es falsa, porque:
Primero,
porque no todo tiempo es relativo, como ya hemos visto.
Segundo,
cuando dice: “Cada observador debe tener su propia medida de tiempo, que es la
registra un reloj junto a él”, ¿a qué observador se refiere?, obviamente, a los
científicos, específicamente, a los físicos, pero hablando propiamente, se
refiere solo a los astronautas, pero
ni aún esto no es del todo cierto, se refiere solo a los astronautas que viajan
a velocidades cercanas al 99% de la velocidad de la luz, porque como ya hemos
visto, recién a esa velocidad se
manifiesta ostensiblemente el fenómeno de la “dilatación del tiempo”, a
velocidades menores la diferencia entre los relojes de los astronautas con los relojes de la Tierra es demasiado
pequeña e insignificante y, en la práctica, ningún astronauta puede viajar a
velocidades cercanas a la de la luz, la posibilidad es pura hipótesis teórica.
5.4 SOBRE EL VIAJE EN EL TIEM PO
A
veces se dice que según el presentismo:
“Lo
único que existe es el presente, porque el futuro todavía no existe –o quizá no
exista–, el pasado, ya no existe”.
Antes
que nada, para intentar de una vez por todas resolver este problema, o, mejor
dicho, en general, para desvanecer este pseudoproblema:
1. Habría que definir qué significa o qué se entiende por
pasado, presente y futuro.
2. Precisar: pasado, presente y futuro, ¿de quién? o ¿de
qué?, porque estos conceptos son relativos.
Brevemente, para los propósitos de este trabajo, como
una hipótesis tentativa, por estos conceptos entenderemos lo siguiente:
Pasado: es el tiempo
de duración de todos los hechos, procesos y sucesos que ocurrieron antes del presente.
Presente: es el intervalo
de tiempo comprendido entre el pasado y
el futuro, un tiempo convencionalmente establecido, que puede ser, desde
fracciones de segundo hasta un siglo como límite, de la duración de hechos,
procesos y sucesos verificables directamente por una persona o una generación
de personas.
Futuro: es el tiempo
hipotético de la duración de hechos, procesos y sucesos que ocurrirán después del presente.
Ahora, el pasado, el presente o el futuro, puede ser:
a) Del
Universo: desde hace unos 13,700 millones de años,
desde el Big-Bang hasta ahora.
b) De
la Tierra: desde su origen hace 45,000 millones de años
hasta ahora.
c) De
la vida en la Tierra: de su evolución, desde hace 3,000 millones de
años hasta ahora.
d) De
la historia humana: dividida en periodos y épocas, más o menos,
arbitraria y convencionalmente establecidos, desde la aparición de las primeras
formas de cultura hasta la actualidad.
e) Del
individuo: de cada persona.
f) Etcétera.
Ahora,
brevemente, voy a demostrar que, dentro del contexto de la teoría de la
relatividad general, como consecuencia de la llamada dilatación del tiempo, hay
solo una pizca de sentido de la expresión “viaje en el tiempo” y únicamente de
“viaje al futuro” y, todo lo demás, científicamente son puros disparates, o
bien, puras estructuras matemáticas sin ningún modelo (modelo en el sentido de
la teoría de modelos), o bien, son puras fantasías y ficciones literarias.
En
primer lugar, según la teoría de la relatividad general solo es posible viajar
al futuro, pero no al pasado. Sin embargo, los escritores de ciencia ficción
han escrito decenas de novelas sobre viajes en el tiempo, pues en la literatura
todo es posible, e inclusive, mundos lógicamente imposibles, porque la
literatura es el reino de la absoluta libertad de pensamiento e imaginación sin
límites.
¿Qué
significa viaje al futuro? Si estamos en el año 2,020, por ejemplo, ¿significa
acaso que alguien puede viajar al futuro de la humanidad, digamos, hacer un
viaje de un año y conocer por anticipado y contar qué cosas son los que van a
pasar, digamos, en los años 2030 o 2040? No, no significa eso, eso es
absolutamente imposible. El futuro de la humanidad es absolutamente imposible
de conocer por anticipado. Apenas se puede predecir solo algunos eventos cósmicos.
Viajar al futuro significa solamente lo siguiente.
Imaginemos
– dicen – un astronauta que viaja en su nave a una velocidad cercana a la de la
luz, digamos, al 99%. Se dirige a Alfa-Centauri que está a 4.37 años luz de
distancia de la Tierra. A esa velocidad tardaría casi 9 años en ir y volver a
la Tierra. Cuando regrese sus compañeros tendrán 9 años más que cuando partió.
Sin embargo, debido a la dilatación del tiempo, él no será 9 años más viejo,
sino solo un año… Habrá viajado al futuro[6].
¿A
qué futuro habría viajado, el astronauta? ¿al futuro de la humanidad? No, solo
habría viajado a su futuro, que es el presente y hasta ya el pasado de la humanidad
de ese momento. Es como si pudiéramos poner a dormir o poner algo así como en
un estado de hibernación a una persona, si las condiciones tecnológicas nos lo
permitieran, por 70 años, y luego después le despertáramos. ¿Cuál sería la diferencia?
¡Ninguna! Y, ese hecho, si fuera posible, ¿qué importancia tendría para la
humanidad?, pues, ninguna. Lo que tendría una importancia extraordinaria sería
viajar y conocer el futuro de la humanidad, pero eso es absolutamente
imposible.
Pero,
aún ni siquiera, esa posibilidad del viaje del astronauta a su futuro es
posible, no solo real y tecnológicamente, sino es hasta teóricamente imposible,
por las siguientes razones:
1. Es real y tecnológicamente imposible, porque tomando en
cuenta el grado de desarrollo de la ciencia y la tecnología alcanzado por el
hombre hasta la actualidad:
a) No es posible alcanzar velocidades tan altas cercanas
a la velocidad de la luz que es 300,000 kilómetros por segundo, dado que la
máxima velocidad alcanzada por las naves espaciales lanzadas al espacio hasta
ahora es apenas 11 kilómetros por segundo.
b) El hombre realmente no ha podido ni siquiera llegar a
la Luna hasta ahora, porque no ha podido atravesar el Cinturón de van Allen que
está solo a kilómetros de distancia
de la Tierra, mientras tanto, la NASA ha estado engañando a toda la humanidad,
tal como están apareciendo muchas denuncias que no han sido desmentidas.
2. Es teóricamente imposible, porque el efecto del
fenómeno de la dilatación del tiempo – realmente, es dilatación del reloj, como
ya se ha demostrado – no es proporcional
a la velocidad, sino se manifiesta ostensiblemente recién cuando
se alcanza el 99% o el 99.99% de la velocidad de la luz, como dice un autor:
Los efectos de la dilatación temporal se notan de
manera más evidente cuando estamos muy cerca del límite de la velocidad de la
luz. El efecto de la dilatación temporal no es muy diferente entre ir al 1% de
la velocidad de la luz o ir al 50%, pese a que el incremento de la velocidad es
muy grande. Sin embargo, el efecto es muy evidente si comparamos con un viaje
al 99% y otro al 99.99%.
Así´, vemos que
nuestro reloj se ralentiza respecto del reloj de la persona que está quieta. Y,
a mayor velocidad la ralentización también es mayor. A velocidades cercanas a la de la luz (al
99%, por ejemplo), cuando para el observador en reposo pasa 7 años, para
nosotros apenas habrá pasado uno.
Y si aumentamos la velocidad, el salto temporal es
mayor. Si viajamos durante un año al 99.99% de la velocidad de la luz, habrán
pasado más de 70 años en la Tierra. Llegaremos al futuro (dentro de 70 años) en
tan solo un año. Nuestro compañero que se quedó en la Tierra habrá envejecido 70
años, pero nosotros, no. Habremos viajado al futuro, en el que otro es más
viejo y nosotros estamos casi igual. (La llamada paradoja de los gemelos se
basa en esta teoría)[7].
Pero, el 99% y peor aún el 99.99% de la velocidad de
la luz técnicamente ya es igual a la velocidad de la luz, que es 300,000
kilómetros por segundo. Y esta es la velocidad máxima del Universo. Y, aparentemente,
ninguna otra partícula distinta del fotón puede alcanzar esa velocidad.
Entonces ninguna nave espacial puede alcanzar esa velocidad, dado que, según la
teoría de la relatividad a esa velocidad, además, aparecen otros fenómenos más:
la longitud de la nave se contrae y su masa inercial tiende a ser infinita,
entonces para acelerarla a esa velocidad se requeriría una energía casi
infinita, lo cual es imposible.
En consecuencia, si para que se manifieste
ostensiblemente el fenómeno de la dilatación temporal se requieren alcanzar
esas velocidades imposibles, entonces, el pretendido viaje del astronauta a su futuro es absolutamente imposible,
no solo tecnológicamente, sino teóricamente. Entonces, la llamada paradoja de
los gemelos no resulta ser otra cosa que puro cuento, propio de las novelas de
ciencia ficción. Sin embargo, algunos físicos teóricos insisten que se podría
viajar en el tiempo a través de los llamados “agujeros de gusanos”, que están
descritos – dicen – en las ecuaciones de la teoría general de la relatividad.
Y, más aún, ¡hablan de “universos paralelos” y hasta de “multiuniversos”! Pero
todos ellos se equivocan, porque están soñando despiertos solo matemáticamente
y, no todo lo que es posible
matemáticamente o lógicamente, es posible realmente y, además, están
presuponiendo que el tiempo y el espacio-tiempo son entidades que existen
físicamente en la realidad, lo cual es falso, como ya hemos probado antes.
BIBLIOGRAFÍA
EINSTEIN, Albert y
INFELD, Leopold (1986). La evolución de la
física. Barcelona, Salvat Editores S. A.
EINSTEIN, Albert (1985). El
significado de la relatividad. Planeta, México.
GARDNER, Martin (1985). La
explosión de la relatividad. Barcelona, Salvat Editores S.A.
HAWKING, Stephen (1998). Historia
del tiempo. Barcelona, Grijalbo.
HUERTA, Eduardo et al (2018). “El GPS y la teoría de la relatividad”.
Argentina en: https://www.researchgate.net/publication/266044844_El_GPS_y_la_Teoria_de_la_Relatividad
MORONES IBARRA, Huerta (2008). “La medición del tiempo”. Ingenierías, octubre-diciembre 2008,
vol. XI, N0 41
NEWTON, Isaac (1687). Philosophiae
Naturalis Principia Mathematica. Londres, B. Motte.
SAN AGUSTÍN (1965). Confesiones. Madrid. Espasa
Calpe S.A.
[3] https://es.wikipwdia.org/wiki/GPS
[6] https://cronautas.wordpress.com/2005/10/05/dilataciontemporal/
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