INCA PHILOSOPHY AND ITS DIALECTICAL
COSMOVISION
BEYOND PHILOSOPHICAL EUROCENTRISM
Oscar A. Agrada Espinoza
Bachiller en
Ciencias de la Educación, y Profesor de Educación Secundaria, Especialidad:
Filosofia, Psicologia y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de San
Cristóbal de Huamanga, Mag. en Administración de la Educación por la
Universidad Inca Garcilaso de la Vega, y Doctor en Educación y Profesor auxiliar en la Universidad
Nacional de Educación.
Correo-e: aagrada@une.edu.pe
Resumen
Este artículo explora la filosofía inca y su cosmovisión dialéctica,
desafiando el eurocentrismo que ha dominado la interpretación filosófica. A
través de una revisión crítica, se argumenta que la filosofía en el Antiguo
Perú posee una complejidad comparable a la de las filosofías de la China
Dinástica o la Grecia clásica. La cosmovisión inca se fundamenta en una
interrelación dialéctica entre conceptos opuestos y la percepción de la vida
como un continuum universal, en el cual todo está interconectado. Se examinan
las aportaciones de cronistas y estudios contemporáneos para destacar la
riqueza filosófica de la cultura andina y se contrasta con las visiones
occidentales predominantes.
Palabras clave: gnosis, praxis, deber, transformar
Abstract
This article explores Inca
philosophy and its dialectical worldview, challenging the Eurocentrism that has
dominated philosophical interpretation. Through a critical review, it is argued
that philosophy in Ancient Peru possesses a complexity comparable to that of
the philosophies of Dynastic China or classical Greece. The Inca worldview is
based on a dialectical interrelationship between opposing concepts and the
perception of life as a universal continuum, in which everything is
interconnected. The contributions of chroniclers and contemporary studies are
examined to highlight the philosophical richness of Andean culture and
contrasted with the predominant western views.
Key words: gnosis, praxis, duty, transforming
"Estos indios contemplan constantemente
los
cielos y los signos, lo que ha hecho de ellos
excelentes adivinos del tiempo"
Cieza de León (1553)
Introducción
La filosofía inca, como la desarrollada en el Antiguo Perú, ha sido
frecuentemente relegada a una visión eurocéntrica que minimiza su profundidad y
originalidad.
En este artículo, se sostiene
que el pensamiento filosófico en el Tawantinsuyo (el Imperio Inca) merece un
reconocimiento por su complejidad y relevancia, similar a las tradiciones
filosóficas de otras civilizaciones antiguas. Al igual que en la China de la
dinastía Tang o en la Grecia de Sócrates, El pensamiento inca estaba
profundamente arraigado en una cosmovisión que integraba la naturaleza, la
sociedad y la espiritualidad en una dialéctica única.
Desarrollo
Con la venia de la Dra. María Rivara de Tuesta, sustentamos que sí hubo
filosofía en el antiguo Perú, como lo hubo en la China de la Dinastía Tang (Lao
Tsé, Confucio), o en la Grecia de Sócrates. Para la filosofía inca nada está
separado, el tiempo, el espacio, el kausay, el wañuy, todo tiene
una interrelación dialéctica y función. Tienen su opuesto o contradicción como:
el hombre, la mujer, la luna, el sol, el hanan y el hurin, lo
visible y lo invisible, etc. El concepto de vida para el andino es distinto al
del occidental. Sustentan que todo vive. Nada es absoluto. El filosofar servía
para la acción. Es en el siglo XVI cuando el Inca Garcilaso de la Vega hace
mención en los Comentarios Reales de los Incas, sobre la existencia de
filósofos en el Tawantinsuyo. Le secundan Felipe Guamán Poma de Ayala, quien en
su obra La Primera Nueva Crónica de Buen Gobierno hace referencia de
Juan Yumpa como un filósofo en el Tawantinsuyo.
Más allá de una visión
occidental eurocentrista, hubo racionalidad en la cosmovisión andina, una
nítida concepción del mundo como sustento filosófico. Como lo afirma Federico
Engels, la filosofía es también una concepción del mundo que se concretiza en
la actitud del hombre frente a la sociedad o la naturaleza. Es una manera
comprender la realidad en su conjunto. Por supuesto, con matices propios en
cada cultura o civilización. Así, "el Mito de la Caverna" de
Platón se encuentra también en la conversación sencilla con los taitas
(señores del ande) o los apus Wiracochas sobre el maimantan inti
(de donde es el sol), maimantataj runa (de donde es el hombre). Pero la
filosofía inca, no sólo es un ejercicio teórico abstracto alejado de la
realidad social. En el mundo andino, su filosofía, se sintetizó en el concepto
de que las cosas inanimadas y animadas tenían vida, y todos saben comer, beber
y comunicarse entre sí: el hombre con las montañas, con los ríos, etc.
Existieron en el Tahuantinsuyo
hombres dedicados al saber y a la reflexión como praxis permanente. La
existencia de estos sabios dedicados al conocimiento lo testimonia el
cronista español Martín de Murúa así: "y tenían juntamente estos
Ingas unos médicos o filósofos adivinos que se dicen
Guacacue, los cuales andaban desnudos por los lugares más apartados
y sombríos esta región ... sin reposo ni sosiego se daban a
la adivinanza o filosofía" (Historia
del origen y genealogía real de los Reyes Incas del Perú
- Madrid Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Santo
Toribio de Mogrovejo, MCMXL, Libro III, cap. I). La filosofía de los Amautas
también está en Garcilaso.
En el mundo andino el hombre
era sólo uno más de todo lo que vivía, no era lo central; se dedicaron a la
búsqueda incansable de la armonía entre todos los entes vivientes, por ejemplo,
no ensuciar el río y los mares, agradecer a la Mamapacha por las
abundantes cosechas que sustentan la vida, agradecer al Sol por su luz y calor
de todos los días, etc. El filosofar servía para la acción práctica de la
comunidad imperial.
Es probable, la versión de
algunos cronistas que sostienen que los Amautas o la administración incásica
haya destruido toda evidencia de una forma de escritura como el Kelljay.
Hasta hoy los hombres del ande, las masas campesinas dicen en su lenguaje
quechua: "Papay kelljaycapuay" que quiere decir: "Señor
escríbemelo”, o el Tukuymikuyun heracliteano (“Todo se mueve”). Es
innegable, en estos tiempos, manifestar que los Incas no hayan tenido una forma
de escritura o un pensamiento dialéctico. Los Amautas fueron sabios, filósofos
y maestros. Ellos, tuvieron que haber sistematizado una concepción del mundo,
una manera de pensar y reflexionar sobre la vida; sobre cómo debía funcionar la
extraordinaria maquinaria estatal y administrativa. Cómo debía funcionar a la
perfección el control social y el colectivismo clasista a través de hábiles
principios éticos-filosóficos como el Ama Llulla, Ama Sua y el Ama
Kella. Todo ello, sobre bases de un modo de producción esclavista
(Emilio Choy), diferente o definido en sus propias características.
El hombre andino filosofaba y
estaba en lo racional de acuerdo con su tiempo y desarrollo, y ya se había
iniciado la dura lucha entre el materialismo e idealismo en la filosofía
y ésta guiaba a las otras disciplinas del saber humano como las ciencias,
el arte, la pedagogía (yachachisun), etc. En el mundo andino la
filosofía, la religión y las ciencias tienen que conducirte a la práctica
económica, política y social, de otra forma no se concibe estas disciplinas del
saber. La misma guerra de Huáscar y Atahualpa fue motivada por intereses
filosóficos de desarrollo. Mientras Huáscar pretendía el cambio, planteando
eliminar la usurpación de los muertos, es decir, que cuando moría un Inca su
Panaca se beneficiaba con sus propiedades, especialmente tierras --y planteaba
redistribuir estas propiedades--, Atahualpa quería mantenerlo como lo había
dejado Pachacútec. Era la síntesis práctica de la lucha entre la religión
solisticica y, por otro lado, el Dios Apu Kontici Wiracocha. La
filosofía inca no conceptúa la existencia fuera de los errores (ama
chaynachu kay), solo verdades humanas concretas. Para esta filosofía
nada está separado, todo está interrelacionado. Hay contradicciones en el Hanan
(arriba), Hurin (abajo); pero también unidad y lucha de
contrarios.
Víctor Díaz, en un interesante
libro, Filosofía y ciencia en el antiguo Perú (1998, pp. 27), abre más
perspectivas sobre la filosofía en el Perú antiguo; al respecto dice:
"Sabemos que es difícil hablar de una disciplina filosófica en el Perú
antiguo (pre-Inca e Inca), en sentido absoluto y con la perspectiva actual, en
primer lugar por el desconocimiento de las ramas o especialidades que integran
dichas disciplinas, y, en segundo lugar, porque las limitaciones culturales
impidieron que las especulaciones llegaron a la alta comprensión de los
fenómenos filosóficos". Los estudios son fragmentarios, las referencias de
los cronistas muy simples y la tradición oral ha desfigurado la veracidad de
los conceptos. Según sostienen quienes tratan de minimizar la capacidad
racional del incásico andino, por ello no es raro encontrar todavía a quienes
piensan que los antiguos peruanos fueron "animales" parecidos al
hombre europeo, a los que se debían domesticar en la tradición y cultura
occidental y cristiana que trajeron los invasores; para imponer, a sangre y
fuego, su civilización decadente, a los súpay (diablo) o supaypawauan
(hijos del Diablo). Los hijos del Dios Cristiano, eran por supuesto, los
“angelicales” invasores de la Madre Patria.
La filosofía andina o inca, no
es un racionalismo puro, por cuanto la masa incásica, sabe desde hace miles de
años que la razón separa y la vida une. Se nutre y se sigue nutriendo del mito.
Es una racionalidad concreta donde el pensamiento no sustituye a la vida. Se
hace filosofía desde el ámbito de la cultura materna a través de sus códigos
lingüísticos y culturales. Un caso excepcional son sus Quipus, como lengua
visible y sus conocimientos acerca de las ciencias de su tiempo, como las
Matemáticas (Aritmética, Método de Comparación y Geometría), la Física
(Palanca, Equilibrio, Principio de los Vasos Comunicantes, Mecánica y
Dinámica), la Astronomía (la Vía Láctea y el Zodíaco), la Medicina (el hampi
camayoc o médico que conocía las bondades de la medicina natural, y la
curación de la sífilis, trepanaciones craneanas); los Incas también tuvieron
conocimiento acerca de Botánica, Química, Geografía y Ecología, Economía,
Ciencias Sociales, Lingüística, Pedagogía, Derecho, máquinas como la
chaquitaclla. No eran pues “salvajes”, como arguyen los invasores. Eran
civilización con una concepción científica y filosófica del mundo y la
naturaleza.
Si todos estos conocimientos
científicos, conocieron los antiguos peruanos; entonces por qué minimizar en
ellos su racionalidad concreta, su "amor a la sabiduría". ¿O es que
solo Platón y Sócrates, "amaron" la sabiduría, y las masas eran
ignorantes? Para Aristóteles, el origen de la filosofía tiene una clave:
"El hombre empieza a filosofar, para huir de la ignorancia". No
sólo de "algunos", como lo presumían ciertos filósofos
griegos. Por supuesto, los "civilizadores" invasores del Imperio
Inca (la banda de Francisco Pizarro), desde un comienzo minimizaron a la
masa incásica, su capacidad de pensar, analizar y hacer ciencia,
tildándolos de "animales parecidos al hombre", carentes de toda
racionalidad. Evidente, toda esta patraña obedecía a un plan político de corte
feudal colonial. De pensantes y no pensantes. De mandones y obedientes.
El filósofo David Sobrevilla
sustenta muy complacido: “En América Precolombina no existió un pensamiento
filosófico, en sentido estricto, sino solo una cosmovisión de carácter
religioso y mítico" y remata la faena: "La filosofía en el Perú
empieza con la llegada de los españoles" (¿?). De lo dicho se desprende
que para el estudioso Sobrevilla "pensamiento filosófico” en su "sentido
estricto" significa simplemente "pensamiento filosófico occidental
judeocristiano" puro. Pero, ese “sentido estricto” niega la capacidad de
filosofar y hacer ciencia a los otros pueblos o civilizaciones no
eurocentristas; minimizándolos en su reflexión original. No es así,
en pleno siglo XXI no se puede seguir negando la capacidad racional de las
otras civilizaciones, asiáticas o Incas del "extremo Occidente".
¿Acaso ignorantes construyeron el Machu Picchu?
Los Amautas, según Guamán Poma
de Ayala: fueron sabios, filósofos y educadores. No se puede negar ni
menoscabar la capacidad transformadora y reflexiva de la masa incásica y su
férrea organización administrativa y su principio de reciprocidad sobre bases
clasistas, tal vez más superiores al régimen esclavista de la antigua Grecia..
Se olvida o se ignora, que la
civilización andina o peruana, es una de las tres únicas civilizaciones, junto
con la mesopotámica y la mesoamericana, que surgieron autónomamente, sin
vinculación y precedente cultural alguno, como es el caso, de las otras grandes
civilizaciones: egipcia, india, china, griega o romana. Por eso, la comprensión
de su historia debe enmarcarse dentro de su espacio, su tiempo y
reconocimiento, es decir, comprender su contexto social e histórico
dialéctico. En este sentido, la visión que considera que ya todo fue dicho
en Europa es decretar la radical esterilidad del presente y del futuro, negar,
sin razones válidas, la virtud innovadora que está presente en toda época. Lo
esencial es que la vocación filosófica en los andes Incas, llegó también a
adquirir conciencia de sí y busca su expresión.
Conclusiones
La filosofía inca representa una rica tradición de pensamiento que
desafía las concepciones eurocéntricas del conocimiento y la sabiduría. Al reconocer
la complejidad y profundidad de la cosmovisión andina, se valida su lugar en la
historia de la filosofía
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