Ysai Quiroz Carreño, Artista plástico autodidacta y Técnico en Contabilidad por el I.S.T. “Oscar Miró Quesada de la Guerra
Correo-e: ysaiquiroz@gmail.com
Resumen
En este articulo podemos apreciar de tres formas de percibir la muerte fuera del contexto común, y que se relacionan de alguna manera. La primera se da como una experiencia entre lo que vivimos normalmente, el flujo del ciclo de la vida y la muerte no se detiene, a través de nuestra experiencia podemos experimentar muchas veces como la vida y la muerte se relacionan, y algunas veces podemos observar tanto en la vida animal como vegetal, procesos que van más allá demuestra comprensión, porque no van de la vida a la muerte, sino que lo que parecía muerto nuevamente surgen a la vida.
La segunda idea de muerte, está también relacionada con la vida, para Robert Lanza, dentro de su idea de biocentrismo, nos explica que la vida no solo es el cuerpo físico, que la vida misma tiene mecanismos diferentes de manifestarse y en la tercera postura vemos a la muerte desde una perspectiva andina, donde la muerte no es el fin de la vida, sino que es parte de la vida.
Palabras clave: Biocentrismo, muerte, vida, creencia andina.
Abstract
In this article we can appreciate three ways of perceiving death outside the common context, and that are related in some way. The first occurs as an experience between what we normally live, the flow of the cycle of life and death does not stop, through our experience we can experience many times how life and death are related, and sometimes we can observe in both animal and plant life, processes that go beyond demonstrate understanding, because they do not go from life to death, but what seemed dead again comes to life.
The second idea of death is also related to life, for Robert Lanza, within his idea of biocentrism, he explains that life is not only the physical body, that life itself has different mechanisms of manifesting itself and in the third position we see death from an Andean perspective, where death is not the end of life, but is part of life.
Keywords: Biocentrism, death, life, Andean belief.
Hay algo que esta inevitablemente ligado a la vida y eso es la muerte, muchos tratan de darle algún concepto, le asignan una identidad, la hacen humana, la hacen misteriosa, algunos creen que es el fin de la existencia, otros creen que es el comienzo de una nueva etapa. Sea cual fuere la idea que tenga de la muerte, no podemos alejarla de nuestra vida, sea solo como una idea o como un hecho.
La idea convencional de la muerte está ligada a un proceso por el cual todo ser vivo tiene que pasar y muchas veces está relacionado con el fin o la finalización de algo, como por ejemplo se murió nuestra relación, esta fiesta está muerta, etc.
La muerte también está ligada con el tiempo, ya que, según la creencia popular, a mayor tiempo o mayor edad se está más cercano a la muerte. Sin embargo, existen muchos filósofos y científicos que han tratado de explicar al tiempo de diversas formas, habiendo al respecto ideas antagónicas, se habla por ejemplo que el tiempo es relativo, porque para poderlo apreciar se toma como referencia otra cosa, por ejemplo la edad que tengo en la Tierra no es la misma que si viviera en Júpiter, y lo que apreciamos de otras partes del universo, no es sino el reflejo de lo que paso en el pasado, pero este tema es mucho más largo y complicado que la misma muerte, por lo que solo la trataremos en relación al tema que nos ocupa.
Pareciera que la gran mayoría de las personas asocia la muerte con el fin, como si esto estuviera programado en su cerebro, basta con recordar una de las costumbres arraigadas entre la mayoría de las personas, como es celebrar su natalicio, muchos van contando los años que tienen y los que les quedan por vivir, porque existe un estándar de promedio de vida en la cual la mayoría de la gente cree ciegamente. Lo cual condiciona a la persona y de cierta manera también lo margina. Muchas empresas por ejemplo solo contratan a las personas hasta una determinada edad, y la sociedad cuando ya pasas de cierta edad y no tienes una relación conyugal, suelen preguntarte si es que no piensas tener una relación y establecerte como la mayoría de las personas. Lo mismo ocurre con la muerte, al llegar a cierta edad las personas te hablan sobre la muerte o sobre la decadencia de las personas, pareciera que todo está programado para que día a día, te acerques a tu fin, o debo decir tu muerte. Lo que deseo hacer ver es que el tiempo, la edad, el acondicionamiento mental, está influenciado por lo que piensa la mayoría de las personas y esto inevitablemente los aproxima hacia su muerte. Son muy pocas las personas que se atreven a pensar fuera de lo establecido.
Según lo que podemos experimentar en nuestras vidas, la idea que la edad está ligada a la muerte, no siempre se da. Quizás si les contara que muchas personas a los cincuenta o sesenta años, todavía sienten ganas de vivir, que tienen incluso más fuerza que cuando tenían veinte años, que su mente es ágil y su rostro lozano; me digan: esos casos solo se dan excepcionalmente, y suele asociarse con un tipo de genética especial. Lo mismo pasa con la naturaleza, cuando un árbol o una planta comienza a marchitarse, desaparecen sus hojas, sus flores y sus frutos, solemos denominar a este proceso la muerte, sin embargo, en la naturaleza podemos ver como árboles que se marchitan o se secan, como por arte de magia vuelven a brotar ramas nuevas, observamos también que de lo que parecía muerto muchas veces surge nuevamente la vida, porque por lo general se cree que las cosas solo tienen una dimensión material.
Según el Dr. Deepak Chopra, en su libro Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo, en el que nos habla del proceso de envejecimiento, nos cuenta que a cualquier edad el cuerpo está renovando sus células, pero la diferencia entre un niño y un anciano radica esencialmente, en que el primero la renueva más rápido que el otro. El Dr. Chopra afirma “nuestras células escuchan constantemente a nuestros pensamientos y se ven cambiados por ellos. Un ataque de depresión puede causar desastres en el sistema inmunológico, enamorarse puede fortalecerlo” y según esto lo que pensamos puede influir sobre nuestro proceso de envejecimiento.
Quizás para todas las personas cuyo pensamiento está enfocado solo en la materia, y que creen solo en los que sus ojos pueden ver, les sea un tanto incomprensible, pensar que existe algo que está más allá de la materia, e incluso la ciencia en muchos casos se ha interesado por descubrir ciertos fenómenos que no tienen explicación, como por ejemplo lo que divulgó en su momento el científico e investigador Gregg Braden, quien divulgó una serie de experimentos con el ADN. Uno de esos experimentos fue el del científico ruso Vladimir Poponin, en los años 90; el experimento consistió en sacar todo el aire de un tubo de vidrio, pero quedaron todavía algunas partículas de luz, fotones que estaban distribuidas en forma aleatoria, lo curioso fue que cuando pusieron una partícula de ADN, los fotones se alinearon.
En 1972 se realizó otro experimento en 24 ciudades de Estados Unidos, se capacitó a ciertas personas, para sentir la sensación de paz y bienestar y se colocaron estratégicamente a estas personas en esas ciudades, las cuales tenían más de diez mil personas, y la violencia disminuyó notablemente, y cuando las sacaron los índices de violencia volvieron a aumentar.
Otro experimento fue el que se hizo con una persona, a la cual le sacaron un poco de su ADN, y lo pusieron en otra habitación. Posteriormente a la persona se le estimuló emocionalmente a través de un televisor, y cada vez que la persona sentía tristeza, su ADN se contraria y cuando estaba alegre su ADN se expandía. No importando la distancia que pudiera haber entre ellos, el ADN podía estar en una habitación continua, en otra ciudad o en otro país, y siempre respondía de la misma manera.
En estos experimentos existen elementos que la ciencia no puede explicar, como la relación que tiene nuestro ADN, con las cosas y con las personas, que de alguna manera tiende a modificar una conducta establecida y que en otras circunstancias tiende a comportarse de la misma manera, que experimenta la persona de donde se obtuvo este ADN.
La idea de que la vida no es solo una conjugación de elementos químicos y orgánicos, se da también en otros científicos como el doctor Robert Lanza, que tiene un concepto nuevo para el termino biocentrismo, afirma que la vida no termina cuándo muere el cuerpo, la vida siempre permanece, solo se transforma, desde el punto de vista de la física cuántica. Él nos dice que todos creen en la muerte porque la mayoría lo ha relacionado solo con la parte física.
El Dr. Lanza ha escrito un artículo titulado “Una nueva teoría del Universo. Con la vida en la ecuación el biocentrismo crece con la física cuántica” donde comienza reflexionando sobre una luciérnaga y se pregunta si la ciencia había reducido la vida al nivel de una lógica mecánica, o este ser estaba creando su propia realidad física y se dio cuenta que la vida no solo era materia, sino que en esta criatura también estaban en juego su percepción de los sentidos y su experiencia.
El Dr. Lanza dice “Nuestra ciencia falla al no reconocer aquellas propiedades especiales de la vida y que son fundamentales para la realidad material. Esta mirada del mundo -biocentrismo- gira alrededor de la manera como una experiencia subjetiva, que llamamos consciencia, se relaciona con el proceso físico. Este es un misterio enorme y uno que he perseguido toda mi vida”.
Tratando de interpretar al Dr. Lanza podríamos decir que los elementos que la conforman no dan lugar a la vida, sino que la vida a creado esos elementos, por lo que podemos deducir que toda gira en torno a la vida.
Hemos podido apreciar hasta el momento que no siempre la muerte es el final, algo parecido se puede apreciar en la cosmovisión andina, donde la muerte constituye parte de la vida de un individuo, otro plano en donde su alma tendrá que experimentar, y es por ello que se siguen ciertos rituales para ayudar a este ser a pasar a mejor vida.
Debemos recordar también que la idea de la muerte como un final comienza con la llegada de los españoles a nuestras tierras, siendo más para el pueblo andino, un tránsito a otra vida, como bien lo describe Ana María Pino Jordán, promotora del espacio cultural La Casa del Corregidor e investigadora del grupo de estudio Interculturalidad, quien pone como referencias a cronistas importantes como Betanzos, Poma de Ayala, Cieza de León entre otros, pero quizás lo más representativo sea una figura impresa en un tejido aymara, en donde se puede apreciar el símbolo del jiwiri (el que muere).
Xavier Albó, habla del Jiwiri como un símbolo donde se ve representada la vida. En la parte superior se aprecia la vida de los vivos, en la parte central la muerte y en la parte inferior la vida de los muertos.
Otro estudioso en el tema es Víctor Bascopé Caero, que en el artículo “El sentido de la muerte en la cosmovisión andina; el caso de los valles andinos de Cochabamba”. Él nos dice que la muerte en el pueblo andino, es la culminación de una etapa de la vida, no es el fin de la vida, sino la continuidad dentro de la totalidad del Universo, un viaje a otra dimensión.
Bascopé Caero nos cuenta que hay signos o presagios que le hacen ver a la comunidad que cierta persona se va a ir a otro plano, como aves en la casa, el estado de algunos alimentos, etc. Los cuales los alerta para preguntarle a sus maestros, si es que esa muerte es inevitable o ya cumplieron su tarea en la tierra.
Los muertos se despiden del plano material pero todavía están con sus familiares por tres años más. Quizás sea por ello que cuando muere una persona, los funerales tengan carácter festivo, donde podemos apreciar los perdones, las misas, las fiestas y las procesiones.
-Albó, Xavier (2006). “Teología Narrativa de la muerte Andina, fuente de nueva vida” en Teología Andina: el tejido diverso de la fe indígena. Tomo II, de Estermann, Josef, coordinador. La Paz, Bolivia: Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología.
-Bascopé Caero, Víctor (2001). “El sentido de la muerte en la cosmovisión andina: el caso de los valles andinos de Cochabamba”, Chungará (Arica), 33(2), 271-277. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-73562001000200012
-Braden, Gregg (2007). La matriz divina, Hay House, Inc. California.
-Chopra, Deepak (2004). Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo, Javier Bergara Editor, Buenos Aires.
-Hawking, Stephen W. (2005). Historia del tiempo, Editorial Grijalbo, México D.F.
-Lanza, Robert (2007). “Una nueva teoría del Universo. Con la vida en la ecuación el biocentrismo crece con la física cuántica”, Elementos: Ciencia y cultura, julio-septiembre, año/vol. 14, número 067, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México. https://www.redalyc.org/pdf/294/29406701.pdf
-Montoya Sejuro, Andrés (1996). Filosofía del tiempo, AUMGRAF Editores, Lima.
-Pino Jordán, Ana María (2016). “El sentido andino de la muerte: una aproximación”. Presentación en el conversatorio organizado por el Instituto JILATA (Puno, Perú), el 31 de octubre, a propósito de la celebración del día de los difuntos.
https://casadelcorregidor.pe/colaboraciones/_biblio_PinoJordan_45.php
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