lunes, 18 de noviembre de 2024

Quintanilla, Pablo (2024). La filosofía en el Perú. El Perú en la filosofía, Lima: Heraldos Editores y Fondo Editorial UNMSM-Facultad de Letras y Ciencias Humanas, 338 págs.

Manuel A. Paz y Miño

Al leer el título de esta obra lo relacionamos inmediatamente con el de Augusto Salazar Bondy: La filosofía en el Perú: panorama histórico (Lima: Editorial Universo, 1967, págs. 129). Sin embargo, Quintanilla nos dice en el prólogo que aunque “es el objetivo de este libro, pensar filosóficamente al Perú” , “no se trata de un libro especializado en algún área específica del conocimiento” (pág. 11), y que está conformado por algunos escritos originales y los demás son versiones corregidas y actualizadas de artículos ya publicados en formato físico o virtual (p. 12). Es decir, su libro es una compilación de sus textos tanto académicos como divulgativos de diferentes extensiones, escritos en diferentes momentos y para diversas publicaciones periódicas.

Esta publicación tiene seis partes, la primera llamada Filosofía peruana que empieza con el siempre interesante y controversial problema de si hubo pensamiento filosófico prehispánico, mencionando a los que defienden qué la filosofía nació en Grecia por las condiciones particulares que se dieron ahí y los que dicen que también la hubo y la hay en las sociedades no occidentales para no hacerlas menos intelectualmente ampliando el significado de filosofía. Quintanilla no define a ésta, no la caracteriza ni dice en qué circunstancias aparece para entender mejor de qué se trata el problema, pero califica a ambas posturas de eurocentrismo enmascarado (p. 15). Y aclara muy bien la simultaneidad y entrelazamiento de la filosofía con la ciencia, junto con la teología y la poesía, y que podría haber sociedades con ciencia y no filosofía y viceversa, otra vez, sin esclarecer el por qué (p. 16).

Después de explicar la universalidad de algunos procesos mentales de nuestra especie (p. 19-21), menciona registros de la época colonial que hablan de filósofos, pero no de qué enseñaban, y de indicios de “intuiciones y presupuestos filosóficos”, que los quipus también podrían decirnos algo al respecto, pero aún falta descifrarlos, como también los primeros diccionarios de quechua y aymara por los evangelizadores, y que hay que investigar en las palabras antiguas de las lenguas originarias vivas (p. 21-25).

Luego se ocupa de algunos filósofos virreinales y republicanos, pero solo hasta inicios del siglo xx. Seguramente publicará próximamente sobre otros pensadores posteriores como lo hizo, en su momento, David Sobrevilla (1938-2014)[1].

Después hace un giro para hablar de la moral y las emociones en el filósofo empirista inglés Hume, donde menciona a la sociedad peruana en cinco líneas (p. 72-73). Sigue con “nuestra” historia en el idealista alemán Hegel, sin decir nada del Perú. Luego toca al compatriota de éste, Marx, el creador de la concepción materialista de la historia, y su influencia en el Perú en pensadores políticos como Haya y Mariátegui, sin mencionar al filósofo Guardia Mayorga pero sí a su colega Abimael Guzmán, que fue líder del movimiento subversivo --y derrotado-- Sendero Luminoso, hasta llegar a la presidencia de Pedro Castillo, a quien no lo considera de izquierda por el tipo de gobierno que tuvo (p. 86-87), a pesar de que obtuvo la victoria con el partido Perú Libre, declarado abiertamente marxista.

También nos habla en esta parte de la paradoja de que las ideas marxistas contra la dominación y la explotación de una clase sobre otra, en la práctica, éstas pasaron a ser ejercidas por los partidos (comunistas) gobernantes (p. 84) y que la historia no tiene un fin predeterminado como creía Marx (p. 85). No obstante, rescata el análisis marxista que muestra la brecha entre pobres y ricos en el capitalismo, y en donde se abandona a los primeros en países como el nuestro. Con todo, menciona a los países capitalistas europeos y escandinavos con estados fortalecidos que invierten en buenos sistemas de educación y salud (p. 90).

Sigue con un texto sobre las ideas de Darwin en las ciencias sociales para plantear la relación entre “el orden (o caos) que reina en el tráfico vial de una ciudad y el destino social, moral, político y económico de esa sociedad” como los que se dan en una ciudad latinoamericana y otra escandinava (p. 95-96).

El texto siguiente sobre Freud y Wittgenstein, y el lenguaje como terapia, termina sobre los debates académicos y las discusiones políticas y mediáticas “sobre los acontecimientos dolorosos que nos han ido modelando como nación” (p. 107).

El interesante título del artículo “¿Libres para elegir?”, una pregunta filosófica clásica, es de un poco más de dos páginas y no menciona al Perú para nada. En el que le sigue, que trata sobre la libertad y el deseo, sí lo hace en relación a los que son liberales en lo económico pero no en lo político y lo ideológico (p. 115). El texto siguiente sobre mestizaje y creatividad termina observando que los filósofos académicos peruanos y latinoamericanos se enmarcan tanto en la tradición occidental como local lo que podría ocasionar el surgimiento de posiciones originales (p. 120).

Según nos dice en el prólogo, la segunda parte Filosofía desde el Perú trata de pensadores y temas filosóficos relacionándolos con nuestro país (p. 12). Esto es evidente y de manera explícita en menor o mayor grado cuando trata de Foucault, Rorty, el pragmatismo, las raíces biológicas de la moral, y el diálogo público y la fuerza de las razones, pero no cuando escribe sobre Murdoch, Frankfurt, la cantidad de amigos que se puede tener, una comprensión de la religión para el siglo XXI (concepción semejante a las habidas en Fromm, Eliade y otros en el s. XX[2]), y diálogo e ideas. 

Dice también que la tercera parte El Perú desde una perspectiva filosófica, trata de    temas que no son necesariamente filosóficos, pero que sí le atañen al país (p. 12) (y claro, a los filósofos como pensadores críticos y ciudadanos preocupados), como la democracia envilecida, la teoría conspiranoica de la ideología de género, la crisis política, los intelectuales acríticos del capitalismo, inclusión sin subordinación, mafias, Estado y democracia, sobre la poca institucionalidad y la violencia, y la minería contaminante abusiva, pero en Sobre la ingenuidad y la frivolidad no explícita su relación con el Perú.

La cuarta parte aborda problemas de la educación peruana:  hace una defensa de las humanidades y especialmente de la filosofía (págs. 246-247), el desarrollo y la mediocridad de las sociedades debido a sus universidades, un sistema educativo meritocrático para el desarrollo social, económico, político, científico, tecnológico y cultural del Perú (págs. 254-256), la necesidad del liderazgo de las universidades en nuestro país (p. 259), la necesidad de una formación especializada y ética de nuestros profesionales universitarios (p. 263), la eliminación del curso escolar de filosofía y sus consecuencias negativas en la enseñanza de la ética, la epistemología y la lógica así como la historia de las ideas en el Perú y Latinoamérica (págs. 264-265), la falta de “adecuada educación política” evitando “el fundamentalismo y la ideologización” en las universidades peruanas (y extranjeras) (págs. 266-267), la necesidad de las universidades de formar en conocimientos especializados pero también generales que den sentido y objetivo (págs. 271-273).

La quinta parte Geografías, habla de la avanzada educación universitaria brasileña, la insuficiente inversión chilena en este sector, los gobiernos mexicanos del PRI con buenas universidades, compara el futuro del Uruguay con el del Perú, lo que podríamos aprender de los problemas de Europa, EEUU y la guerra ruso-ucraniana, y la posibilidad de mejoras educativas y laborales gracias al turismo en el Valle del Colca.

La sexta y última parte, Libros, son comentarios relativos a obras y autores peruanos variados.

Dada la diversidad de temas y cantidad de artículos (53) del libro de Quintanilla, muy bien podría agregarse al subtítulo Textos escogidos, volumen I. Y por su variados intereses filosóficos y en los problemas del Perú, seguramente publicará próximamente otro libro similar.



[1] En Repensando la tradición nacional I: Estudios sobre la filosofía reciente en el Perú. Vol. I:  Iberico, Guardia Mayorga y Wagner de Reyna – Vol. II: Peñaloza,  Salazar Bondy y Miró Quesada (Lima, Editorial Hipatía, 1988) y en La filosofía contemporánea en el Perú: Estudios, reseñas y notas sobre su desarrollo y situación actual (Lima: Carlos Matta editor, 1996).

[2] Véase Paz y Miño Conde, Manuel Abraham (1995). El autoritarismo y el humanismo según Erich Fromm. Su visión del hombre, la religión y la ética. Lima: Ediciones de Filosofía Aplicada, p.34, n. 1 p. 64.

Ir a RPFA # 25


No hay comentarios:

Publicar un comentario

REVISTA PERUANA DE FILOSOFÍA APLICADA # 25:

 ¿PARA QUÉ FILOSOFÍA? Lima, enero-diciembre del 2024 CONTENIDO EDITORIAL ARTÍCULOS  (Por orden de llegada) ¿PARA QUÉ FILOSOFÍA? UNA RESP...