THE MYSTERY OF THE RECURRING SOCIAL PROTESTS OR TOWARDS A PHILOSOPHY OF PROTEST
Manuel G. Humala Urrutia, Abogado por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV), Lima-Perú
Correo-e: abog.manuelhumala@gmail.com
Resumen: El presente escrito
explora algunos aspectos del oprobioso autoritarismo capitalista que genera
resistencia y protesta en sus víctimas y se expone raudamente algunos elementos que
coadyuven para la justa y necesaria
elaboración de una filosofía de la protesta humana basada en lo mejor de la
filosofía del equilibrio desde los tiempos del taoísmo clásico hasta la obra
constructiva del auténtico movimiento libertario que es diferente y antagónico
con cualquier
caricatura liberticida que asome en la región latinoamericana.
Palabras clave: Capitalismo,
Democracia, sobre explotación, apocalipsis climático, anarquía.
Abstract:
This paper explores some aspects of the opprobrious capitalist authoritarianism
that generates resistance and protest in its victims and quickly exposes some
elements that contribute to the fair and necessary development of a philosophy
of human protest based on the best of the philosophy of balance. from the times
of classical Taoism to the constructive work of the authentic libertarian
movement that is different and antagonistic to that liberticidal caricature
that appears in the Latin American region.
Keywords:
Capitalism, Democracy, over exploitation, climate apocalypse, anarchy.
“El que quiere nacer, debe destruir un mundo”
Hermann Hesse
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los
hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que
encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se
puede y debe aventurar la vida”
Miguel de Cervantes Saavedra.
“La
libertad no puede ser concedida graciosamente, tiene que ser conquistada
gloriosamente”
“Toda
libertad es esencialmente una auto liberación”
Max Stirner
“Al buscar lo imposible el hombre siempre ha realizado y reconocido lo
posible. Y aquellos que sabiamente se han limitado a lo que creían posible,
jamás han dado un solo paso adelante”
Mijail Bakunin
“¡Sumisión! Ah, no ¡revuelta y protesta
mientras sea el hombre carne de cañón!, ¡revuelta y protesta mientras la mujer
sea carne de placer! Por la rebeldía contra el dogma el creyente se hizo
pensador. Por la rebeldía contra la autoridad, el ciudadano acabará por hacerse
hombre”
Carlos Malato
El
presente artículo explora algunos aspectos oprobiosos del autoritarismo democrático
capitalista que genera resistencia y protesta. Además y expondremos algunos
elementos que han llevado a elaboración de una filosofía de la protesta
humana encontrada ya en la filosofía del taoísmo clásico hasta la obra del
movimiento libertario a diferencia de advenedizos
liberaloides que se dicen anarquistas.
I
Vivimos tiempos convulsos cada vez peores. Mientras algunos
danzaban desenfrenada y estrambóticamente la canción “El mundo es un carnaval”
para ganar votos y llegar por segunda vez al Palacete de Gobierno; otros
individuos escuchan y reflexionan una antigua canción en la cual se oye decir
“El mundo es un pobre poema. Dos
canciones populares y dos concepciones de interpretación de la situación
mundial: manifestaciones artísticas no estamos ajenos de ningún
modo.
Según los primeros, quienes son especímenes poseedores de ingentes
tasas de ganancias capitalistas y muchísimos ilusos que no tienen un cobre,
pero repiten mecánicamente todo lo que ven y escuchan en los medios masivos de
comunicación, con suma manipulación
de por medio, vivimos en el mejor de los mundos posibles. El mundo
libre tal como decían los plumíferos
del gélido imperio de Norteamérica durante la Guerra Fría,
que a opinión del Sub Comandante Marcos constituyó
la Tercera Guerra Mundial, ha generado mucha desinformación, imbecilidad planificada,
lo que da como resultado fatal masivos casos de alienación, escapismo y baja de
coeficiente intelectual en las últimas generaciones. De los amos y señoritos del
Capital se puede esperar cualquier cosa aberrante no solo la explotación del
hombre por el hombre como siempre han sostenido los socialistas sino incluso la
sobre explotación laboral que dio como consecuencia la denominada “cuestión
social” y trajo
como resultado teórico practico la constitución y organización de los
sindicatos y sus formas de lucha de acción directa como son el paro, el
sabotaje y la huelga e incluso la huelga general. Los sindicatos se forjaron
primero en la clandestinidad debido al criminal accionar del Estado y la
patronal en Francia. En dicho país, cuna de “la Gran Revolución francesa”
(Kropotkin dixit)
y también de la histórica Comuna de París, los trabajadores tuvieron que organizar y batallar metódicamente
para lograr obtener sus objetivos y ser reconocidos legalmente. Otros
protagonistas en la resistencia contra los embates del industrialismo fueron
los ludditas, los primeros destructores de máquinas. Todo esto aconteció antes
de la entrada en escena del Sr. Marx y su escuela. Estos hechos históricos son
ignorados por muchos consumados anticomunistas ignorantes que
en su cretinismo repiten
que todo estuvo bien hasta que llegó Marx y trajo el odio, la envidia a los que
ellos llaman despectivamente resentidos sociales. Estos señoritos que practican
el onanismo mental
con palabras rimbombantes como capitalismo, democracia, etc. son los que en
caso de guerra son expuestos como carne de cañón y en tiempos de paz van como
borregos a votar en elecciones fraudulentas, previamente amañadas, para que cambie algo para que no cambie
nada[U24] [u25] .
Recordemos lo dicho por Nietzsche: “los tres grandes enemigos de la independencia, … son el pobre diablo, los ricos y los partidos. Hablo de democracia como una cosa futura. Lo que hoy llamamos democracia se distingue solamente de las viejas formas de gobierno en que se sirven de caballos nuevos: los caminos son todavía los mismos que en el pasado, y las ruedas del carro también. con este jaez, con esta yunta del bien público, el peligro ¿es menos grande?” (Nietzsche 1994, 141; cursivas nuestras).
Digan lo que digan los apologetas de la democracia semántica
tenemos que en la praxis cotidiana carecemos de democracia. A diferencia de
Nietzsche, que escribía sobre partidos, se sobreentiende políticos, tenemos que
Max Stirner (s/f) criticaba “las sectas religiosas y políticas” y Manuel
González Prada los “clubes eleccionarios”[1]. Al respecto Proudhon
recomendó “Que no se deje cautivar tu alma por ninguna fantasía política ni
religiosa” (Proudhon, s/f, 24).
Otros discursos a
ultranza son los del libre mercado y la mano invisible. A lo que suman el
mercado como mejor asignador de recursos, su vetusta ley de la oferta y la
demanda y su cálculo económico. Eso lo plantearon los de la Escuela Austriaca y
la de Chicago. Y lo repiten aquí dogmáticamente hasta el cansancio. En el
pasado tenían como divulgador a Bastiat
quien llegó a polemizar con el genial Pierre Joseph Proudhon quien se
autodefinió como anarquista. Un auténtico anarquista como muchos otros a
diferencia de advenedizos liberaloides que se dicen anarquistas para llamar la
atención de la prensa y del electorado joven como un tal “Peluca” en Argentina
que destaca más por su demagogia y gritos histéricos que por análisis
económicos concretos[2]. Es tan rudimentario su bagaje de ideas que incluso sostiene, muy suelto
de huesos, que una de sus pruebas ofrecidas con lo que manifiesta que el capitalismo
es superior al socialismo es que en el Occidente capitalista las mujeres pueden
usar minifalda o lo que le plazca y en países musulmanes eso está prohibido. La
cuestión es que los países musulmanes no se rigen por los escritos del Sr. Marx
y sus discípulos, ni por medidas gubernamentales de Lenin o Stalin sino por los
preceptos contenidos en el Noble Corán y los Hadices del Profeta Mohammed que
constituyen la base del Derecho Musulmán. Es decir, sus pruebas no prueban lo
que deben sino solo su orfandad de ideas al fanatizarse por el anti humanista
fascismo de mercado. Todos
estos planteamientos liberticidas no son nada nuevos, así como su crítica cabal
tampoco[3].
La
pregunta precedente nos hace recordar que el esotérico René Guénon mencionaba la existencia del “desequilibrio
mental de nuestra época” (Guenón 1975, 25) Con
mayor amplitud, debido a sus conocimientos freudianos y práctica psicoanalista,
Erich Fromm había constatado los efectos psicológicos nocivos del capitalismo
contra la humanidad. Allí están sus libros El arte de amar (México:
Paidós, 1959) y sobre todo Psicoanálisis de la sociedad contemporánea (México:
Fondo de Cultura Económica, 1955).
Como podemos ver, existe bibliografía académica (tanto de
filósofos, economistas, e incluso de un célebre psicoanalista y hasta de un
reputado maestro esotérico) que cuestiona los fundamentos del capitalismo y del
“fascismo de mercado” (Noam Chomsky dixit)
Todo ello genera escepticismo sobre los frutos del capitalismo,
sea en su versión fascista o de fascismo de mercado. Y eso que no hemos
mencionado las facetas extractivistas y altamente contaminantes que han
generado el apocalipsis ecológico.
Desde
tiempos inmemoriales nuestros antepasados han cuidado y protegido a nuestra
madre naturaleza. A pesar de la distancia dos de las más grandes civilizaciones
de la historia de la humanidad la china y la tahuantinsuyana así lo hicieron.
Ello queda registrado por escrito en el Tao Te king del viejo maestro Lao Tsé
(o atribuido a él) y en los quipus. Lamentablemente a diferencia del primer
libro clásico del canon taoísta los extirpadores de idolatrías y de la alta
cultura autónoma desarrollada en estas tierras destruyeron a nuestros
ancestrales amautas y a sus quipus. Sin embargo, la práctica a favor de la
debida protección de nuestra madre tierra continúa en nuestros pueblos
ancestrales. Lo realmente problemático
es que desde la imposición del capitalismo con su industrialismo y
extractivismo toda nuestra naturaleza circundante en todo el orbe se ve
seriamente afectada y dañada poniendo en jaque no solo el oxígeno sino los
glaciares océanos, ríos, flora, fauna y a los mismos seres humanos. Todo esto
que es cada vez más preocupante por sus nefastos efectos se debe al excesivo y
patológico afán de incrementar las tasas de ganancia de los capitalistas que no
solo afecta los derechosa humanos en general y laborales en particular del
proletariado de campos, talleres y fabrica sino a toda la naturaleza en su
conjunto. Es el triunfo del tener sobre el ser.
Sin embargo, hay algunos individuos que niegan esta situación como por
ejemplo el autoritario e hiper racista de Donald Trump y su corte de
científicos asalariados. A pesar de lo realizado en su momento por los ludditas,
ONG.s ambientalistas como Green Peace, la huelga escolar, discursos ante
autoridades representantes de la ONU por parte de Greta Thunberg autora de los
libros Cambiemos el mundo y Nuestra casa está ardiendo, los
escritos del anarco primitivista John Zerzan y la acción directa del genio
matemático y posterior enemigo Nº 1 del Estado imperial norteamericano Ted Kaczsinsky autor del manifiesto La sociedad
industrial y su futuro y Golpear donde duele (mayormente conocido
por el apelativo Unabomber colocado por sus perseguidores) cada vez empeora la
situación del calentamiento global al extremo que ha devenido en apocalipsis
climático conocido también últimamente como ebullición climática.
Ante este caótico panorama mundial, tal como en el pasado, surgen
por doquier una serie de protestas. Ellas son denegadas por la patronal.
Estas protestas son motivo de mofa por los “hacedores de mal” o “tiranos del
espíritu”[4] quienes monótonamente
despotrican contra organizadores de estos eventos sociales. No solo eso, atribuyen que toda protesta se
hace con respaldo económico del comunismo internacional en los que incluyen al
post castrismo, post chavismo, ONGs ambientalistas, terrorismo gonzalista y
falta poco para que digan que lo hacen por órdenes recibidas desde el Kremlin
por Stalin vía médium. Además, añaden estos insensatos que la protesta no es
social sino política como si ellos fueran los partidarios del antipoliticismo…
es el colmo de los colmos. Ven como detonantes contradicciones externas, mas no
las internas que son las que definen tácticas y estrategias de quienes
manifiestan su acto de voluntad libremente, organizándose para protestar contra
un orden inocuo que avasalla cruelmente sus derechos humanos a la salud,
educación, y los laborales y provisionales. Es decir, para los burgueses
parasitarios el misterio de las protestas ya está resuelto de ante mano y sin
análisis transdisciplinario de por medio. “Ellos tienen la culpa por ser resentidos sociales que nos envidian”.
Simplismo unidimensional y mediocre que sirve solo para auto engañarse y
engañar a muchos analfabetos funcionales en la sociedad. Al respecto John R.
Saul expresa: “La conclusión de nuestros platónicos –que constituyen la mayoría
de nuestras élites– es que la población constituye un profundo y peligroso pozo
de ignorancia e irracionalidad; si nuestra civilización está en crisis, la
culpa debe ser del pueblo, que no está a la altura de los ineludibles desafíos.
Pero las civilizaciones no se derrumban porque la ciudadanía sea corrupta,
perezosa o anti intelectual. Esta gente no tiene poder ni influencia para
liderar ni destruir. Las civilizaciones se derrumban cuando los poderosos
fracasan en su tarea…” (Saul 2000, 30). “Más claro ni el agua” cuando
no se encuentra contaminada por los depredadores capitalistas.
II
“El mundo es un pobre poema” dice la canción, pero este fenómeno
no es nada gratuito e inexplicable. A pesar de la millonaria
campaña
de ocultamiento y tergiversación histórica conocemos que esto obedece a la
dinámica que el capitalismo inyecta desde que hizo su fatal aparición en el
orbe. El autoritarismo del Capital y el
Estado genera y reproduce condiciones inhumanas de sobre explotación de las
fuerzas colectivas de los trabajadores. Para ello, no escatiman esfuerzos y
contrata psicólogos y sociólogos especialistas en temática laboral, staff
de abogados defensores de la patronal y hasta esbirros para atemorizar o
eliminar sindicalistas incómodos a sus crematísticos fines. Y esto no es todo.
No solo se expolia al proletariado de campos, talleres y fábricas sino
inclusive a nuestra misma Madre Naturaleza. Generando el apocalipsis climático
del calentamiento global que ha devenido en algo muchísimo peor que es la
ebullición global. Esta deleznable situación es contraria para todo ser vivo.
Aquí cabe preguntarse: ¿Qué hacer? La respuesta no puede ser uniforme en la
medida que objetivamente estamos divididos no solo por fronteras sino por ideas
y prácticas. Así, mientras los capitalistas “solo tienen un dólar por corazón” (como
diría Manuel González Prada) los
proletarios resisten y se organizan para protestar. Esto ya forma parte del
cálculo que hacen de costo y beneficio los capitalistas y su fuerza de choque
estatal.
La cuestión organizacional es todo un problema en algunas partes
del mundo con herencia feudal y de egoísmo desbocado como aquí donde todos quieren ser “cabeza de león y no cola
de ratón”
sobre todo en tiempos electorales. Y, ¿todo para qué? Para traicionar la
palabra empeñada en campaña electoral y culminar siendo cadenas de trasmisión
no de algún trasnochado y autoritario Partido Comunista sino de la más rancia
feudal burguesía intermediaria.
Marx, “el gran agitador del
siglo XIX” y su alter ego Engels hicieron
una extensa diatriba contra su otrora amigo Max Stirner. A pesar del sarcasmo y maledicencia de ellos contra
Stirner, este último llegó a sostener enfáticamente en su obra cumbre El
único y su propiedad lo siguiente:
“Los obreros disponen de un poder
formidable y cuando lleguen a darse bien cuenta de él y se decidan a usarlo,
nada podrá resistirles. Bastará que cese todo trabajo y se apropien de todos
los productos de su trabajo, que los consideren y los gocen como propios. Éste
es el sentido de los motines obreros que vemos estallar casi por todas partes” (Stirner s/f, 120).
“No se puede concebir el Estado sin la
dominación y la servidumbre… Si la sumisión llegara a cesar, sería eso el fin
de la dominación” (ib., 198).
El genial
anarquista, masón, autodidacto Pierre-Joseph Proudhon en su célebre libro Sistema
de las contradicciones económicas o filosofía de la miseria criticó a los
capitalistas y su “ciencia” predilecta, la economía política. Lamentablemente pese a todo el tiempo
transcurrido, desde su primera edición, este libro no ha sido tan difundido, ni
estudiado a cabalidad como el folleto
de la supuesta réplica hecha por Marx con muchas falacias ad-hominen y
maledicencias. Por ello, colocaré algunas citas para que nuestros amables
lectores conozcan el contenido de este valioso libro.
“La ciencia económica, en otros términos, es para mí la forma objetiva y
la realización de la metafísica, la metafísica en acción, La metafísica
proyectada sobre el plano perdido del tiempo; de modo que cualquiera que se
ocupe de las leyes del trabajo y del cambio, es verdadera y especialmente
metafísico. … La ciencia económica es, pues, necesariamente y a la vez una
teoría de las ideas, una teología natural y una psicología” (Proudhon s/f, 25).
“Pero, impaciente estoy por decirlo, no considero
ciencia el incoherente conjunto de teorías a que se ha dado desde hace unos
cien años el nombre oficial de economía política, conjunto que a pesar
de la etimología del nombre no es aún más que el código o la rutina inmemorial
de la propiedad. Estas teorías no contienen sino los rudimentos o la primera
sección de la ciencia económica; y éste es el motivo por qué, del mismo modo
que la de la propiedad, son todas contradictorias entre sí y la mitad del
tiempo inaplicables. La prueba de este aserto, que es en cierto sentido la
negación de la economía política tal como nos la han trasmitido A. Smith,
Ricardo, Malthus y J. B. Say, y tal como la vemos hace medio siglo, período en
que no ha adelantado un paso, resultará particularmente de esta memoria” (ídem).
“La insuficiencia de la economía política la han
reconocido en todos tiempos los hombres contemplativos que, sobradamente
enamorados de sus elucubraciones para profundizar la práctica, y limitándose a
juzgarla por sus resultados aparentes, han formado desde el origen un partido
de oposición al statu quo, y se han consagrado a satirizar de una manera
perseverante y sistemática la civilización y sus costumbres. En cambio, la
propiedad, base de todas las instituciones sociales, no careció nunca de
defensores celosos que, gloriándose del título de prácticos, devolvieron golpe
por golpe a los detractores de la economía política, y trabajaron valerosa y a
veces hábilmente por consolidar el edificio que habían levantado de concierto
la libertad individual y las preocupaciones generales. Esta controversia, aun
hoy pendiente entre los conservadores y los reformistas, tiene por análoga en
la historia de la filosofía la querella entre los realistas y los nominalistas.
Es casi inútil añadir que por una como por otra parte el error y la razón son
iguales, y la sola causa de no entenderse ha sido la rivalidad, la estrechez y
la intolerancia de las opiniones” (ib., 25 y26).
“La economía política es la colección de las observaciones hechas hasta hoy
sobre los fenómenos de la producción y la distribución de las riquezas, es
decir, sobre las formas más generales, más espontáneas, y por consecuencia más
auténticas del trabajo y del cambio” (ib., 26).
“Los economistas han clasificado de la mejor manera que han podido esas
observaciones; han descrito los fenómenos y consignado sus accidentes y sus
relaciones; han observado que estos fenómenos, en muchas circunstancias,
presentaban cierto carácter de necesidad y les han dado el nombre de leyes;
y ese conjunto de conocimientos recogidos de las manifestaciones, por decirlo
así, más candorosas de la sociedad, ha venido a constituir la economía
política” (ídem).
“La economía política es por lo tanto la historia natural de las
costumbres, tradiciones, prácticas y rutinas más visibles y más universalmente
acreditadas de la humanidad, en lo que se refiere a la producción y a la
distribución de la riqueza. Como tal, la economía política se considera
legítima de hecho y de derecho: de hecho, puesto que los fenómenos que estudia
son constantes, espontáneos y universales; de derecho, puesto que esos
fenómenos tienen en su favor la autoridad del género humano, que es la mayor
autoridad posible. Así la economía política se califica de ciencia, es decir,
de conocimiento razonado y sistemático de hechos regulares y necesarios” (ídem).
“La economía política ha sido condenada en forma
por Malthus en este famoso
pasaje:
Un hombre que nace en un mundo ya ocupado, si su familia no tiene medio de
sustentarlo, o si la sociedad no necesita de su trabajo, no tiene el menor
derecho a reclamar una porción cualquiera de alimento: está realmente de más en
la tierra. En el gran banquete de la naturaleza no hay para él cubierto. La
naturaleza le manda que se vaya, y no tardará en llevar a ejecución la orden”.
“Esta es la conclusión necesaria, fatal, de la
economía política, conclusión que demostraré con una evidencia hasta hoy
desconocida en esta clase de estudios. ¡La muerte para el que no posea! A fin
de penetrar mejor el pensamiento de Malthus, traduzcámosle en proposiciones
filosóficas, despojándole de su barniz oratorio:
La economía política entraña la libertad individual y la propiedad, que es
su expresión; no la igualdad ni la solidaridad”.
“Bajo este régimen de cada uno en su casa, cada uno para sí, el trabajo,
como toda mercancía, está sujeto al alza y a la baja: de aquí los riesgos del
proletariado”.
“El que no tenga ni renta ni salario, no tiene derecho a exigir nada de los
demás: su desgracia pesa exclusivamente sobre él; en el juego de la fortuna se
ha vuelto contra él la suerte”.
“Desde el punto de vista de la economía política, estas proposiciones son
irrefragables; y Malthus, que las ha formulado con tan alarmante precisión,
está al abrigo de todo cargo. Desde el punto de vista de las condiciones de la
ciencia social, esas mismas proposiciones son radicalmente falsas y hasta
contradictorias”.
“El error de Malthus, o por mejor decir de la economía política, no
consiste en sostener que un hombre que no tenga de qué comer debe morir; ni en
pretender que bajo el régimen de apropiación individual, el que no tenga ni renta ni salario deba
suicidarse, si no quiere verse arrojado del mundo por el hambre. Esta es por
una parte la ley de nuestra existencia, ésta es por otra la consecuencia de la
propiedad; y Rossi se ha tomado a buen seguro más trabajo del que debiera por
justificar sobre este punto el buen sentido de Malthus. Sospecho, es verdad,
que Rossi, haciendo tan extensamente y con tanto amor la apología de Malthus,
ha querido recomendar la economía política, del mismo modo que su compatriota
Maquiavelo, en su libro El Príncipe, recomendaba a la admiración del
mundo el despotismo. Presentándonos la miseria como la condición sine qua
non de la arbitrariedad industrial y comercial, Rossi, parece decirnos a
voz en grito: éste es vuestro derecho, ésta es vuestra justicia, ésta vuestra
economía política; ésta es la propiedad”.
“En dos palabras, la teoría de Malthus, y éste es el gran mérito de este
escritor, mérito que no ha tenido en cuenta ninguno de sus colegas, es la
reducción de la economía política al absurdo” (ib., 35 y 36).
“La economía política tiende a la
consagración del egoísmo; el socialismo a la exaltación de la comunidad”.
“La sociedad se encuentra desde su origen dividida en dos grandes partidos: el uno tradicional y esencialmente jerárquico, y según el objeto que considere toma sucesivamente el nombre de monarquía o democracia, filosofía o religión, en una palabra, propiedad; el otro que, resucitando a cada crisis de la civilización, se declara ante todo anárquico y ateo, es decir, refractario a toda autoridad divina y humana: éste es el socialismo” (ib., 27-29, cursivas nuestras).
Luis F. Bustamante en su libro El
anarquismo científico escribe, en un estilo panfletario, sobre el
capitalismo y cuál es la solución ética correspondiente. Leámosle:
“El capital se aprovecha:
-
Del esfuerzo colectivo.
-
De las invenciones de la ciencia.
- Del beneficio ingente de las máquinas.
Y todo para acumular riquezas [cursivas
nuestras] que harán llevar vida de zánganos a los patrones; sumas que
aprovechan para deshonrar a las hijas de los trabajadores; degenerarse con el
opio y las drogas inyectables y prostituir con su ejemplo de vagos elegantes a sus mismas familias.
De ahí que,
éticamente hablando, solo destruyendo a los parásitos de la producción (el capitalismo
industrial y agrícola) y los parásitos del consumo (los comerciantes) el
socialismo científico es como encuentra la forma sola de llegar a ver todo el
planeta poblado por seres verdaderamente felices” (Bustamante s/f, 19,
nuestras cursivas).
Aun en el presente consideramos muy
valiosa y actual esta pregunta que aparece en el escrito “Remedio al mal” de
Manuel González Prada (1991): “Hoy mismo ¿Qué es nuestra filosofía?, producto
hibrido engendrado en el concubinato del avemaría con el dominus vobiscum” (189).
Gran pregunta rupturista que aún requiere
respuesta no abstracta y diletante sino concreta. A
nuestra humilde opinión de eternos aprendices[5],
la filosofía hegemónica aún sigue subordinada a la teología sobre todo católica
e incluso a intereses económicos y políticos en nuestra región latinoamericana.
El quehacer filosófico es aséptico e
inofensivo. Reina una filosofía del conformismo mediocre, unilateral y
patológicamente consumista en vez de una filosofía de la vital protesta.
Raudamente hemos mencionado al precursor
del anarquismo Max Stirner y a los anarquistas Proudhon, Malato y Luis. F.
Bustamante quienes nos dan sus pensamientos críticos que contribuyen a la
metódica construcción de la filosofía de la protesta humana. Dejamos constancia
expresa que no son los únicos anarquistas que han aportado con su pensamiento
libre y vida paradigmática. También tenemos los casos del célebre Bakunin,
Eliseo Reclus, Tolstoi, Malatesta, Kropotkin, Ricardo Mella, Ricardo Flores
Magón, Manuel González Prada, Noam Chomsky, David Greber entre otros[6].
“La anarquía, muy diferente de los sistemas
muertos apenas nacidos, de Fourier y de Cabet, tiene todo un porvenir de
vitalidad, porque responde, no a la
concepción de un filósofo, sino a la marcha de los acontecimientos, al ideal de
los mejores y a las aspiraciones de todos” sostuvo Carlos Malato (s/f) en su obra
constructiva Filosofía del
anarquismo (12).
Este libro de Malato es clave para
comprender las tesis filosóficas anarquistas sobre la religión, patria,
familia, el amor libre, la propiedad, producción, el consumo, cambio, las
pasiones, la justicia, responsabilidad, instrucción, educación, defensa social,
el arte, la ciencia, el desenvolvimiento de la humanidad, es un valioso libro
donde podemos encontrar ideas fuerzas pero que debido al inexorable paso del
tiempo requiere actualizarse. Resulta perfectible como toda obra humana.
La investigación previa, redacción y
difusión de la obra constructiva Filosofía del anarquismo de Malato
constituye un primer momento en la reflexión sistemática de brindar
herramientas conceptuales y principistas
en pro de la emancipación humana propuesta por los anarquistas e incluso posteriormente por el Sr. Karl Marx en La
cuestión judía.
Un segundo momento en aras de la
liberación constituye el esfuerzo de una serie de filósofos latinoamericanos de
redactar la Filosofía de la
Liberación recién durante
la década de los años 70 del siglo XX. Esta corriente de pensamiento ya lleva
aproximadamente medio siglo de existencia, es digna de estudiarse y hacer un
balance histórico de sus tesis y si ha tenido o no impacto social o solo ha
quedado reducido a pequeños círculos académicos que lamentablemente pululan en
Torres de marfil. Estos filósofos
liberadores bebieron de la
fuente de la Teología de la liberación que nació del contubernio del Nuevo Testamento con la dogmática del autoritario
socialismo pretendidamente científico. Adicionalmente a esto tenemos que los
teólogos de la liberación ni siquiera pudieron librarse ellos mismos de las
sanciones impuestas desde el imperio Vaticano.
El filósofo Julián Sanz del Rio con
sumo acierto dijo: “Algo resta hacer también a la filosofía para acercarse a
la vida y penetrar en ella, recobrando su puesto
legítimo de reguladora del sentimiento y de la voluntad humana” (Krause/ Sanz Del Rio, 1985, 39).
Esta afirmación precedente, es todo un
reto para la filosofía en general y para toda corriente o escuela filosófica
formada o en formación que pretenda constituirse en un faro que con su luz guíe
para que asumamos no solo conciencia social sino además conciencia ambiental.
Es decir, una conciencia plena y no fraccionada que nos coloque en mejores
condiciones de afrontar los múltiples y álgidos problemas que encontramos
cotidianamente.
Desde dentro del movimiento ácrata se ha
ido gestando la Filosofía de la Protesta. Es decir, la Filosofía Anarquista. La
legendaria militante libertaria Emma Goldman ha reflexionado sobre el
anarquismo y su debido basamento filosófico. Leámosla: “Considero al anarquismo
como la más bella y práctica filosofía que ha sido pensada para la expresión
individual y la relación establecida entre el individuo y la sociedad. Es más,
estoy segura que el anarquismo es demasiado vital y cercano a la naturaleza
humana como para desaparecer” (Goldman 2010,
176) … “La libertad es … la piedra angular de la filosofía anarquista” (ib., 181).
Consideramos que para la genuina y cabal
elaboración de la filosofía de la protesta debemos tener muy en claro no solo
los constantes desequilibrios económicos y ambientalistas generados por los
capitalistas y sus huestes de todo pelaje sino también las alternativas de
solución. Allí queda por evaluar críticamente los aportes tanto de la filosofía
del anarquismo, como de los teóricos de la filosofía de la liberación. E
incluso del “Vivir bien” de nuestros pueblos ancestrales. Como señaló, en su
poema “Los nueve monstruos”, el gran ser humano y literato Cesar Abraham
Vallejo Mendoza “Hay hermanos muchísimo que hacer”. Es hora de actuar con
conocimiento, organización y voluntad constructiva y regenerativa antes que sea
demasiado tarde. El militarismo con su armamentismo nuclear y biotecnológico de
exterminio masivo, así como el apocalipsis climático que no solo es por el
calentamiento global, sino que este ha devenido en la ebullición global, más la
absurda carrera por el dominio de la inteligencia artificial que ya es una
seria amenaza no solo a los puestos laborales sino incluso a las capacidades
intelectuales venidos a menos en gran parte de la población mundial que sufren
del fenómeno de la robotización en carne propia. Todo esto pesa como espadas de
Damocles sobre nosotros. Ponernos a la altura de las circunstancias amerita
efectuar yihad es decir esfuerzo individual y colectivo. Requerimos un
mundo sin víctimas ni verdugos. Ello, implicara “cambiemos la vida” tal como
sabiamente aconsejaba el poeta maldito Arthur Rimbaud. Y eso no pasa por tomas
temporales del poder sino por “Cambiar
el mundo sin tomar el poder” como afirma el académico Holloway.
“La marcha constante de los hombres y de
las cosas nos conduce inevitablemente a la revolución” afirma contundentemente
Malato. Esto pondrá los pelos de puntas a los amos, señores y señoritos del
Gran Capital y a sus arribistas lacayos del poder tecno industrial, económico,
financiero y político. Sin embargo, no se trata de una de las tantas
revoluciones políticas del pasado sino de la magna revolución social universal
tal como planteara estratégicamente Manuel
González Prada.
A modo de conclusión podemos decir que
durante siglos hemos padecido de la tiranía de sectas religiosas y políticas
que han dañado sobre todo estos últimos años los diversos ecosistemas del orbe
además de violar sistemáticamente nuestros propios derechos humanos
fundamentales. “Por sus frutos los conoceréis”. Por lo visto, los conocemos de
sobra y siguen con el mismo continuismo autoritario, burocrático. Por ello, se
hace más justo y necesario tener la voluntad constructiva de estudiar y
difundir la Filosofía de la Protesta que se basa en todo el bagaje cultural del
movimiento libertario sobre
todo del libro Filosofía del
anarquismo escrito por Malato. Esta magna obra regenerativa debe ser
fruto del apoyo mutuo entre individuos libres, de sano juicio, recta razón y
buenas costumbres que coordinen por el deber sagrado de crear las condiciones
para que, sin barreras artificiales y contranaturales, podamos ser libres para
gestionar nuestras propias vidas y ver así el libre desarrollo de todas
nuestras facultades y potencialidades.
Conclusiones
-El “mundo libre” ha generado mucha
desinformación e imbecilidad planificada, lo que da como resultado fatal
masivos casos de alienación, escapismo y baja de coeficiente intelectual en las
últimas generaciones.
-La explotación del hombre por el hombre e
incluso la sobre explotación laboral trajo como resultado la organización de
los sindicatos y sus formas de lucha de acción directa como son el paro, el
sabotaje y la huelga e incluso la huelga general.
-Otros protagonistas en la resistencia contra los embates del
industrialismo fueron los ludditas, los primeros destructores de máquinas.
-En la praxis cotidiana carecemos de democracia real.
-Otros discursos a
ultranza son los del libre mercado y su mano invisible.
-Pierre Joseph Proudhonfue un auténtico anarquista como muchos
otros a diferencia de advenedizos liberaloides que se dicen anarquistas para
llamar la atención de la prensa y del electorado joven como Javier Milei.
-Debido a sus conocimientos freudianos y práctica psicoanalista, Erich
Fromm había constatado los efectos psicológicos nocivos del capitalismo contra
la humanidad.
-Existe bibliografía académica (tanto de filósofos, economistas, e
incluso de un célebre psicoanalista y hasta de un reputado maestro esotérico)
que cuestiona y genera escepticismo sobre y los fundamentos los frutos del
capitalismo y del “fascismo de mercado”.
Bibliografía
1. AKERLOF
George A. y SHILLER. Robert J. La
economía de la manipulación. Como caemos en las trampas del mercado.
Paidos, 1ra. ed., Colombia, 2016.
2. BUSTAMANTE, Luis F. El anarquismo científico. KLC, s/f.
3. DIAZ, Carlos. Por y contra Stirner. ZERO/ZYX
Edición Digital C. Carretero, s/f.
4. GOLDMAN, Emma. La palabra como arma. Libro de
Anarres, 1ra. Ed., Bs.As., 2010.
5. GONZÁLEZ PRADA, Manuel. Horas de lucha. Editorial América Lee, Bs. As., s/f.
6. GONZALEZ PRADA, Manuel. El tonel de Diógenes. En: GONZÁLEZ
PRADA, Manuel. Obras, Tomo 1 Volumen 2. Ediciones COPE, Segunda edición,
Lima, 1991.
7. GUENON, Rene. La crisis del mundo moderno. Mosca
Azul Editores, 1ra. Ed., Lima, 1975.
8. HESSE, Hermann. Demian. Editores Mexicanos Unidos
S.A., 5ta. reimpresión, México, 1991.
9. KRAUSE/SANZ DEL RIO, J. Ideal de la humanidad para la
vida. Ediciones Orbis S.A., Barcelona, 1985.
10. MALATO. Filosofía del anarquismo. Edición digital
C. Carretero Confederación sindical Solidaridad Obrera.
11. MILEI, Javier y GIACOMINI, Diego. Libertad, libertad,
libertad. Galerma, 1ra. Ed., Bs.As., 2019,
12. NIETZSCHE, Friedrich. El viajero y su sombra.
Edicomunicación S.A., Barcelona, 1994.
13. PROUDHON, Pierre Joseph. Sistema de las contradicciones
económicas o filosofía de la miseria. Antorcha, México D.F., s/f.
14. SAUL, John R. Diccionario del que duda. Un diccionario
de agresivo sentido común. Ediciones Granica S.A., 2000.
15. SPENCER, Herbert. El individuo contra el Estado.
F. Sempere y C. Editores, Valencia, s/f.
16. STIRNER, Max. El único y su propiedad. Libro de Anarres,
Bs.As., s/f.
[1] “¿Qué fueron
por lo general nuestros partidos en los últimos años? sindicatos de ambiciones
malsanas, clubs eleccionarios o sociedades mercantiles. ¿Qué nuestros
caudillos? agentes de las grandes sociedades financieras, paisanos astutos que
hicieron de la política una faena lucrativa o soldados impulsivos que vieron en
la Presidencia de la República el último grado de la carrera militar” (González Prada, s/f , 9).
[2] El excéntrico Javier Milei es
coautor, con Diego Giacomini, de un libro intitulado Libertad, libertad,
libertad (Buenos Aires: Queleer, 2019) donde al igual que muchos
especímenes liberticidas, que le anteceden, pretende justificar una supuesta
superioridad moral del capitalismo y despotricar contra la justicia social . Ni siquiera se da el trabajo de mencionar a Milton
Friedman.
[3] Recomendamos leer no solo a los
susodichos sino también a la keynesiana de izquierda Joan Robinson, a Polanyi autor del libro La gran
transformación y, anteriores a ellos, al positivista y evolucionista
Herbert Spencer de El individuo contra el Estado donde critica a
liberales y los considera los nuevos conservadores: “La mayor parte de los que
se reputan ahora liberales, son conservadores de una nueva especie” (Spencer
s/f, 9). Esto influenció en el maestro libertario Manuel González Prada y lo
cita textualmente en su ensayo “Nuestros liberales” (incluido en su magna obra Horas
de lucha): “Según Spencer, la mayor parte de los que ahora se titulan
liberales son conservadores de nueva especie” (González Prada s/f, 141). Otro
libro muy recomendable y desmitificador resulta ser La economía de la manipulación como caemos en las
trampas del mercado escrito por los Premio Nobel George A. Akerlof y Robert
J. Shiller. En este libro sus autores preguntan “¿Por qué si esta época es quizás de las más avanzadas, las
personas viven tan angustiadas por cuestiones económicas?”. Adicionalmente estos dos
economistas ganadores del Premio Nobel de economía y “admiradores del sistema
de economía de libre Mercado” sostienen: “… muchos de nuestros problemas
derivan de la misma naturaleza del sistema económico… nuestro sistema de libre
mercado tiende a generalizar manipulación y engaño… El sistema económico está
lleno de artimañas, y es necesario que todo el mundo lo sepa” (Akerlof y
Shiller 2016, 15 y 16). A confesión de parte relevo de prueba.
[4] Es una expresión de Nietzsche (1994, 118).
[5] “… [L]a vida del hombre, ¿no es acaso un perpetuo aprendizaje?” (Proudhon, s/f, 20).
[6] Por
motivos de espacio, esperamos en un futuro artículo, esperamos profundizar
más mencionándolos también como se debe.
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