jueves, 18 de febrero de 2021

SOBRE HACER FILOSOFÍA POPULAR:

Reseña de Gutiérrez Gómez, Edgar (2020). Consideraciones filosóficas. Huanta-Ayacucho: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Huanta, pp. 128.

Por Manuel A. Paz y Miño C. (*)

 


Edgar Gutiérrez Gómez, es Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de Educación y Profesor Principal de la Universidad Nacional Autónoma de Huanta, ha publicado el ensayo El absurdo de la vida (2012), y dos antologías similares: Un café filosófico y Otro café filosófico (2019) y es conductor del programa Café Filosófico en Media TV-Huanta, el único programa de esa índole en la televisión peruana.

1. El fondo

En los 91 artículos periodísticos publicados, en su mayoría en el Diario Regional Correo de Ayacucho, y otros en Ensartes Diario Digital de Ayacucho y unahALDIA --entre el 26 de setiembre del 2018 y el 14 de mayo del 2020--, compilados en Consideraciones filosóficas, podemos encontrar temas diversos: religión, política universitaria, nacional e internacional, corrupción, educación, filosofía peruana y mundial, falacias lógicas, ciencia, racismo, xenofobia, misoginia, coronavirus, etc.

Especialmente cuando cuestiona e ironiza la religión, los políticos y las fuerzas armadas, nos recuerda la pluma del ensayista peruano anarquista, nacido en el siglo xix, Manuel González Prada.

Citaré algunos párrafos de Gutiérrez que han llamado mi atención.

En lo que respecta a la religión, por ejemplo dice en su texto “Gloria a Dios”: “El hombre siempre tiene problemas de salud, dinero, amor, trabajo; sus feligreses ansían que Dios los bendecirá en su agonía por soportar su miserable vida. Para soliviantar su agonía, asiste a vomitar su crisis existencial en las congregaciones religiosas. Ahí, está el pastor aplacando su crisis, suministrando el antídoto de ilusiones para los problemas de la vida. Concluye que disfrutaran una vida inmortal en el paraíso. Dios les está esperando con brazos abiertos en la eternidad. Pastores y feligreses mascullando el contenido de la biblia literalmente con la cual, se alborotan intentando merecer la eternidad ¡Debe ser jodido ser Dios! Millones de tarados que solicitan estupideces con soluciones inmediatas. En su nombre roban a millones de incautos” (p. 17).

En “Feliz navidad” dice: “no respetan mi confesión laica vulnerando mi libertad de credo. Deberían despedirlos del trabajo a esos cabecillas que se dedican a elaborar nacimientos de navidad en las instituciones públicas. Excitados en cursilerías, humillando la fe de personas declaradas laicos y protestantes” (p. 29).

En “Por la santa”, afirma: “Escolares y estudiantes de educación superior degradándose a condiciones primitivas, afanados en elaborar alfombras, por la santa cierran calles, en vez de leer un libro o un puto periódico que refleja la realidad subjetiva u objetiva de su país” (p. 46).

En “La madre superiora”, sostiene: “Asisten [las personas] a la ceremonia litúrgica, donde el sacerdote defiende su trabajo, mintiendo al incauto sobre la existencia de Dios” (p. 64).

En “Sorteando el pánico” aduce: “Las plegarias de fenómeno mundial, de esencia metafísica y teológica no evitan la propagación, todos los dioses del mundo no pueden estabilizar al famoso coronavirus; puesto que, ya pasó por el budismo, cristianismo, protestantismo, brahmanismo, hinduismo, islamismo y algunas otras pequeñas congregaciones religiosas. Ninguna de estas, pudo confrontar con sus poderosos dioses, por el contrario, esperan pacientemente que los científicos encuentren algún antídoto que pueda sucumbir el pánico mundial. Se suman las tradiciones totemistas que predican la chamanería; tampoco, logran estabilizar el pánico” (p. 100).

En “El dolor eterno” escribe de modo semejante: “Los movimientos religiosos más grandes del mundo, sucumben cuando la muerte acecha su rebaño, es ahí cuando los ungidos comediantes que mercantilizan la fe, aluden a alguna divinidad, pero no consiguen calmar la desesperación de la masa que desea perpetuarse en la vida” (p. 105).

En lo que respecta a la política, por ejemplo, dice nuestro autor en su texto “Una gran fiesta”: “Las elecciones actuales giran en torno a campañas millonarias donde, despilfarran millones, regateando conciencias, banderines, pintas en paredes, alquiler de camionetas, spots publicitarios en radio y televisión. Prometen soluciones milagrosas al sufrido elector” (p. 18).

En “Justicia a la medida” dice algo semejante: “Los filántropos de la política que pululan al granel en el variopinto territorio peruano, hacen milagros inexistentes para financiar su campaña electoral, una vez llegados al poder buscan urdir hazañas perfectas para multiplicar lo invertido” (p. 26).

En “Política twittera” se burla de los políticos: “Los autodenominados políticos peruanos hacen gala de esta red social [el Twitter] para rebuznar sus opiniones o atacarse de sus trazas y costumbres para desvalijar al pueblo” (p. 31).

En “El señor presidente” afirma: “En Latinoamérica es muy sencillo hacerse de presidente de la República, suficiente es con acusar al auténtico presidente constitucional elegido por el pueblo; bueno, de manera fraguada o legalmente” (p. 35).

En “¿Congresista?” dice que “Ahora alucino ser congresista,.. Mi primera acción en el Congreso sodomita del Perú sería: legalizar el consumo de drogas, el aborto terapéutico, la clonación humana, la eutanasia, matrimonio del mismo sexo, eliminar el curso de religión en los colegios, que la ciudadanía se adquiera a partir de los dieciséis años de edad, cadena perpetua para quiénes usen el término cholo y negro, que el servicio congresal sea ad honorem, requisito para contraer matrimonio civil sea secundaria completa y renovable cada cinco años, adquirir licencia de conducir con una carrera técnica de tres años. Serían mis primeras acciones sencillas para iniciarme como congresista ¡Ah! Que la muerte sea por orden alfabético, pues juraré en nombre de Dios, un sadiqueo frente a una imagen de Jesús Cristo y la palma de mi mano onanista en la Biblia ¡Juro que robaré, poquito!” (p. 75, 76).

En “El velo de la ignorancia” sostiene: “Existe una desesperación innata del hombre en conseguir el poder a cualquier precio, una vez logrado el ansiado poder, impone sus criterios personales sin consultar a la masa” (p. 89).

En lo que respecta a las fuerzas armadas, por ejemplo, Gutiérrez dice en su texto “Indio de mierda”: “Las Fuerzas Armadas, sector parásito del mundo, conllevan egos poderosos, gracias al uniforme y las armas que la población les ha proveído con el pago de sus impuestos, estos arremetiendo contra quienes les da de tragar. Morder la mano, porque es un indio de mierda vetado para gobernar. Soldados, indios de mierda que obedecen a sus superiores inmaculados para disparar a otro indio boliviano ¡Despertad!” (p. 79).

En “Artículos indizados” aduce: “Nuestra sociedad aprecia a las Fuerzas Armadas con sus miles de parásitos que integran su flotilla. La única entidad que tiene un presupuesto nacional altísimo con su cédula viva incluida. La mayoría de las Instituciones Educativas llevan nombres de sus héroes militares declarados por alguna razón injustificada. El presupuesto económico para la educación importa una nada para los decisores de turno. Una sociedad educada, tranquilamente cumpliría con creces la inversión económica” (p. 96).

Nuestro autor también menciona temas filosóficos y éticos como en “Déjalo ir”: “Los seres humanos nos hemos acostumbrado a la vana búsqueda de la eternidad y, como tal nos inquietamos por perpetuarnos en este planeta. Nos sentimos los únicos adalides indispensables para la continuidad de la vida humana. Cuando nuestros seres queridos se van al más allá de la metafísica, no dejamos partir, siempre estamos evocando constantemente martirizándonos a nosotros mismos” (p. 40).

Y citándose a sí mismo en “El absurdo de la vida”, título también de un libro suyo: “Cada momento de la vida que vivimos, en verdad, es una negación de la muerte, cada disfrute lo es del sufrimiento, cada acción buena es el rechazo del mal” (p. 47).

En “Sexo peruano” dice: “Los seres humanos en este planeta hemos nacido del sexo reproductivo o placentero; independientemente de los avances de la ciencia” (p. 50).

En “Allin kawsay” dice: “Vivimos en un mundo globalizado de modernidad líquida, es imposible contrarrestar la avalancha del neoliberalismo. Por el contrario, deberíamos de insertarnos modernizando la cultura ancestral del allin kawsay, expresado en el buen vivir. La mejor forma de interculturalidad es una tolerancia a lo foráneo y lo nuestro. El buen vivir es una expresión de interculturalidad, sin repulsar la cultura ajena. El signo de desmedida idolatría a la cultura ancestral andina, es menospreciar lo ajeno, pese a vivir en un mundo global” (p. 62).

En “Día Mundial [De la Filosofía]” dice: “Si el promedio de la vida humana es de 613200 horas, aproximadamente. El odio, el amor, la mentira, la avaricia, el éxito, el poder y demás exquisiteces de la vida se esfuman cual volátiles logros humanos. Las grandes escuelas de la antigüedad forjaron teorías y caminos para ser allanados por la generación venidera, sin imaginar que esta desconociera en absoluto la verdadera dimensión de su existencia” (p. 78).

En “Sol, sangre y arena” sostiene: “La sociedad actual exige ciertas normas legales para la práctica del deporte primitivo, obrado en su mayoría por los romanos que usaban a esclavos. Como dependemos de personajes decisores de leyes supremas, nos queda mordernos los dientes de impotencia sobre la legalidad de la tauromaquia. Los defensores de “Sol sangre y arena” comulgan con el Antiguo Testamento ‘Levítico’ sobre el sacrificio de animales para purificar los pecados” (p. 98).

Gutiérrez también habla de las mujeres, como en “La doña” donde dice: “¿Cómo se debe halagar a una mujer en el escenario actual? Si todo resulta en un acoso” (p. 42).

En “Las placeras” afirma: “Algunas mujeres en esta sociedad posmoderna, se han convertido en placeras, deslenguadas, pues arremeten sin control el valor ajeno, bajo el manto de la igualdad de género” (p. 52).

En “Estilo fresh” dice: “Los políticos que transitaron por diferentes agrupaciones políticas tipo venusterios; ahora congresistas, legislan al margen de las causas, le interesa más el show mediático en modo paparazzi. La realimentación de la cultura machista en el Perú es legalizada como: club de madres, Ministerio de la Mujer, cuota de género, las damas primero, madre patria, padres de la patria, ahora puedes besar a la novia…. Cuando la mujer conquista decisiones contra las conductas arcaicas exclusivo de los varones, la sociedad las censura estigmatizándolas como machonas, ofrecidas, igualadas y más términos peyorativos que la vilipendia a su mínima expresión humana. La dependencia femenina, solo acabará con la independencia económica y la liberación de la moral nietzscheana de sometimiento esclava. La mujer tiene las condiciones de solventar sus vicios al igual que los varones; también a transgredir esa moral primitiva y ser libre de taras sociales construidas solo para los varones” (p. 85).

Gutiérrez también toca temas como el racismo en “Indio de mierda” donde dice “La escala del choleo en el Perú es evidente; alguien que vivió en Lima por accidente, cholea a los de la región, éstos a los de provincias regionales y así de manera sucesiva, casi por sentido común centralista” (p. 78); la xenofobia en “Todo extranjero es un enemigo” donde afirma “Convivir con el Coronavirus, aferrándonos a la vida, extremando la xenofobia, donde todo extranjero es un enemigo mortal por ser el portador del virus. Comunidades encerradas en sus guaridas, bloquean el acceso a su lugar por el pánico a la muerte” (p. 110); la literatura en “Estilo propio” en donde dice “La crítica literaria no debería estar enmarcada al etnocentrismo europeo, rezagando las producciones locales como menos importantes o de poco aporte internacional. Ahí, se avalancha los defensores de la RAE, ya que nuestro lenguaje debería ceñirse a su estilo estandarizado. Al carajo sus parámetros neocolonialistas para nuestro lenguaje y que nos entendemos correctamente” (p. 48); la educación vial en “45 en 45 kilómetros” donde sostiene: “Conductores y peatones que no respetan las señales de tránsito, y cuyo resultado es la pérdida de tiempo, dinero, combustible, repuestos, frenos; todo por no mantener la velocidad constante” (p. 72). Y “A ello se suman los conductores de vehículos menores: motos lineales, moto taxis, ciclistas que les llega al carajo las señales de tránsito en esta ciudad de pendejos. Para rematar estos conductores, especialmente los taxistas no pagan impuestos, pero son los primeros en tocar la bocina innecesariamente, conversando por celular en plena marcha, escuchando una estruendosa música, y para el colmo a todo volumen, provocando las náuseas del pasajero de turno” (p. 73); la salud pública en “Todo extranjero es un enemigo”: “En algunos Estados capitalistas, aún existe el lado socialista como la salud pública. Si no existiera ese flanco socialista dentro de algunos Estados, ¿a dónde acudiríamos los indigentes? ya hubiéramos perecido, ya que en la actualidad se ha convertido una especie de salvavidas para seguir respirando por unas horas, días y años, porque llegar a tratarse en una entidad privada de salud seria como llegar al mismo paraíso” (p. 109).

2. La forma

Hemos encontrado los siguientes errores de redacción: 

-escribe "disfrutaran" en vez de "disfrutarán" (p. 17).

-"...la fe de personas declaradas laicos...” en vez de "la fe de personas declaradas laicas...” (p. 29).

-dice "no dejamos partir, siempre estamos evocando...” por "no los dejamos partir, siempre los estamos evocando...” (p. 40).

-dice "ciclistas" por "bicicletas" (p. 73).

-escribe en una expresión condicional: "aproximadamente. El odio, ..." por "aproximadamente, el odio, ..." (p. 78).

-dice "la mujer conquista" por "las mujeres conquistan", "le interesa" en vez de "les interesa", "exclusivo" por "exclusivas", "la vilipendia" por "las vilipendia" y "de sometimiento esclava" por "de sometimiento esclavo" (p. 85).

-escribe en un estilo anglicista: "con el Antiguo Testamento ‘Levítico’" en vez del castizo: "con el ‘Levítico’ del Antiguo Testamento" (p. 98).

-escribe "indigentes? ya hubiéramos..." en vez de "indigentes?, ya hubiéramos..." y "se ha convertido una especie" por "se ha convertido en una especie" (p. 109).

-dice "no conozco a un docente que no posea un celular inteligente en las universitarias ...". Seguro debió escribir, en vez de esta última palabra, "universidades" (¿o no?) (p. 111).

Estos errores evidencian la falta de un corrector ortográfico. Algo que no debería suceder en la editorial de una universidad donde enseñan profesores de lengua.

Por otro lado, nos ha llamado la atención el uso, por parte del autor, de expresiones crudas y populares como “carajo” (9 veces), “mierda”  (8),   “concha” (3), “cojudo(s)” (3) y variantes (4), pendejo(s) (4) y variante (una), “puto(s)” (tres), “puta” (una), "jodido" y "joder" (una cada una), “cague” y “cagan” (una cada una), “vaina" y "vainas" (una cada una), “ta mare” (una) especialmente en sus escritos críticos y sarcásticos, un estilo conocido en las letras peruanas, siendo uno de sus representantes, el escritor, periodista y humorista del siglo xx, Luis Felipe Angell de Lama, más conocido como Sofocleto.

Conclusiones

En definitiva, estamos ante un autor que reflexiona sobre diversos problemas nacionales con un lenguaje asequible para todos, esto es, alguien que hace filosofía popular.

Problemas aún no resueltos como el racismo y la discriminación entre nosotros y contra hermanos latinoamericanos, un Congreso de la República decente, la real separación Estado-Iglesia, la igualdad de género entre hombres y mujeres, el derecho de los animales, la educación pública, etc.


(*) Manuel Abraham Paz y Miño Conde es Licenciado en Filosofía por la UNMSM (Perú) y Mag. en Letras, con mención en Ética Aplicada por la Universidad de Linköping (Suecia).

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