Ciro Marín Benítez
Lic. en Filosofía, Universidad Nacional de San Agustín, Mag. en
Filosofía, mención Epistemología, Universidad Americana de Andragogía, y
Docente, Universidad Nacional de San Antonio Abab del Cusco
Email: mbenitezc3@gmail.com
Resumen: La actual pandemia ha tenido repercusiones impactantes en la vida y los aspectos metafísicos, como la ética, la política y la axiología. Pero, a la vez incentivó debates acerca de política, el cuidado sanitario, el confinamiento, la exacerbación social, la actitud moral y el porvenir de nuestras sociedades, demostrándonos que las situaciones antagónicas son parte de nuestra realidad y como seres humanos no estamos exceptuados de afrontar estas crisis. Por otro lado, el rol de la tecnología en la actualidad ha sido muy importante: con el confinamiento social la pandemia ha obligado que el espacio público se vuelva forzadamente digital. En el campo político nos reveló un contractualismo con un tendencioso contenido que favorece más a los intereses del mercado neoliberalista. Estadísticamente a causa de la pandemia y la pobreza, el Perú logra el récord del país con más fallecidos en el mundo, y como agravante, los episodios de la crisis política, que causan honda indignación y rechazo, son la manifestación de la podredumbre de la clase política. Todo esto lo podemos notar bajo una crítica reflexión filosófica preguntándonos: “¿por qué está pasando esto?” y “¿por qué no nos habría de pasar?”.
Palabras clave: pandemia, Estado peruano, política, reflexión y tecnología.
PHILOSOPHY AND PERUVIAN POLITICAL PANDEMIC
Abstract: The current pandemic has had shocking repercussions on life and metaphysical aspects, such as ethics, politics and axiology. But, at the same time, it stimulated debates about politics, health care, confinement, social exacerbation, moral attitude and the future of our societies, showing us that antagonistic situations are part of our reality and as human beings we are not exempt from facing these crises. On the other hand, the role of technology today has been very important: with social confinement, the pandemic has forced public space to become digitally by force. In the political field, it revealed a contractualism with a tendentious content that favors more the interests of the neoliberal market. Statistically because of the pandemic and poverty, Peru achieves the record of the country with the most deaths in the world, and as an aggravating circumstance the episodes of the political crisis that cause deep indignation and rejection, are the manifestation of the rottenness of the political class. We can see all of this under a critical philosophical reflection asking ourselves: "Why is this happening?" and "Why shouldn't it happen to us?"
Keywords: pandemic, Peruvian state, politics, reflection
and technology.
Introducción
En anteriores
publicaciones (véase Marín, C. 2020) hemos aseverado que, en efecto la pandemia del covid-19 ha tenido repercusiones impactantes
no solo en la salud y la vida, sino que pone en cuestión el tenso límite entre los
aspectos metafísicos, que son no científicos, como la ética, la política y la
axiología. Hechos que han resentido de manera contundente nuestras maneras de
entender la realidad. Esto solo lo podemos realizar bajo una crítica
reflexión que nos lo va permitir la filosofía con una adecuada metodología propia
de ella. Otro cuestionamiento serio especular sobre las opciones políticas que
nos orientan cuestionándonos si podemos tener la concepción tanto de la vida y
de la muerte de modo particularizado y autónomo, como los valores axiológicos o
como simples objetos de estudio de la ciencia, vinculados a los marcos
culturales que la sustentan.
Es así que en el contexto de la crisis pandémica que
afecta todos los campos de la salud, el económico y el humanitario, también hace
propicia diversas reflexiones filosóficas, que incentivan varios debates acerca
de las políticas del cuidado sanitario, el confinamiento, la exacerbación de
las desigualdades sociales, la actitud inmoral frente a los ancianos y el porvenir
de nuestras sociedades. Después de esta pandemia podemos apreciar que las
situaciones antagónicas son parte de nuestra realidad y como seres humanos no
estamos exceptuados de afrontar esta clase de crisis. Ante esta situación la
correcta pregunta filosófica no debería formularse de la siguiente manera: “¿Por
qué nos está pasando esto?”, cuando de manera muy clara el cuestionamiento que debemos
formularnos es así: “¿Por qué no nos iba a pasar?”.
El ciudadano de a pie se interroga: ¿Qué rol cumple la
filosofía en esta pandemia? Y tal vez irreflexivamente se responda a sí mismo:
La filosofía no encontrará la vacuna contra el covid 19. Aparentemente como
estamos divorciados de las reflexiones filosóficas desconocemos que,
para solucionar todos los problemas,
primero siempre debemos hacer una reflexión coherente, nos cuestionamos,
o sea filosofamos, nos
preguntarnos si podemos
pensar y considerar razonablemente lo sanitario y lo económico como si fueran
entes autónomos, o en caso contrario, considerar a ambas como componentes de un
módulo que siempre posee un estrecho nexo con la política.
Por lo tanto, en esta perpleja situación que pasamos, es cuando la filosofía
se torna realmente necesaria, empleando sus cualidades como la crítica, pues ante
problemas de estas características buscamos soluciones, y la tarea empieza por
analizar identificando el origen de estas dificultades y la anomalía que debe ser
destruida para no volver a caer en los mismos errores.
La tecnología
El rol que cumple
la tecnología en la actualidad ha sido muy importante con el confinamiento
social, hoy en día el covid 19 ha obligado que el espacio público se vuelva
forzadamente digital casi en su totalidad. Las calles se han tornado
abandonadas, así mismo como los locales de las grandes entidades del Estado que
hoy interactúan mediante espacios digitales. Los que, por supuesto, tienen un
costo significativo y han roto los esquemas del presupuesto económico del Estado,
debido a que pertenecen a grandes corporaciones privadas donde el Estado no
tiene participación, porque hasta sus trámites están en manos de estas empresas
privadas. Las instituciones tutelares recurren a estas entidades liberalizadas,
como Amazon, tal es el caso de la UNMSM que recurrió, para tomar los exámenes
de ingreso, a una empresa privada.
En este entorno, muchos centros de
educación básica y superior están usando para las clases remotas, aplicaciones
de Google, que pueden almacenar y vender datos a terceros, que en las esferas
de la educación y la sanidad resultarían bastante riesgosas. Bajo estas
premisas, el confinamiento ha impulsado un salto cualitativo, somos testigos
que todas las clases académicas que se desarrollaban presencialmente, de manera
drástica y radical pasaron a ser virtuales. Además, todo ello impulsó que la tecnología
presente iniciativas de software libre, con cualidades modificables para
adaptarlas a usos concretos, siendo éstas más reservadas y menos intrusivas con
la privacidad de nuestra información. Por otro lado, los programas como el Jitsi
Meet en lugar de Zoom Cloud Meetings, resultando este último mucho más
respetuoso con los datos de carácter privado, proponen incentivar decisiones específicas,
dando la idea de “tecnología por analogía”, en contextos locales y aplicados a
necesidades concretas que no sean globales.
Otro aspecto brindado por la tecnología en tiempos de pandemia está relacionado
con la necesidad de fijarnos en acceder con igualdad a estas nuevas tecnologías
debido a que estas desigualdades han sido reveladas y puestas de manifiesto con
el desarrollo de las clases remotas o virtuales en la educación básica y
superior. El aislamiento ha tenido efectos más contundentes en los segmentos
sociales más álgidos donde las familias desfavorecidas carecen de medios y
recursos suficientes como poseer computadoras, internet y electricidad, y
además las empresas servidoras de la red informática brindan un servicio
defectuoso para conectarse y desarrollar satisfactoriamente estas clases, teniendo
como resultado que muchos estudiantes hayan abandonado el semestre y
posiblemente el año académico.
El precario Estado peruano ante el covid 19
La primera quincena de marzo, cuando se tenían
noticias del inicio del covid 19, en el Perú se pusoeron en vigencia auspiciosas
acciones siendo uno los primeros países en Latinoamérica, en imponer encerrona
y otras restricciones a la vez de disponer de la entrega de bonos en apoyo a
los sectores más sensibles de la empobrecida sociedad peruana afectada por la
suspensión de la economía informal. Luego de transcurridos unos meses después, los
medios de comunicación del mundo entero difundían sobre
las alarmantes cifras de contagios en el Perú con altas cifras de fallecidos,
las deficiencias de la cuarentena y la fuerte caída económica que golpeaba brutalmente
al país.
Actualmente transcurridos más
de ocho meses, el Perú encabeza una de las lamentables clasificaciones al tener
la más alta tasa de mortalidad por covid-19 de los 20 países duramente azolados
por esta pandemia, según datos estadísticos existentes (véase John Hopkins University of Medicine,
2020) hay 87,53 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Estos desastrosos
resultados, ponen al Perú por encima de países con gran cantidad poblacional como
EE UU, Brasil y México. Dicha información es corroborada por medios peruanos que
grafican la tasa de mortalidad por covid-19 más alta del planeta. Y con datos
recientes, el Perú ocupa el noveno lugar como el país con más muertes a nivel
mundial, y el quinto con más contagios, presentado 621.997 casos registrados.
Aquí
exponemos algunos factores que fundamentan por qué la rigurosa
cuarentena no fue impedimento para que el
Perú sea el segundo país de Latinoamericano que registra más casos de covid-19 (OMS, 2020). En estos días el número de fallecidos
ha tenido una ligera disminución, la cifra más baja desde junio. Pero en menos
de una semana estas cifras volvieron a subir. Así, tenemos en esta pandemia una
composición de factores de salud pública, aspectos económicos y sociales,
limitaciones estructurales y desatinos coyunturales que sustentan por qué
nuestro país llegó a esta complicada situación. Al inicio de la pandemia, el
sector salud del Perú no contaba con los recursos necesarios para afrontar una
situación de emergencia como el covid 19 porque la pandemia siempre estaba un
paso adelante. El premier peruano, reconoció en entrevista con la cadena peruana RPP que el
Perú tiene la tasa más alta de mortalidad por covid-19, pero que el récord se
debe a la transparencia del gobierno en difundir las cifras de muertos.
La
pandemia, al inicio, sirvió para que se develara un virus social más temible
con severos signos contra la sufrida población peruana que la aquejaría de
manera soterrada. Esto se evidenció cuándo, coercionado por varias delaciones
de corrupción, tuvo como final la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski a la
Presidencia de la República. Pero esto fue tendenciosamente manejado por el
statu quo de la clase política gobernante y los grupos que conforman la CONFIEP.
El predominante poder económico confabuló poniendo como sucesor al entonces Vicepresidente
Martín Vizcarra para sortear la crisis y así aseguró la continuidad del régimen
neoliberal. Pero la pandemia se tornó impactante y puso de manifiesto lo
equivocados que estuvieron; los integrantes de las mafias enquistadas en el hemiciclo
nacional, y la mediocridad del Presidente y sus ministros han recrudecido esta
crisis política sin resolver hasta hoy.
En tanto
que el Perú pasa por una de las mayores tragedias sanitarias debido al azote
del coronavirus y el abandono estatal, hace unos días el Poder Legislativo y el
Poder Ejecutivo desempeñaron una irresponsable confrontación que devino en la
aprobación de una moción de vacancia presidencial. El fatídico viernes 18 de
setiembre del 2020, el Presidente Vizcarra, luego de presentarse ante el
Parlamento para ostentar su defensa, en tanto los actuados del Presidente del
Congreso que alertó a los militares para concretar la tendenciosa movida, restó
apoyo a la moción, la pandemia política sigue sin solución. En consecuencia, vale
analizar cómo los efectos de este incidente, en el ya bastante golpeado modelo
neoliberal, los sucesos qué acontecen en la gobernabilidad peruana ad portas de
las elecciones y de un pandémico bicentenario que delinean como salidas a esta crisis
pandémicamente histórica.
Las
acciones reñidas contra la moral y demás problemáticas del caso Lava Jato han
sido los detonantes para esta compleja crisis política sazonada por los actos inmorales
y la pésima gestión del aparato estatal, pero lo más significativo es que
golpearon contundentemente el régimen neoliberal instalado por el reo Fujimori
en la década de los noventa y mediocremente continuado por los sucesivos presidentes
pseudo democráticos, bajo el amparo de una Carta magna, producto del Fuji golpe
del ’93, que para la gran mayoría de peruanos está totalmente deslegitimada. En
tanto los grupos de poder apostaron por la continuidad, colocando como
presidente a Martín Vizcarra y en ese momento no les fue mal con dicha
decisión.
En
tanto los otros desconcertados poderes del Estado, como el Legislativo y el
Judicial, colapsaban imbuidos en investigaciones de un atormentado Vizcarra que
mantenía con el descaro acostumbrado, la gobernabilidad, mostrándose
cínicamente en la lucha contra la corrupción y cuidando el único pilar del consumado
régimen vanamente, bajo la indignada mirada de una ciudadanía hastiada de este
régimen maldito. Después devendría la disolución del Congreso, en octubre del
2019, ante maniobras delictivas por parte de la mayoría aprofujimorista, hechos
que le dieron una aprobación del 65% (La República, 2020).
La llegada
del covid 19 en marzo del 2020 devela las desastrosas carencias de un Perú que mostraba
un crecimiento sostenido del PIB pero que desastrosamente no aseguraba la vida
de los peruanos. Afrontar la pandemia con un colapsado sistema de salud y una gran
población informal, fueron la situación impropia para garantizar medidas adecuadas
contra la pandemia. Y, como agravante, este pasivo de abandono estatal producto
de décadas de un neoliberalismo salvaje, y, como agregado, las decisiones desatinadas
del mismo Presidente empeoraron la crisis. El favoritismo presidencial por la
CONFIEP propició la caótica reapertura de la economía, aumentando alarmantemente
la curva de contagios y muertes. Además, la negativa inexperta al comando de la
cartera de Economía de conceder un bono básico universal, imposibilitó que muchos
peruanos mantengan el confinamiento, y el incoherente accionar del Ejecutivo
con el sector privado avalando el negocio escandalosamente lucrativo de
clínicas y farmacias que mercantilizan la salud de los peruanos. Todos estos pésimos
manejos en plena pandemia impulsaron la caída del Presidente peruano. Para
remate, el Congreso denunció los malos manejos presidenciales en las
contrataciones indebidas en el Ministerio de Cultura, conjuntamente con los
audios que reflejaban a un mandatario con un entorno mediocre, entorpeciendo la
justicia, negociando testimonios y manipulando funcionarios (Redacción BBC News
Mundo, 2020). Así, Vizcarra es un político más del montón que usan el Estado
para sus fines particulares.
La pandémica política que se
desmorona
Bajo un contractualismo con un tendencioso
contenido que favorece más a los intereses del mercado neoliberalista, a
inicios del 2020 se disuelve el Congreso y los peruanos eligen congresistas que
debían culminar el mandato del anterior y entregar el cargo en julio del 2021.
Este nuevo parlamento lleva pequeñas bancadas vinculadas a personalidades y
grupos económicos más que a proyectos partidarios, sin ideologías, como las
bancadas de las universidades privadas, en donde saltan a la vista personajes
con intereses particulares y más que un digno curriculum vitae exhiben un
prontuario de denuncias, como el del ex contralor Edgard Alarcón --vinculado a
delitos de corrupción.
El Poder
Legislativo fragmentado y dominado por intereses privados y personajes
cuestionados, permanentemente se ha confrontado con el Ejecutivo aduciendo un
cuestionable manejo económico, no dándole el voto de confianza al Premier anunciado
y forzando al Presidente a hacer cambios en su gabinete. Y como agravante a esta situación, la difusión
de los audios presidenciales y el consecuente pedido de vacancia, elevaron la
tensión de la política gubernamental claramente orientada por el cálculo
electoral y el afán de proteger la impunidad de sus intereses empresariales,
lograron aprobar la moción de vacancia donde el presidente Vizcarra anunció que
no renunciaría y presentaría una demanda competencial al Tribunal
Constitucional. Con estos actuados se ha demostrado que en el Perú el actual Congreso
es la continuidad del anterior disuelto, caracterizado por la corrupción con
intereses dependientes y mafiosos, que legislará a su favor y usará la
institucionalidad según sus propios cálculos ajenos a las necesidades del país.
Incapaces de responder a un proyecto de nación, es así que estamos ante una profunda
crisis que encontró un apropiado caldo de cultivo en un deslegitimado
contractualismo impuesto por un sentenciado que no se identifica con la etnia
ni la identidad originaria manteniendo su original procedencia japonesa.
En
tanto, estadísticamente a causa de la pandemia y la
pobreza, el Perú ocupa el desconsolado récord del país en el mundo con más de
setenta mil fallecidos en corto tiempo, y como agravante los episodios de la
crisis política causan honda indignación y rechazo de la ciudadanía, son la manifestación
de la podredumbre de la clase política y la puesta en relieve de un lamentable
escenario donde se refleja que cualquier aventurero toma por asalto el
hemiciclo para disputarse el botín del Estado, a espaldas del pueblo que
trágicamente sobrevive. En tanto, los medios de comunicación, los militares y
los grupos de poder económico, como la CONFIEP, guardan silencio esperando que
llegue la calma para recuperar su vigencia y seguir saqueando a sus anchas los
recursos y presupuestos del Estado.
Lo
narrado líneas arriba revela que la crisis política que percutó el escándalo de
Lava Jato está amenazadoramente vigente, las soluciones no se avizoran; hastiados
de tanta corrupción, confabulación e incapacidad, los peruanos salieron a las
calles exigiendo cambios, mostrando una poco convincente movilización en las calles.
Acostumbrada y Golpeada por un largo conflicto armado interno de dos décadas,
la fragmentación alentada por el neoliberalismo y el efecto del covid 19, la
sociedad peruana no ha articulado de manera determinante una movilización
politizada para destituir a sus representantes corruptos. Una segunda opción
seráa las elecciones del 2021, donde las tendencias de derecha ya están
haciendo todo lo posible prometiendo cambiar todo para que nada cambie, muy convencidas
colocando candidatos incapaces como Forsyth o Guzmán. Mientras la izquierda y
los progresistas deberán unirse para confrontar
exitosamente para articular un sólido bloque popular con un fuerte liderazgo,
que enfrente la maquinaria de las mafias que se escudarán para impedir que gane
una opción que realice cambios significativos hasta lograr una nueva
Constitución.
Con un Congreso
tomado por las mafias y un Presidente deslegitimado, muy probablemente la
política se encauzará cada vez más a lo electoral y vendrán nuevos episodios de
crisis. Pero conviene recordar que las crisis también abren oportunidades. Pese
a la tragedia –y la farsa- estamos ante la posibilidad de cerrar un ciclo de
captura de los poderes del Estado, corruptela y saqueo impuestos por élites
políticas y económicas que se beneficiaron de los recursos a costa de dejar a
las mayorías en la desprotección. El régimen neoliberal y su decadente sistema
político está moribundo y puede ser momento de enterrarlos; más aún, a puertas
del bicentenario, no solo es posible clausurar ese ciclo sino también abrir
otro, que refunda una nueva república cuya prioridad sea garantizar el
bienestar y la dignidad de todos los peruanos y peruanas.
El papel
de la filosofía
La reflexión filosófica induce a que el ser humano proceda con
coherencia sobre temas relacionados a las disciplinas filosóficas como la
esencia, las causas y los efectos de la realidad y de los hechos. La pandemia
desatada por el covid 19 nos ha obligado a realizar un análisis no solo en el
contexto social, político y económico, sino que además, de modo
obligatorio una deliberación desde una perspectiva filosófica del hombre y su
entorno. En estas circunstancias la filosofía nos ayuda a examinar nuestras
prácticas y determinar nuestro objetivo y realización de nuestra existencia, para
luego hacer las correcciones necesarias, que pueden ser personales y de
carácter social, considerando nuestro modo de vida como personas posmodernas:
el egoísmo, que sólo piensa en sí mismo y se muestra indiferente ante sus semejantes,
el consumismo excesivo, la traba de detenerse para considerar la otredad y encontrarse
con los otros y consigo mismo, hechos que lo dejan sin soporte espiritual. Por
lo tanto, la reflexión filosófica ayuda significativamente en estas épocas de crisis.
El confinamiento prolongado en el que se han
visto las familias a causa de la pandemia, dio lugar a abrir oportunidades para
el acercamiento entre las personas y tocar temas sobre la conducta y la
revisión de comportamientos desarrollados en nuestras vidas. Es así que en este
entorno de meditación o reflexión aparece como una nueva experiencia de vida que
muchos hemos experimentado. Así, todos los pueblos han pasado por pandemias
y crisis como pestes, hambrunas y guerras, y de acuerdo con los comportamientos
y actitudes, la filosofía selectivamente ha tomado lo mejor, lo que ha
impedido que dejemos de ser humanos como lo afirmara Ortega y Gasset (1914): “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no
la salvo a ella no me salvo yo” (p: 121).
Saber
vivir la vida sin perder el sentido de vivir, eso es lo inquebrantable en la
filosofía. Consciente de que la vida no es una circunstancia lineal en una
misma realidad, la vivencia se da en diferentes escenarios que dependen de
las concepciones de cada persona que conciben la filosofía como un modo de
vida, no sólo un saber, sino también, previa comprensión, que orienta lo
existencial. Es así que propone pensar distinto para poder vivir mejor y erigir
un mundo con humanismo. Esta pandemia evidenció las inconsistencias o la extenuación
de la concepción posmodernista, caracterizadas por un excesivo antropocentrismo
desprovisto de moralidad, de confiar desmedidamente en la ciencia y la tecnología
poniéndolas como la solución a toda la problemática existente, desentendiéndose
que no hay ciencia moral ni moral científica. Lo peligroso que es la experimentación
científica sin principios éticos, de lo riesgoso que son las ideologías movidas
por el poder o la riqueza de los seres humanos, pues ellos son los que
arrancaron la expresión “homo lupus Hominis” a Hobbes.
Los griegos denominaban krísis a la acción
de separar, juzgar y decidir los problemas que se presentan en la cotidianidad.
Más adelante en la posmodernidad, como lo expresa Kuhn, las anomalías siempre
se presentan como es el caso de la actual pandemia donde antes de ella, el ser
humano vivía plenamente confiado y sereno bajo la tutela de sus conocimientos
científicos y tecnológicos, crédulo en que podía controlarlo todo. Hoy el
actual contexto coercitivamente nos obliga a morigerar nuestra conducta de un
modo más sensato, y a hacer un constructo de nuestro mundo mejor, emprendiendo
por el micro mundo personal, custodiar y disfrutar de la madre natura, aplicando
un modelo económico con rostro humano, como lo anunciara Amartya Sen. Además, un nuevo proyecto del trabajo, practicar
el poder de la armonía, rescatar la idea de solidaridad.
Actualmente el ser humano está frente a una
realidad que, de manera determinada, está vinculada con el presente y el porvenir.
La filosofía nos señala que nuestro comportamiento y reflexiones nunca más
serán los mismos después de esta pandemia. Por lo tanto, estamos obligados
a asumir ese desafío personal y a la vez social, empezando por un sincero reconocimiento
de cómo hemos llevado nuestra vida. Saquemos una enseñanza de nuestra
experiencia personal y del conglomerado será el impulso para afrontar el nuevo
orden social, cultural y económico que se nos presenta. Lo que otrora fue
ficción hoy nos sucede de modo real, nosotros
somos los actores de ese escenario que habíamos visto en las películas hollywoodenses,
reafirmando por otra parte a Sartre (1966): “Debemos construir ese escenario para
que la vida continúe y pueda ser leída desde la experiencia de qué somos y
dónde estamos” (p. 323).
En
esta situación de crisis, ¿cómo desentrañar la incertidumbre ocasionada por la
pandemia que nos asola? Tendríamos que recurría a lo anotado por Russell (2009).
en una de sus paradojas: “El pasado no existe, porque ya pasó, el futuro
tampoco, porque no ha llegado. Nos queda el presente y ahí somos, inevitables”.
Teniendo en cuenta que estamos más moldeados por un modelo económico bajo este
sistema neoliberal donde predomina el mercantilismo como lo describe al
respecto Heiddegger (1927):
“El hombre de hoy calcula,
pero no piensa en lo esencial. Si nos afincamos en la desconfianza o en el
cinismo que todo lo descalifica, lo que le queda a la sociedad es la más
radical incertidumbre. Muchos no creen en nada y no esperan nada. Una vida sin
esperanza, sin ilusiones, es una vida vacía. Si todo en la vida es lucha y
trabajo le falta algo, el hombre no sólo necesita pan, necesita con quién
compartirlo” (p. 334).
Es oportuno aclarar que en estas circunstancias
que nos sentimos desconcertados ante ello, la reflexión filosófica que nos explica
que la incertidumbre tiene sus orígenes en el deseo desmedido y el
desconocimiento como precisa Spinoza (2007):
“Con el deseo queremos que el mundo sea como deseamos y no como es” (p. 98). En cuanto a la ignorancia, ésta revela
nuestra condición real de falta de fundamentos, nuestra vulnerabilidad nuestra fragilidad
y condición de estar extraviados. Ser en nosotros y no en el yo, es la
enseñanza de esta situación y la presenta investigación no es únicamente para
personas que son filósofos de profesión, en la antigüedad afirmaba al respecto Aristóteles
(1988): ”La filosofía es inherente a todos” (p. 58). De manera real todas las
personas cotidianamente nos enfrentamos a circunstancias que nos impelen a
cuestionarnos preguntas trascendentales como: ¿Por qué estamos siendo
atacados por el covid 19?, ¿qué dificultades económicas, labores y familiares
en la vida tendremos después de la pandemia?, etc. Empero estamos en plena
época posmoderna los avances no nos impiden formularnos estas preguntas, en situaciones
de dificultad que en sí son el punto de partida de la filosofía para explicar
el sentido de la vida del ser humano.
Esta crisis pandémica, por las terribles
consecuencias que tuvo, nos presenta la oportunidad, en un momento bien marcado,
para examinar nuestra vida personal en referencia al cuidado de nuestra salud. A
la vez, para que los Estados de todo el mundo revisen sus modelos económicos en
la línea de humanizarlos. Desde que el ser humano razona, la reflexión filosófica
milenariamente le ofreció, desde sus diferentes corrientes, poder alcanzar y realizar
una revisión de sus prácticas cotidianas, con el Ayni tawantinsuyano, el
estoicismo, el existencialismo, el personalismo, etc., desde una perspectiva
racional con una prospectiva externa indagando sobre el mundo en sentido
cosmológico y cultural e internamente hacia la introspección, hacia el otro. Pero
se trata más que repensar los fundamentos filosóficos, debemos ponerlos al
alcance de todos aquellos interesados en poder decir sobre el ser humano,
la vida, la muerte, el bien y el mal y la madre natura.
Conclusiones:
1° La pandemia del covid-19 ha repercutido no solo en la
salud y la vida, sino que pone en cuestión el tenso límite entre los aspectos
metafísicos, como la ética, la política y la axiología. Hechos que han sentido
de manera contundente nuestras maneras de entender la realidad.
2° El covid 19 hizo propicia diversas reflexiones
filosóficas que incentivan debates acerca de las políticas, del cuidado
sanitario, el confinamiento, la exacerbación de las desigualdades sociales, la
actitud moral y el porvenir de nuestras sociedades que tendremos que
proyectarnos hacia el porvenir.
3° Nuestro país estadísticamente presenta ante el mundo entero la
penosa información sobre las alarmantes cifras de contagios en Perú con altas
cifras de fallecidos, las deficiencias de la cuarentena y la fuerte caída económica
que golpea brutalmente al país del cual será muy difícil levantarse.
4° El Perú está bajo un contractualismo tendencioso que
favorece más a los intereses del mercado neoliberal. A inicios del 2020 se
disuelve el Congreso y los peruanos eligen nuevos congresistas que debían
culminar el mandato del anterior y entregar el cargo en julio del 2021, y que
al final el presidente vacador terminó siendo vacado.
5° El poder legislativo fragmentado y dominado por intereses
privados y personajes cuestionados, permanentemente se confrontan con el
Ejecutivo aduciendo un cuestionable manejo económico, propiciando una
vergonzosa disputa, siendo el único perjudicado el pueblo peruano incapaz de
reflexionar.
Bibliografía:
Aristóteles.
(1988). Política. Madrid: Gredos.
Heiddegger, M. (1927). Ser y tiempo. Santiago de
Chile: Instituto de filosofia PUC chile.
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Obtenido de: https://larepublica.pe/tag/cierre-del-congreso/
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Organización Mundial de la Salud (OMS). (12 de noviembre de
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coronavirus (COVID-19)". Obtenido de: https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019
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Madrid: imprenta clásica española Caños.
Redacción BBC News Mundo (9 de noviembre de 2020). "Martín
Vizcarra: el Congreso de Perú destituye al presidente". Obtenido de:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54882941
Russell, B. (2009). Ensayos filosoficos. Madrid:
Alianza.
Sartre, J. (1966). El ser y la nada. Buenos Aires:
Losada.
Spinoza, B. (2007). Tratado de la reforma del
entendimiento y otros escritos. Madrid: Tecnos.
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