Al inicio de su libro el autor, el Dr. Artidoro Cáceres Velásquez (en adelante ACV), coloca su poema de connotaciones vallejianas “Busquen a Dios”. Ahí encarga a sus buscadores que le digan que “sus hijos se están muriendo”, que no se esconda y que vuelva para ser perdonado. “Un verdadero padre no huye,..”.
La obra es una colección unos 17 artículos sobre neuropsicología y diversos temas, especialmente religión y ateísmo en los primeros 7. Por ello, es una de las pocas obras en nuestro medio que trata la cuestión religiosa desde el punto de vista teórico de las ciencias de la conducta (otra de la que tenemos noticia es la del antropólogo Carlos Velaochaga: Psicología y religión, una visión antropológica, Lima: 2007).
En la introducción ACV define la neuropsicología como “disciplina” con ciencia y tecnología, así como con filosofía por “sus conceptos epistemológicos, axiológicos, gnoseológicos”. Por ello, postula nuestro autor que en vez de neurociencias se hable de neurodisciplinas.
El capítulo 2, exordio o preludio, en realidad, es una colección de citas sobre la religión de diversos autores, ya sean literatos, científicos o filósofos, como Matthew Alper quien dice “La humanidad no puede considerarse como un producto de Dios, sino que al contrario, Dios debe considerarse como un producto de la cognición humana”. O Voltaire quien afirmó: “La religión es la fuente de todas las locuras y perturbaciones imaginables. Es la madre del fanatismo y de la discordia civil, es la enemiga de la humanidad”.
En el cap. 3 ACV define a la neuropsicología como “la disciplina que estudia la mente, las conductas y los comportamientos de los seres vivos, incluyendo al ser humano”, habiendo, por ende, una de tipo animal y otra humana. Habla del desarrollo de la neuropsicología en el mundo, Latinoamérica y el Perú.
En el capítulo 4 “Espiritualidad-Religiosidad” se define a partir del Diccionario de la Real Academia Española una variedad de términos relativos a su título: como espiritual, espíritu, religioso, religión. ACV dice aquí: “Del mundo de las percepciones y a través de las inquietudes, incertidumbres y respuestas surgió la espiritualidad y la religiosidad”. También afirma que “La “religión” es una forma de espiritualidad”…como la estética, o la moral y la ética…”
El capítulo 5 “Religiones y sectas” ACV afirma “que no fueron todos los seres humanos los creadores de las explicaciones y fórmulas explicativas de los misterios de la vida y lde la naturaleza. Fueron los más imaginativos… pero, …también los que tenían los mejores mecanismos de imposición y convencimiento. Así han surgido los brujos, los chamanes, los magos, los ilusionistas, o iluminados, y …también los alucinados…”. ACV menciona además algunas atrocidades infames del pasado y del presente, mutiladoras y asesinas.
El capítulo 6 “Ateología” nos cuenta que este término difundido en el presente siglo por el filósofo francés Onfray ya había sido inventado, como este mismo señala, por Bataille en 1950 en una colección de sus escritos, La Suma Ateológica. En cambio Onfray le da a ese término “la posibilidad de un desmontaje filosófico” para llegar a una física materialista. También ACV cita a Onfray quien afirma que “La existencia de Jesús no ha sido verificada históricamente”. No hay ningún documento histórico ni resto arqueológico fidedignos para probar su existencia real en este mundo.
En el cap. 7 “Neuroteología” ACV nos recuerda que el inventor de este término fue Aldous Huxley en su novela “La Isla” quien, por otro lado, planteó la posibilidad que los procesos mentales de espiritualidad o religiosidad no eran adquiridos sino innatos, que “los humanos estamos condicionados para “crear” religiones”.
ACV nos recuerda en este cap. 7 que las “las lesiones en el lóbulo temporal derecho desencadenaban un cuadro de “hipereligiosidad”, y que las lesiones en el lóbulo parietal derecho “propician la espiritualidad””. Y cuando hay lesiones en la parte posterior de esos lóbulos se producen emociones de “trascendencia”.
En los capítulos 8 al 20 se hablan de diversos tópicos: del psicoanálisis al neuroanálisis (8), el alma (9), la mente criminal (10), su teoría PACOR para entender la conducta (11), la neuropsicología de la mente (12), el lóbulo límbico (13), de los genes y los memes (14), la neuropsicología y el aprendizaje (15), neuroanálisis de la mentira (16), neuroanálisis de la amistad y la lealtad (17), la creatividad musical (18 y 19) y el genio de Leonardo (20).
En el epítome ACV dice que su intención al escribir su libro ha sido “plantear la necesidad de enfrentar la descerebración que hace perder las estructuras encefálicas, que han hecho que este “pobre barro pensativo” (C. Vallejo) se quede en el lado de la irracionalidad”.
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