miércoles, 3 de enero de 2024

Reseña: Mahner, Martin (2022). Naturalismo. La metafísica de la ciencia

(Trad. del alemán de Francisco José Mota Poveda). Pamplona: Laetoli, 236 págs.


Por Manuel A. Paz y Miño

Mahner es doctor en zoología por la Universidad Libre de Berlín y fue investigador becado de Mario Bunge en la Universidad McGill de Canadá, con quien coescribió Fundamentos de biofilosofía (Siglo XXI, 2000) y a quién le dedica póstumamente su Naturalismo (p. 9).

Los problemas que trata Mahner en su libro, como rápidamente veremos, son parte de la filosofía de la ciencia, específicamente la metafísica y la ontología de la ciencia. De ese modo, demuestra racionalmente que para que hacer ciencia y explicar científicamente la realidad o la naturaleza no necesitamos postular entidades sobrenaturales.

Ya en el prólogo el autor aclara la postura que achaca al naturalismo de reduccionismo al tratar de entender los fenómenos sociales cuando en realidad tiene más de un concepto (p. 7).

También aclara muy bien que no son iguales naturalismo y materialismo y que sus antagónicos son el sobrenaturalismo y el idealismo respectivamente. Precisamente el tema central de su obra es el vínculo entre la ciencia con el naturalismo y el supranaturalismo; defenderá el naturalismo como presupuesto de la ciencia (p. 8).

En la introducción o capítulo 1, nos dice que, gracias al avance de las ciencias naturales, desde la Ilustración, la concepción que se forjó del mundo es naturalista, es decir, “el universo existe por sí mismo, precede a nuestro afán por conocer y nada ocurre en él que sea anómalo…es increado, real y nomotético [opera según leyes naturales]” (p. 11).

Al avance del naturalismo se le oponen las religiones y las filosofías idealistas (pp. 11-12) y al ser “un presupuesto filosófico de la ciencia…[es] una parte indispensable de sus presupuestos y reglas de juego fundamentales” que posibilita el conocimiento científico (p. 13). El naturalismo es, entonces, una metafísica de las ciencias naturales y sociales (p. 14).

Cada uno de los siguientes 8 capítulos plantea una serie de interrogantes y termina con las tesis principales a modo de resumen.

Entre las tesis principales del capítulo 2 están: que no se puede decirse nada de lo sobre lo  transnatural, pues es una categoría vacía; y que algo se puede comprender de las  entidades sobrenaturales al derivarse de lo natural y,  por su  carácter relativamente antropomórfico (p. 42).

En las del cap. 3: "Los  métodos científicos empíricos,  como la  observación,  la  medición y el experimento,  presuponen diversos supuestos metafísicos, como el  realismo,  el  principio de  nomoteticidad,  el  principio  "Nada procede de  la  nada"  y  un  principio  de  antecedencia  y de  causalidad". Pero el   supranaturalismo  niega o viola  estos  principios metafísicos, a excepción del  postulado  del  realismo (p. 63).

En el cap. 4 sostiene como tesis, entre otras, que, para tener pruebas empíricas de  lo sobrenatural,  éste debe interactuar con  lo natural.  Para eso,  debe poseer parte,  o poder tener,  propiedades naturales; y que "[l]a afirmación  empirista  de  que se  puede medir,  con independencia  de supuestos metafísicos,  la  plausibilidad  de  hipótesis, tanto naturales como sobrenaturales, con ayuda de  la teoría de  la confirmación bayesiana,  procesando neutralmente con ella las evidencias empíricas, ignora el  hecho de  que ya  la  recolección de pruebas admisibles presupone el  naturalismo" (p. 83).

Unas tesis del cap. 5 sostienen que las  explicaciones supranaturalísticas estarían demarcadas a lo sobrenatural al ser explicaciones intencionales que sólo se comprenden si exponen de modo  antropomórfico las entidades explicativas. “Lo transnatural no posee ninguna  clase de fuerza explicativa"; y las  explicaciones sobrenaturales  explican “todo” o lo hacen falsamente.  No sirven como explicaciones científicas; "Las explicaciones sobrenaturales de un estado de cosas s apenas si tienen más  fuerza explicativa que el enunciado “No sabemos qué ha causado s”" (pp. 103-104).

El resumen del cap. 6 plantea, entre otras cosas, que lo que se cree verificación empírica  de lo sobrenatural  no demuestra  en verdad ser sobrenatural, sino paranatural; y no se puede deducir empíricamente  lo  sobrenatural  por las supuestas faltas de explicación  en lo  normal y lo  natural.   La  investigación  de la  naturaleza  con  medios  naturales no puede salir  de  sus fronteras (pp. 133-134).

El cap. 7 dice que a pesar del triunfo de las  ciencias reales prueba el naturalismo  metafísico,  no lo  fundamenta, y que la metodología  científica no se libra de metafísica al explicarse  o fundamentarse  por el  naturalismo  metafísico. “La  metodología  científica  no es ontológicamente  neutral  respecto al  naturalismo o supranaturalismo, porque el último conlleva  una metodología  propia  irreconciliable  con la  metodología  científica” (p. 153).

El cap. 8 enuncia que “[l]a relación de naturalismo  y ciencia  no  es,  en  contra  de  la  crítica antinaturalística, una lamentable autolimitación de la  ciencia, sino la única posibilidad  de conocimiento  objetivo”,  “[p]ara  la  demarcación  de ciencia y pseudoclencla,  es  legítimo  usar la  pregunta  por la  compatibilidad  con  el  naturalismo  metafísico  como uno de varios  criterios  de demarcación”, y que el “naturalismo, como metafísica de  presupuestos, excluye un  naturalismo epistemológico fuerte, según el  cual  la ciencia  no está sometida  a  ninguna clase de  presupuestos  filosóficos”.  Esto es, los naturalistas metafísicos no  pueden ser,  al mismo tiempo,  naturalistas epistemológicos fuertes (p. 174).

El cap. 9 defiende que, si la religión  y la ciencia tienen como objetivo expresar algo verdadero sobre  el mundo, entonces entran  en contradicción y que los científicos que aprecian una representación coherente   del  mundo no pueden  aceptar, al mismo tiempo, dos cosmovisiones con metafísicas  y metodologías incompatibles (pp. 183-184).

El cap. 10 trata de la conclusión del libro, en definitiva: “El naturalismo  metafísico es  una condición  necesaria de las  ciencias reales” (p. 185).

Luego vienen todas las notas (pp. 189-214) contenidas en todos los capítulos del libro y la abundante bibliografía usada (pp. 215-228).

En suma, es una obra muy completa, muy útil para aquellos que quieran saber más de los presupuestos metafísicos de la ciencia y la investigación científica, así como de la demarcación entre ciencia y pseudociencia y de lo natural y lo sobrenatural y la incompatibilidad de éste con una concepción naturalista y empírica de la realidad.

Huanta, 1ro. de noviembre del 2023

  

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