(Trad. del alemán de Francisco José Mota Poveda). Pamplona: Laetoli, 236 págs.
Por Manuel A. Paz y Miño
Mahner es doctor en zoología por la Universidad Libre de
Berlín y fue investigador becado de Mario Bunge en la Universidad McGill de
Canadá, con quien coescribió Fundamentos de biofilosofía (Siglo XXI,
2000) y a quién le dedica póstumamente su Naturalismo (p. 9).
Los problemas que trata Mahner en su libro, como rápidamente
veremos, son parte de la filosofía de la ciencia, específicamente la metafísica
y la ontología de la ciencia. De ese modo, demuestra racionalmente que para que
hacer ciencia y explicar científicamente la realidad o la naturaleza no
necesitamos postular entidades sobrenaturales.
Ya en el prólogo el autor aclara la postura que achaca al
naturalismo de reduccionismo al tratar de entender los fenómenos sociales
cuando en realidad tiene más de un concepto (p. 7).
También aclara muy bien que no son iguales naturalismo y
materialismo y que sus antagónicos son el sobrenaturalismo y el idealismo
respectivamente. Precisamente el tema central de su obra es el vínculo entre la
ciencia con el naturalismo y el supranaturalismo; defenderá el naturalismo como
presupuesto de la ciencia (p. 8).
En la introducción o capítulo 1, nos dice que, gracias al
avance de las ciencias naturales, desde la Ilustración, la concepción que se
forjó del mundo es naturalista, es decir, “el universo existe por sí mismo,
precede a nuestro afán por conocer y nada ocurre en él que sea anómalo…es
increado, real y nomotético [opera según leyes naturales]” (p. 11).
Al avance del naturalismo se le oponen las religiones y las
filosofías idealistas (pp. 11-12) y al ser “un presupuesto filosófico de
la ciencia…[es] una parte indispensable de sus presupuestos y reglas de juego
fundamentales” que posibilita el conocimiento científico (p. 13). El
naturalismo es, entonces, una metafísica de las ciencias naturales y sociales
(p. 14).
Cada uno de los siguientes 8 capítulos plantea una serie de
interrogantes y termina con las tesis principales a modo de resumen.
Entre las tesis principales del capítulo 2 están: que no se puede
decirse nada de lo sobre lo
transnatural, pues es una categoría vacía; y que algo se puede
comprender de las entidades
sobrenaturales al derivarse de lo natural y,
por su carácter relativamente
antropomórfico (p. 42).
En las del cap. 3: "Los
métodos científicos empíricos,
como la observación, la medición
y el experimento, presuponen diversos
supuestos metafísicos, como el
realismo, el principio de
nomoteticidad, el principio
"Nada procede de la nada"
y un principio
de antecedencia y de
causalidad". Pero el
supranaturalismo niega o
viola estos principios metafísicos, a excepción del postulado
del realismo (p. 63).
En el cap. 4 sostiene como tesis, entre otras, que, para tener
pruebas empíricas de lo
sobrenatural, éste debe interactuar
con lo natural. Para eso,
debe poseer parte, o poder tener, propiedades naturales; y que "[l]a
afirmación empirista de que
se puede medir, con independencia de supuestos metafísicos, la
plausibilidad de hipótesis, tanto naturales como
sobrenaturales, con ayuda de la teoría
de la confirmación bayesiana, procesando neutralmente con ella las evidencias
empíricas, ignora el hecho de que ya
la recolección de pruebas
admisibles presupone el
naturalismo" (p. 83).
Unas tesis del cap. 5 sostienen que las explicaciones supranaturalísticas estarían demarcadas
a lo sobrenatural al ser explicaciones intencionales que sólo se comprenden
si exponen de modo antropomórfico las entidades explicativas. “Lo transnatural no posee ninguna
clase de fuerza explicativa"; y las
explicaciones sobrenaturales explican “todo” o lo hacen falsamente. No sirven como explicaciones científicas;
"Las explicaciones sobrenaturales de un estado de cosas s apenas si tienen más fuerza explicativa que el enunciado “No sabemos qué ha causado s”" (pp. 103-104).
El resumen del cap. 6 plantea, entre otras cosas, que lo que
se cree verificación empírica de lo
sobrenatural no demuestra en verdad ser sobrenatural, sino paranatural;
y no se puede deducir empíricamente
lo sobrenatural por las supuestas faltas de explicación en lo
normal y lo natural. La
investigación de la naturaleza
con medios naturales no puede salir de sus
fronteras (pp. 133-134).
El cap. 7 dice que a pesar del triunfo de las ciencias reales prueba el naturalismo metafísico,
no lo fundamenta, y que la
metodología científica no se libra de
metafísica al explicarse o
fundamentarse por el naturalismo
metafísico. “La metodología científica
no es ontológicamente
neutral respecto al naturalismo o supranaturalismo, porque el
último conlleva una metodología propia
irreconciliable con la metodología
científica” (p. 153).
El cap. 8 enuncia que “[l]a relación de naturalismo y ciencia
no es, en
contra de la
crítica antinaturalística, una lamentable autolimitación de la ciencia, sino la única posibilidad de conocimiento objetivo”, “[p]ara la demarcación
de ciencia y pseudoclencla,
es legítimo usar la
pregunta por la compatibilidad con
el naturalismo metafísico
como uno de varios criterios de demarcación”, y que el “naturalismo, como
metafísica de presupuestos, excluye
un naturalismo epistemológico fuerte,
según el cual la ciencia
no está sometida a ninguna clase de presupuestos
filosóficos”. Esto es, los
naturalistas metafísicos no pueden
ser, al mismo tiempo, naturalistas epistemológicos fuertes (p.
174).
El cap. 9 defiende que, si la religión y la ciencia tienen como objetivo expresar
algo verdadero sobre el mundo, entonces
entran en contradicción y que los
científicos que aprecian una representación coherente del
mundo no pueden aceptar, al mismo
tiempo, dos cosmovisiones con metafísicas
y metodologías incompatibles (pp. 183-184).
El cap. 10 trata de la conclusión del libro, en definitiva: “El
naturalismo metafísico es una condición
necesaria de las ciencias reales”
(p. 185).
Luego vienen todas las notas (pp. 189-214) contenidas en
todos los capítulos del libro y la abundante bibliografía usada (pp. 215-228).
En suma, es una obra muy completa, muy útil para aquellos
que quieran saber más de los presupuestos metafísicos de la ciencia y la
investigación científica, así como de la demarcación entre ciencia y
pseudociencia y de lo natural y lo sobrenatural y la incompatibilidad de éste
con una concepción naturalista y empírica de la realidad.
Huanta, 1ro. de noviembre del 2023
La reseña de Naturalismo. La metafísica de la ciencia de Martin Mahner ofrece un análisis detallado de los presupuestos filosóficos que sustentan la práctica científica y cómo el naturalismo se posiciona como su base esencial. Mahner, con formación en zoología y discípulo de Mario Bunge, despliega en esta obra un enfoque filosófico riguroso para demostrar que la ciencia no necesita recurrir a lo sobrenatural para explicar la realidad. A lo largo de diez capítulos, aborda la relación entre el naturalismo y las ciencias naturales y sociales, subrayando que este enfoque es indispensable para el conocimiento objetivo. Además, critica las explicaciones sobrenaturales por su falta de poder explicativo y destaca que, aunque el naturalismo metafísico es fundamental, la metodología científica no es ontológicamente neutral. En conjunto, esta obra resulta especialmente útil para quienes buscan entender los límites entre ciencia y pseudociencia, así como la incompatibilidad entre visiones metafísicas idealistas o religiosas con un enfoque empírico de la realidad.
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Estudio la licenciatura de Psicología en sistema abierto