lunes, 28 de junio de 2021

Reseña del libro por Roly Auccatoma Tinco:

Pensamiento eco-filosófico. Huanta:  Fondo Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Huanta, 2020, 131 pp.

Por Manuel Abraham Paz y Miño

Auccatoma  es profesor de la Universidad Nacional Autónoma de Huanta, Maestro en Docencia Universitaria, Licenciado  en  Educación Secundaria, Especialidad Ciencias Sociales y Filosofía con mención en Turismo, y Bachiller en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH).

Su libro empieza con un prólogo por el Dr. Adolfo Quispe Arroyo, docente de filosofía de la UNSCH, quien nos habla de los intereses filosóficos del autor:

Tengo  una  sospecha  filosófica  del  autor  y  su  concepción  del mundo,  evidencio  que  va marchando  de  su  vida rebelde  y  radical (marxista)  a contemplaciones  existencialistas  y  anárquicas (p. 11).

Sigue una introducción por el autor donde nos explica que:

 …la  eco-filosofía  como  disciplina  intenta promover  el  humanismo y,  por ende,  el  respeto  de  toda  vida;  aunque resulte  utópico que, a  través  del amor  a  la  humanidad,  se pretenda descentralizar el antropocentrismo (p. 13).

También nos manifiesta que:

La  filosofía  nos  lleva  a  cuestionar  todo,  pensar  desde  nuestra propia subjetividad y  no aceptar las  grandes mentiras  del  poder, el  periódico,  televisión  e  internet;  mientras  la fe  solo cree.  Busquemos  nuestra  propia  verdad  con  el  esfuerzo  que  la  filosofía  requiere; busquémosla  también en la música,  poesía, novela, pintura, cine  y en toda la cultura de la humanidad, para no ser chanta (p. 14).

Y además afirma que

 …la filosofía  nos  invita  a  pensar,  reflexionar  y  criticar los sistemas  de poder instaurados para  la dominación subjetiva del  hombre, cuya  liberación  dependerá de  su  conciencia  crítica  y su esfuerzo  por  conocer las tramas de la historia (pp. 14-15). 

Luego están los 43 artículos publicados originalmente en el periódico digital unahALDÍA, editado por la Universidad Nacional Autónoma de Huanta, entre el 10 de abril de 2020 y el 31 de marzo de 2021.

Entre ellos, hay 6 artículos con la palabra muerte, muerto o morir en el título, 6 con el nombre de un filósofo o su filosofía, 5 con covid 19 o coronavirus, 4 con Dios, 3 con naturaleza, 2 con ecofeminismo, y 1 con ecología. 

Seguidamente mencionaremos los párrafos que más han llamado nuestra atención.

En el primer artículo “Decir: aún no a la muerte” empieza afirmando algo inevitable:

El hombre  ha nacido para  morir: esta  verdad  es  rechazada, pero a la vez asumida en nuestra  etapa de  vida. Primero, nos afirmamos  inmortales  y  vemos  a  la  muerte  como  un  suceso  muy lejano,  viendo  a  los  otros  morir;  después,  asumimos  nuestra  finitud, es  decir,  nuestro tiempo  se  termina o la venganza  del  dios Cronos nos está devorando (p. 16).

El segundo artículo “Capitalismo y coronavirus” empieza  recordándonos que:

El capitalismo  inicia  la globalización del  mundo desde  1492, año  en  que  Colón  llega  a  América,  para  saquear  todas  las  riquezas de  los pueblos  originarios  y  llevárselas  a Europa,  es  decir, el  capital no  se hizo  con ahorro, sino a través  de lodo  y sangre (p. 18).

Y opta idealistamente por una sociedad de bienestar:

debemos  optar por una conciencia crítica  que nos  lleve a luchar  por  un Estado  responsable  de la salud y educación de sus ciudadanos, proporcionando  un trabajo  digno y un sueldo justo. Esta es nuestra tarea si amamos la humanidad (p. 19).

En “Coronavirus, ¿salvar bancos o vidas?” nos habla de la división histórica de la sociedad:

 …que  de todas las interpretaciones posibles la más imperante del mundo  de hoy es  la  dialéctica  del  amo  y  del  esclavo,  filosofado  por  Hegel  en Fenomenología  del  espíritu,  donde  se  manifiesta  que,  en  la  historia, siempre han  existido los que tienen  capital y los que  han  sido sometidos por el capital, es decir, los poseedores y los desposeídos (p. 20).

Asimismo menciona la mentalidad de los oprimidos manipulada por sus opresores:

Muchos esclavos pregonan  la ideología y  valores de los amos, como si fuera pensamiento propio;  es decir, no  han entendido  que  el  poder  se  beneficia  sujetando  la  subjetividad,  tal como anticipó Michel Foucault (p. 21).

Y se conmueve porque

 …cada persona que muere desconcierta a la humanidad (p. ídem).

En “El silencio de Dios” concluye el artículo de modo frustrante:

 ¿Dónde está  Dios mientras el coronavirus  ataca a la humanidad? (p. 24).

En “Morir por Covid-19” dice sin ambages sobre el proceso de la muerte:

 …es  necesario  morir  para  que  otros vivan y  así permanente  se transforma la  materia (p. 26).

En “La gente opina del Covid-19” acaba diciendo algo crudamente realista:

La gente  aún  no  sabe que  necesita  ser atendida por  los profesionales especializados en hospitales bien equipados (p. 32).

En “Cantando bajo la lluvia” dice de modo optimista:

En  fin,  a  pesar  de  todo,  podemos  vivir  cantando  y  bailando bajo  la lluvia,  la cual  representa el  sufrimiento  humano, pues  persiste en nosotros la chispa  de felicidad, que  hace que  podamos enfrentar con un buen humor  a  la  vida (p. 34).

En “La esencia precede a la existencia” afirma críticamente

 …los  niños  ricos  con  su  existencia se  incorporan  al mundo con la mayor  libertad, tienen  muchas posibilidades como estudios  en colegios  privados y  su futuro  es visible, incluso no sufren el hambre ni la falta de educación (p. 35).

Y en contraposición:

 …el  niño  pobre  nace  con  el  hambre  que  afecta  a  su  órgano pensante  y su  educación es  muy  limitada por  más que  los docentes  se esfuercen  en  prepararlo  para su  futuro.  Por tanto,  la mayoría de  los niños  están  condenados  a  ser  nadie,  ya  que su destino está decidido por  su hambre y no  será arquitecto  de su destino. Nació pobre  y morirá  pobre. Su  futuro  está  asegurado al fracaso.  Su  destino  está limitado a la sobrevivencia (p. 36).

En “La bandera izada al revés” escribe sobre los distintos y los enemigos:

 …seamos  osados para  explicar la lógica  del inhumano  o monstruo, percibiendo,  según  Peirce, al hombre como símbolo. De allí, se  puede  concluir que  el monstruo mata porque  ve a los Otros como enemigos, ya que  se  diferencian en raza, religión, ideología, política,  etc.,  es  decir, mata al hombre  creyendo que  es símbolo.  Ante  esta  concepción equivocada, lo único  que  podría cambiar el  pensamiento  del  ser  humano es  la educación,  cuyo rol es fomentar la lógica de que el hombre es hombre (p. 38).

En “Todos ante el peligro” cuestiona el consuelo de la religión:

El mal de  hoy  es  el  Covid-19  ...Ante  esta  situación,  el pueblo se  horroriza y  niega  a  la  víctima,  afirmando:  “Gracias  a  Dios  estamos  sanos  y salvos”,  explicando  con su  fe  que  solo las personas diabólicas están muriendo; esto  ocurre,  tal  vez,  porque  el  poder nos formó con sus entretenimientos donde se muestra que mueren solo los malvados (p. 40).

Y casi al final menciona la solución social:

 …es  urgente  educar a los hombres con  libertad para  poder construir una sociedad  tolerante  y solidaria,  aunque nunca vamos a conocer al otro cien  por  ciento, pues  si llegáramos a conocerlo seríamos el  otro; así el  no comprender nada  al otro nos hará ver como enemigos (id.).

En “La queja de los hombres” reclama a Dios:

Usted teniendo  el  poder absoluto, así lo dicen  sus  abogados en la Tierra, ¿por  qué  no  evitó  Auschwitz?,  ¿por  qué  no  impidió  Hiroshima  y Nagasaki?  

En  fin,  la  queja  de  los  hombres  abunda,  actualmente;  por  ello, los que  hemos perdido nuestros padres diríamos  ¿Dónde estabas Dios cuando mataron  a mi padre? (p. 42).

En “La cultura de la razón” denuncia nuevamente:

… cuando [los europeos] invadieron  a las culturas  aborígenes  del nuevo mundo trataron  de  exterminarlas, pues  las consideraron  sin razón  o  sin  alma;  es  decir,  los  indios  eran  calificados  como  bárbaros sin historia  que  los fundamentase;  por  eso fue  imposible que  ellos entablaran  el  diálogo horizontal,  pues  los veían  como infantes  cuyo fundamento racional no los igualaba (p. 49).

También recomienda

… nosotros debemos  descubrirnos en  el  Otro,  aprender desde  él y reconocer que gracias al Otro soy, es la esencia de la vida (p. 50).

Y finaliza sobre la necesidad de una nación diversa:

Aunque  nos  nieguen  la  racionalidad,  debemos  afirmarnos porque  somos hermanos  y  que  el otro nos haga descubrir cómo es, solo  así  podremos  identificar  qué  responsabilidad  tenemos  para  con él,  qué  nos concierne, ya que  entablar una amistad con los otros es empezar a construir nuestra  nación, desde  la diversidad (p. 51).

En “Dos caminos: esclavitud e incertidumbre”, nos desengaña:

…ya  todo  está  planificado  por  los  poderosos  del  mundo, para  ser  consumistas,  estos  nos  hacen  creer  que  somos  libres,  dueños de  nuestra  vida y con conciencia  propia,  pero ni las decisiones  son nuestras (p. 52).

Nos desvela también que

…somos esclavos posmodernos porque  repetimos  todo lo que  dice  el  poder y  lo  peor  es  que  afirman  fervorosamente  de haber  comprendido  a Marx  y  a otros pensadores  en  cinco  minutos  por medio de  vídeos de YouTube (pp. 52-3).

Recuenta a nuestros opresores históricos:

Por  otro  lado,  los  dueños  del  Perú,  en  la  colonia,  nos dominaban con armas de fuego y la biblia;  en la república, los ingleses nos  esclavizaron  con  empréstitos  y  engaño;  hoy,  los  americanos  nos oprimen  a través  de los medios de comunicación y las imágenes (p. 53).

Y reclama a sus lectores:

…[hay que] atreverse a leer  los libros originales de  cada autor,  la verdad no está  en  la televisión  ni el internet;  por  ello, es  necesario opinar  desde  nuestra conciencia  crítica,  también es  necesario  conocer para  transformar (p. 54).

En “La subjetividad moderna”, Auccatoma menciona el cambio del centro del pensamiento occidental:

El gran salto del  teocentrismo  (Dios  es  el  centro de  todo)  medieval al antropocentrismo (el  hombre es  el  centro  de todo) moderno es  un acto de soberbia  del hombre  moderno, el cual es rebelde porque desacraliza y escupe a todo lo sagrado (p. 55).

Además señala la aparición del yo moderno:

En el  mundo feudal  el  fundamento  es  Dios,  con Descartes  la certeza está  en cada uno de  los sujetos  que  habitan  el mundo, ese fundamento es  el “Yo”; es  decir, cada hombre  tiene  su pensamiento autónomo con el  cual  busca  la verdad, así puede  cuestionar  todo con la duda, incluso la autoridad divina y  la fe (p. 56).

E indica la supuesta superioridad antropocéntrica sobre lo natural:

Entonces,  el  hombre  es  el  dueño  y  señor  de  sí  mismo,  de  la naturaleza, de  la historia. Con su  subjetividad domina  y  arrasa  la naturaleza, no hay  Dios quien lo detenga porque  está  fuera de  la centralidad y ahí lo puso Descartes (ídem).

En “La muerte de Dios” termina diciendo cuestionadoramente:

En  fin,  la  voluntad  de  poder  la  tienen  los  amos  del  mundo, con  su  moral  de  señores;  ellos  crean  todas  las  verdades  desde  su poder  económico,  tecnológico,  político,  ideológico  y  filosófico ¿Cuánto poder tienen  los condenados, los olvidados y los “nadies” para  enfrentar a los amos del mundo? La verdad es  construida desde su poder  y con ello domina nuestra  subjetividad. El mundo está en peligro, pues  los amos del  mundo lo devastarán  con su  poder, continuarán  conquistando  sin  detenerse,  guiados  por  la  filosofía  de Nietzsche. No existe  lo sagrado, hay desacralización y  el desierto crece (p. 59-60).

Finaliza “El hombre ha muerto” sosteniendo un llamado:

En fin,  no  ha  muerto el  hombre, y  si  murió  debemos resucitarlo para  que  actúe  en  la  política,  en  filosofía,  en  conocimiento,  en  la ideología, etc.; es decir, el hombre  debe rebelarse siempre, porque es  necesario  que  conozca la realidad para  juzgarla  y  transformarla con su  praxis  (acción).  No obstante, el  amo es  racional  porque tiene  una maquinaria  de  poder que  silencia,  excluye  y  domestica  las subjetividades de los otros hombres, avasallando a la naturaleza (p. 62).

Termina “La muerte de la naturaleza” haciendo otro llamado:

El  efecto  antrópico  se  manifiesta  en  la  devastación  de  todo  lo sagrado; por ende,  es  necesario hacer  un  salto  del  antropocentrismo al  ecocentrismo que  consiste  en el respeto a  toda vida existente, ya que  es  sagrada  y  preservar la vida en  la Tierra. No obstante,  hasta el momento, nos hallamos  en la segunda  muerte  de la naturaleza, ocasionada por la ciencia desde la ingeniería genética (pp. 65-66).

En “Ideología del marxismo sobre la ecología” menciona de pasada un punto a favor y tres en contra de esta filosofía:

Según  Marx,  el  hombre es  aún salvable y  se  puede  recuperar su espíritu  de  humanidad aboliendo la propiedad  privada. Sin embargo, los puntos más endebles  del marxismo  son: La dictadura del proletariado, las leyes de la historia y teleología de la historia (p. 68).

Además hace otro cuestionamiento:

Por  otro lado, los eco  socialistas  desean  ocultar el  movimiento obrero  (rojo) con el  movimiento  ecológico  (verde);  es  decir, ya no hay  lucha de  clases  sino hay  lucha de  colores, eso  es  un insulto  a Marx (ídem).

Y termina el artículo observando que:

...  Marx  no  es  ecologista,  su  razón  ilustrada  le  planteaba que  la  naturaleza  es  infinita  y  debe  ser  transformada  para  el  beneficio del  hombre.  Creía que  la historia está  determinada por las  leyes  de la  dialéctica.  Su  filosofía  es  para  los  proletarios  del  mundo.  En  tanto que, en la actualidad, se debe respetar toda vida porque es sagrada.  ¡No matar; pero rebelarse! (p. 69).

En “Heidegger sobre la naturaleza” nos aclara que:

…Heidegger  refutó  al  hombre  moderno  capitalista  y socialista  que  devasta su  único hogar. Sin embargo, hoy, el  mercado nos vislumbra  con  toda  su  mercancía,  objetos,  cosas  y  entes  que  nos hacen olvidar  al  ser (pp. 71-72).

En “Ecofeminismo: crítica al modelo patriarcal” manifiesta esta importante observación:

…la crítica al patriarcado  capitalista [del ecofeminismo],  a la visión mecanicista  de la naturaleza  y una cultura  de dominación  y violencia.  Ello enfrenta  a la creencia  antropocéntrica y  androcéntrica de  superioridad biológica, donde los seres  humanos (algunos más  que  otros)  se  han apropiado,  han dominado y  han sometido violentamente  a los seres  vivos (incluso  a los propios  humanos), así como a los procesos,  productos  y  servicios  que  forman la naturaleza o son generados por ella (pp. 88-89).

Y termina señalando que:

…la  mujer  es  ontológica  porque  tiene  ser,  por  ende,  la crítica  del ecofeminismo va direccionada al antropocentrismo fuerte (centralismo  del  hombre  masculino)  y  al androcentrismo (posición central  del  varón).  Por tanto,  el  propósito  principal es  la búsqueda  de la equidad  en  los aspectos  económico,  político,  ético,  social,  cultural, entre otros (p. 90).

En “Luchas feministas a favor de la naturaleza” cuestiona que:

El sistema imperante es el capitalismo de los países occidentales, cuya  lógica  es  la acumulación del  dinero mediante  la devastación de la naturaleza, generando agotamiento  de  recursos  como:  bosques, agua  dulce,  fauna,  etc.  Los  dueños  y  amos  del  mundo  salvarán sus  bancos, menos la ecología.  Por  eso, el rol  fundamental de los ecofeministas  es  la defensa  y  preservación de  la vida y  del  territorio (p. 91).

También sostiene que:

Las  ecofeministas  están  luchando  contra la violencia  generada por  el  modelo patriarcal, el cual  cultural  e  históricamente  formó seres  machistas que  cometen  feminicidio  en todas partes  del mundo.  Ellas enfrentan  al capitalismo  que  devasta  la naturaleza y genera enfermedades  en los seres  vivientes, a  causa de los productos químicos y transgénicos (p. 92).

En “Ecofeminismo: revolución espiritual y cultural” nos recuerda que

…las mujeres  sabias como las comadronas,  parteras y curanderas eran  rivales de  los eclesiásticos  y de las universidades; entonces,  la  cacería  de  brujas  era  una  campaña  bien  organizada, iniciada, financiada y ejecutada por la Iglesia y el Estado (p. 95).

En “La vida absurda del hombre” se pregunta y responde:

¿Qué  sería del  mundo sin el  hombre? Solo el  hombre  da sentido  a  todas  las  cosas,  él  es  historia  ¿Quién  podría  señalar  por  sus nombres  a  las  cosas?  Nadie,  solo  él  señala  con  su  lenguaje  todo  lo existente y no existente (p. 110).

En “La subjetividad del consumidor, ¡consumo, luego existo!” explica que:

La condición humana  de  los consumidores  del  tercer  milenio es  la del  individuo como producto  deseable  y  atractivo, puesto  en el mercado  y  promocionado  por sí  mismo.  Es  decir,  el  mercado  decide nuestras  vidas,  pues  toda  la  propaganda  y  publicidad  influye  en  los consumidores. 

La publicidad nos invade a través  del  internet,  la televisión,  los periódicos, las revistas  y  otros, seduciéndonos  para  olvidar  nuestra condición económica  y  social paupérrima (p. 112).

Finaliza desvelando que:

…hay  un  ser  colonizado  orientado  para  ser  solo  un consumidor de las mercancías;  el pobre  es  el no  comprador  que tiene  la  ideología  y  la bandera neoliberal, cree  ser  libre aunque  la propaganda  le  llenó hasta la saciedad  de  creencias  y  mitos. El sistema capitalista imperante tiene  para  rato, entonces  que  viva el egoísmo  y la lucha por la mercancía de mercancías: dinero (pp. 114-115).

En “La presión social derrotó al “revolucionario”” sostiene que:

…los revolucionarios  terminaron  siendo absorbidos por  la presión social, familiar  y  moral.  Ahora,  ¿quién  escribirá  con las letras doradas  y dirigirá  el tren de la historia? Nadie se  atreverá a poner el  cascabel  al  gato.  Hoy  la  influencia  de  los  medios  de  comunicación es  poderosa y  la economía hace  política (p. 116).

Concluye “Juicio a Dios por no ser neutral” así:

Si  Dios está  ausente  lo  que  nos queda es  ser  más  humanos,  aunque  nadie garantiza  que  el hombre  será  humano  demasiado humano, aun con  la  presencia  de  Dios  el  hombre  mata  y  crea  infiernos  para  su prójimo. Por lo tanto,  Dios no interviene  en la historia ni hemos sido creados por  él. Es mejor  que  sea así porque  no  soportaría  la  no neutralidad de Dios (pp. 120-121).

En “¿Podemos convertirnos en criminales?” menciona que:

Todos  somos  peligrosos,  pues  poseemos instrumentos de muerte, creados por la razón (p. 124). 

Por ende:

…todos  los  seres  humanos  están  propensos  al  peligro  de convertirse  en criminales. Estamos al borde  de un gran  abismo, al cual  podemos  caer por  voluntad propia o dirigidos por otros; somos capaces  de  cometer  muchas  atrocidades.  No obstante,  debemos seguir viviendo, aunque es  muy difícil llevar  una vida armónica  entre seres humanos (pp. 125-126).

Y termina el último artículo del libro recordándonos una visión idealista y justiciera de Jesús:

En  fin,  para  nosotros, Cristo debe  representar la lucha  contra la  pobreza y la injusticia.  Bien  lo  dicen Los guaraguaos, en  la  canción ¿Cristo al servicio de  quién?,  “A Cristo hay  que  liberarlo, / Él siempre quiso ser pueblo, / y hoy lo explotan  los de arriba,  / Ricos, Iglesia y Gobierno” (p. 128).

La obra reseñada evidencia la amplia cultura del autor no solo al comentar o citar, en los artículos breves de divulgación que lo componen, a filósofos –como Platón, Aquino, Maquiavelo, Descartes, Spinoza, Kant, Hobbes, Rousseau, Hegel, Nietzsche, Marx, Heidegger, Wittgenstein, Benjamin, Sartre y Foucault--, sino también a psicoanalistas –como Freud y Lacan--, literatos –como Shakespeare, Camus y Capote—, cineastas –como Buñuel, Bergman, Hitchcock, Welles, Allen, Scott, Spielberg, Levinson, Kelly & Donen, Haggis, Hathaway, Weir y De  Emmony, Bridger--, pintores –como Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, Velásquez, Goya, Picasso y Munch--, y músicos –como Beethoven y Furtwängler--.

Por otro lado, en la diagramación del libro se evidencia una carencia de un estilo formal o simplemente descuido al haber:

-7 líneas huérfanas (pp. 27, 53, 64, 71, 82, 97, 124), y

-8 líneas viudas (pp. 29, 44, 59, 62, 75, 77, 116, 121).

-8 citas, de dos párrafos, no iniciadas en líneas aparte (pp. 41, 50, 52, 53, 105, 107, 108, 112).

También encontramos evidencias de que el libro no ha sido revisado antes de publicarse, algo obligado en una editorial profesional, puesto que aparecen los siguientes errores:

-“Si  Algo  no  existe,  todo está  permitido” (p. 17) en vez de “Si  Dios  no  existe,  todo está  permitido” al citar la célebre frase de Dostoyevski. Seguramente es una libertad, sin previo aviso, de nuestro autor al igualar Algo, lo contrario a la Nada, con Dios en la p. 16.

-este párrafo solitario, inconexo e incompleto:

De este modo, se producen acciones inexplicables en la vida de los hombres, ello se muestra en la escena “Hágame una bisagra” de la película La lista de Schindler (1993), (p. 23).

En realidad es un extracto del artículo (cosa usual en los artículos de revistas como las de unahALDÍA, la publicación original digital, pero no en un libro) que luego se repite ya completado a continuación en la misma página.

-“Instituto Internacional de  Estudios  para  la Paz (SIPRI)” en vez de “Instituto Internacional de  Estudios  para  la Paz de Estocolmo (SIPRI)” (p. 44).

-“…porque aún han conocido el poder de los dueños del mundo” en vez de “…porque aún no han conocido el poder de los dueños del mundo” (p. 52).

-“…afirman fervorosamente  de haber  comprendido  a Marx…” en vez de “…afirman fervorosamente haber  comprendido  a Marx…” (pp. 52-53).

-(2008, p.369) en vez de (2008, p. 369) en la p. 61.

-(2000, p.39) en vez de (2000, p. 39) en la p. 76.

-(2011, p.57) en vez de (2011, p. 57) en la p. 77.

-(1995, p.87) en vez de (1995, p. 87) en la p. 89.

-(1966, p.294), en vez de (1966, p. 294) en la p. 101.

-(2006:92) en vez de (2006, p. 92) en la p. 103.

Al ser una recopilación de artículos de divulgación no todos tienen referencias bibliográficas. No obstante, en las que sí, hay algunas que no aparecen citadas dentro de los artículos respectivos como:

-Feinmann, p. 58.

-Fazio, p. 69

-Solé, p. 78

-Mestre, p. 96

Y hay citas que no aparecen en las referencias como:

-Vieweg, p. 81

-Galeano, p. 94

-Fazio, p. 103

-Hitler, pp. 104-106

-Russell, Freud y Nietzsche, p. 127

Los errores encontrados no debieran aparecer en libros publicados en editoriales de universidades donde, se supone, debe haber fondos no solo para imprimir y pagar a un director y personal de apoyo sino también para contratar como correctores a docentes de sus departamentos de humanidades, letras, lingüística o literatura, o caso contrario, a profesionales externos. 

De ese modo, cumplirían la actual Ley Universitaria, Ley No. 30220, Artículo 6, Fines de la universidad, acápites 6.5 Realizar y promover la investigación científica, tecnológica y humanística, la creación intelectual y artística; y 6.6 Difundir el conocimiento universal en beneficio de la humanidad. 

Así como su Artículo 7, Funciones de la universidad, acápites 7.2 Investigación; y 7.3 Extensión cultural y proyección social.

Auguramos y deseamos, de todos modos, futuras mejores ediciones al joven Fondo Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Huanta.


2 comentarios:

  1. Felicito a Manuel Abraham Paz y Miño, por las críticas constructivas que coadyuvan al logro eficiente de objetivos, tanto institucionales como personales. Agradezco al autor Roly Auccatoma Tinco por brindar parte de sus conocimientos filosóficos en este preciado libro, invitando a leerlo con esa visión aguda que algunos suelen tener.

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