Rodrigo Guiomar Carrasco Flores
Estudiante de Filosofía y Presidente, Sociedad Científica de Filosofía, Universidad Mayor de San Andrés
Correo-e: rocaflor10@gmail.com
Resumen: El latino vive su realidad en una especie de realidad dual. A nivel individual, su pueblo le dice que debe intentar parecerse a su colonizador, y el colonizador le dice que nunca llegará a parecerse a él. Esta condición la viven día a día muchos individuos, quedando en el medio, sin identidad. En tiempos de coronavirus esta realidad dual se pone en manifiesto, los gobiernos intentan imitar las medidas adoptadas por Europa, olvidando que no somos europeos y carecemos de muchos instrumentos que ellos tienen. Entonces, quedamos en el medio, se podría decir que quedamos en la orfandad. Este es el tiempo oportuno para reflexionar en las medidas que deberíamos tomar frente al coronavirus, estando conscientes que nosotros somos los otros.
Palabras clave: Condición latina, colonización, los otros, coronavirus.
Abstract: Latino/latina lives reality in a kind of dual reality. On the individual level, his/her people tell him/her that he/she must try to resemble his/her colonizer, and colonizer tells him/her that he/she will never resemble him. This condition has been lived day by day for many people, being left in the middle, without identity. In coronavirus times, this dual reality is evident, governments try to imitate the measures adopted by Europe, forgetting that we are not Europeans and we lack many instruments that they have. Then, we are in the middle, we could say that we are in the orphanhood. This is the right time to reflect on what measures we should take against the coronavirus, being conscious that we are the others.
Key words: Latino condition, colonization, the others, coronavirus.
Este sin duda es un suceso nuevo para todos que viven en estos tiempos. Es uno que la humanidad escribirá en sus diarios personales… la historia. Algunos creen que es el inicio de un cambio o un mensaje enviado por el planeta. Pero nada más lejos, esta pandemia no será la caída del sistema capitalista como propone Slavoj Žižek o algún tipo de mensaje, esta no es la primera vez que la humanidad pasa por una pandemia similar. Existieron otras pandemias que amenazaron la supervivencia humana: la gran peste, la peste, la peste negra, la peste de Londres y la gripe española. Todas y cada una de ellas con su características y consecuencias, pero ninguna de ellas fue lo suficientemente fuerte como para quebrar el sistema capitalista, pero sí produjo algunos cambios.
En lo que compete a esta pandemia, fácilmente se puede notar que las fronteras se han reducido de un estado o país a una frontera individual. Se ha privado a los individuos lo que les pertenece, la calle. Los gobiernos están adoptando medidas de control autoritarias e inconscientemente la población está empezando a normalizar estas medidas. De alguna manera el humano se está adaptando obligado por las circunstancias.
En China, Japón, Singapur y Corea del Sur la vigilancia digital ha generado un mayor control sobre el brote del virus, donde existe una especie de soberanía digital. En estos países como describe Byung-Chul Han, la individualidad no se encuentra en la mentalidad de los individuos, ni siquiera se puede decir que es un privilegio de clase, simplemente es inexistente. El individuo no piensa en una esfera individual, es convertido a una porción de su conjunto, se encuentra reducido a un instrumento de producción, en otras palabras, está instrumentalizado. En esta gran máquina de trabajo (China) los individuos son cosificados y reducidos al nivel de un engranaje, sin el cual la perfecta máquina no puede trabajar. Pero estás medidas de control extremo e instrumentalización de los individuos en comparación con los otros países y continentes está teniendo mayor eficiencia al momento de controlar el brote.
Para lograr alcanzar el estado de gran máquina nación, estos países antes de instrumentalizar a los individuos deben instrumentalizar a la razón. Solo con la razón instrumental un país puede trabajar de esta manera.
Durante la denominada Peste negra o bubónica (1347 - 1353) se tomaron medidas de seguridad muy parecidas a las que algunos países manejan en la actualidad, el origen de estas medidas es anterior al tiempo de esta peste: La distancia social, trajes de aislamiento, máscaras protectoras y confinamiento. A este periodo corresponden los famosos médicos con máscaras similares al rostro de un cuervo o simplemente médicos de la peste. La idea de las máscaras que utilizaban no era estética, sino, su objetivo era purificar el aire que respiraría el médico, rellenando el pico con diversas plantas y hierbas. Muy similar a la función que tiene un barbijo. Para dar otro ejemplo, la distancia social ya estaba presente también, los individuos tenían 2.5 metros de distancia uno del otro.
En Italia, España y Francia, se tomaron medidas similares a las de la Peste negra. Hablamos de un encierro en los domicilios de cada individuo, una reducción de fronteras y de relaciones físicas. Entonces, los gobiernos de estos países simplemente reciclan las medidas del pasado, pero es de esperarse, porque nadie pensaría que una pandemia surgiría de un día para el otro y mucho menos que pondría al mundo en un estado de emergencia.
Hasta el 29 de abril Italia tiene 27.682 muertes y 203.591 casos confirmados. España, 24.275 muertes y 236.899 casos confirmados. Francia, 24.087 muertes 169.053 casos confirmados. China, 4.512 muertes y 83.940 casos confirmados. Japón, 394 muertes y 13.736 casos confirmados. Singapur, 14 muertes y 15.641 casos confirmados. Corea del Sur, 246 muertes y 10.761 casos confirmados.
Hablando de números, los países asiáticos son los que menos muertes tienen . Podría decirse que son más eficientes, pero esto era de esperarse – como mencioné párrafos anteriores –, el coste de esta eficiencia es la instrumentalización de la razón e individuos. Es importante aclarar que este sistema no llegará a ser instaurado en otras regiones, pero sí está cobrando gran fuerza. Esta pandemia es la excusa perfecta para intentar implantar un sistema autoritario de gobierno con la idea de cuidar las vidas de los individuos, pero su consolidación en otros países aún está lejos.
Un interesante dato para reflexionar; la gripe española es por mucho la pandemia que más decesos causó para la humanidad, mató a 50 millones de personas en todo el mundo, pero en ningún momento se acató alguna medida de seguridad. En otras palabras, la vida se desarrollaba con completa normalidad, pero ahora en tiempos de coronavirus se acatan las medidas cuando el número aún se encuentra lejos ¿Por qué? La respuesta parece estar en el nuevo concepto de vida, ahora el valor de la vida tiene un nivel superior, se cree firmemente en los derechos humanos. Esta valoración de la vida ha logrado un gran desarrollo en este tiempo. Un ejemplo de su desarrollo es la nueva tendencia vegana y vegetariana, que claramente está en constante ascenso. Pero esta nueva valoración no la pueden compartir todos, ya sea por gustos o simplemente por necesidad. Con necesidad se hace referencia a Latinoamérica. Principalmente en las áreas rurales no se puede dar el pensamiento vegetariano y mucho menos el vegano, por una razón muy sencilla, no tienen la capacidad económica para reemplazar esos alimentos – o no utilizar materiales provenientes de animales, en el caso vegano –.
En Latinoamérica los gobiernos han instalado lo que los europeos han reciclado, las medidas de la peste negra. En Bolivia, algunos sectores desacataron las medidas impuestas por el gobierno ¿por qué? Sencillamente porque estas medidas no están pensadas para este contexto. Algunas poblaciones desacatan la cuarentena como si no tuvieran miedo al virus o simplemente como si no supieran de su existencia. La primera de estas dos, el miedo al virus tal vez si lo tienen, pero el desacato es una acción necesaria para poder comer en una economía que sobrevive día tras día. De alguna manera estar en cuarentena sin necesidad de salir todos los días para ganar dinero, es un privilegio, y ellos no se pueden dar ese privilegio. Para ellos es más importante comer que enfermarse. El dinero importa más que el riesgo. En la segunda, debido a la desinformación se creía que este virus fue una especie de mito para asustar a la población y así pudieran controlarlos.
Byung-Chul Han plantea que los asiáticos han controlado mejor el virus porque son más disciplinados, acatan mejor las normas y tienen el control cibernético, simplemente autoritarios. A diferencia de Europa, donde son liberales, tienen una mentalidad individual y difícilmente renuncian a su privacidad digital. Lo curioso aquí, hablando de disciplina y el acato de las reglas, los latinos somos los últimos. Entonces es de esperarse que aquí junto con el desacato y los malos sistemas de salud la curva se disparé mucho más.
Actualmente las revistas, diarios, conferencias, están llenas de críticas a los gobiernos y al sistema capitalista, que son un ejercicio muy bueno. Pero aún no es el tiempo de hacer esas críticas que claramente muchos también las tienen, lo oportuno en este momento es reflexionar qué debemos hacer los latinos. ¿Cuál es nuestro rol en este momento histórico? O ¿Cuál es el rol del latino frente al coronavirus?
El latino de alguna manera debe aguardar hasta que los poseedores de la ciencia puedan desarrollar una cura o hasta que se desarrolle medidas más oportunas. Debe pensar en cómo va a soportar, ya sea utilizando medicina tradicional para tener un poco más de resistencia, modificar su dieta con los alimentos que tiene a disposición u otros, para así poder aguantar y llegar a la nueva normalidad que será instaurada después del virus.
El sistema asiático y europeo simplemente no puede ser imitado con éxito en Latinoamérica. Porque, en el caso del primero, carece de la tecnología y disciplina para controlar y acatar estás medidas. En el segundo caso, la economía de las poblaciones, principalmente de la clase proletaria no puede soportar un aislamiento de este estilo. Ante estos acontecimientos, simplemente debe resistir con los medios que tiene.
No cabe duda que esta situación de espera es inquietante e incluso podría calificársela de mediocre, pero lamentablemente está limitado. Esta visión de esperar es desagradable y parece ser mediocre, pero, no tienen la capacidad para poder generar una cura, tampoco la costumbre de respetar las reglas y la posibilidad de quedarse todos en casa. Por este motivo simplemente queda la ilusión de la llegada de un mesías – metafóricamente hablando –, un salvador que vaya a traer esperanza, que simplemente jamás llegará. Los que tengan el privilegio de poder acatar la cuarentena deberán hacerlo, y los que no, pues deben intentar exponerse lo menos posible. Porque es seguro que los primeros difícilmente ayudarán a los segundos.
Se debe intentar fecundar una mentalidad altruista, porque los gobiernos simplemente no tienen la capacidad de hacerlo, pues están alejados de la realidad e incluso carecen de capacidad. La mentalidad altruista será difícil de instaurar, porque en los primeros días de cuarentena algunos sectores ya estaban prohibiendo el paso de enfermos, ahora incluso se bloquea el paso de los médicos por miedo a ser contagiados. Connotando que primero está el bienestar de uno mismo frente a la del otro. Cuando en la condición latina los latinos son los primeros en ser los otros, que claramente es una consecuencia de la colonización.
Hablando de una reforma ética, Markus Gabriel plantea que el paradigma dominante en este momento da una excesiva creencia a la ciencia y tecnología, dejando de lado lo ético, guiando a las poblaciones ciegamente por las primeras dos. Este pensamiento nos conduce a la reformulación de una ética y comprendo que este es un problema que debe ser abordado. La solución que él propone es una ilustración ética. Sin embargo, el momento de reflexionar será para después de la pandemia, o por lo menos para este continente. Todos los académicos hablan de una reforma, repensar, renacimiento, pero todo esto es posterior. Estos académicos pueden reflexionar en el futuro porque todos se encuentran en un continente donde no deben reflexionar en que la población debe sobrevivir día a día.
En conclusión, lo que el latino debe hacer frente al coronavirus es resistir y ayudarse mutuamente. Porque en el estado de orfandad metafísica que se encuentran solo él puede ayudarse, que sin lugar a dudas es una visión romántica.
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