viernes, 1 de mayo de 2020

EL COVID-19 Y NUESTRA “NORMALIDAD”

COVID-19 AND OUR "NORMALITY"

Ciro Marín Benítez
Lic. en Filosofía, Universidad Nacional de San Agustín, Mag. en Filosofía, mención Epistemología, Universidad Americana de Andragogía, y Docente, Universidad Nacional de San Antonio Abab del Cusco
Correo-e: mbenitezc3@gmail.com

Plaza de Armas de Lima, 
16 de marzo de 2020, foto Reuters


Resumen: Las pandemias siempre han existido y asolado el planeta, alterando a seres vivos de manera leve o grave en una región, además han ocasionado daños irreparables como pérdida de vidas y desgracias. Los virus toman posesión de nuestros cuerpos y permanecen en nosotros, pero también colonizan nuestras mentes transformando así la realidad, son una potencia que transmuta todo lo existente. Ante esto la ciencia es la encargada de encontrar la solución. Pero también el covid-19 trae consigo una axiomática enseñanza moral que nos ayuda, el descontrol en los seres humanos entregados a prácticas que finalmente terminan destruyéndonos. Hoy el planeta se ha sentido reconfortado, la Pachamama luce agraciada; también se siente intensamente un antivalor: la insolidaridad, hay mucha discriminación. Terminando esta pandemia se especula que muchos países, tendrán una severa crisis en el 2020, siendo así el peor momento para el capitalismo neoliberal, pues se cierne un incomparable desastre económico, se avecina una gran incertidumbre, las cosas ya no serán las de antes. “No queremos volver a la normalidad, porque la normalidad es el problema”. Esto será la base para reformular contractualmente todos los estados.
Palabras clave:  covid-19, ciencia, ética, Estado, corrupción.

Abstract: Pandemics have always existed and devastated the planet, altering living beings in a serious level or way in a region, they have also caused irreparable damage such as loss of life and misfortunes. Viruses take possession of our bodies and remain in us, but it also colonize our minds thus transforming reality, they are a power that transmutes everything that exists. Given this, science is in charge of finding the solution, but also covid-19 brings an axiomatic moral teaching that helps us, the lack of control in human beings given to practices that finally end up destroying us. Today the planet has felt itself comforted, the Pachamama looks graceful; an anti-value is also intensely felt: lack of solidarity, there is a lot of discrimination. Ending this pandemic, it is speculated that many countries will suffer a severe crisis in 2020, thus being the worst moment for neoliberal capitalism, as an incomparable economic disaster looms, a great uncertainty is coming, things will no longer be the same as before. "We don't want to go back to normal, because normality is the problem." This will be the basis for contractual contractual reform in all states.
Keywords: covid-19, science, values, state, corruption.


Desde  los preludios de toda civilización, las pandemias siempre han asolado el planeta, estas enfermedades se han caracterizado atacando y alterando a los seres vivos de manera leve o grave en una región y que han ocasionado daños irreparables que traen consigo las pérdidas de vidas y desgracias, consecuentemente, en un estado moderno actual regido por un abrumador sistema capitalista, ante estos hechos lamentables nos muestra el lado oscuro y no divulgado de la sociedad como son: la falta de práctica de valores axiológicos; la pobreza material, la alarmante corrupción a nivel global y la decadencia cultural existentes. Estas pandemias hoy se han encargado de destapar un aspecto no revelado de los conglomerados humanos en todo el orbe. Históricamente se han registrado varias pandemias mortales que han azolado el planeta: las que vamos a mencionar siempre han tenido origen en otros continentes, indicándonos que en esas regiones se dan las anomalías.

Euroasiafrica siempre fue el lugar genético casi de todas las pandemias como el de la viruela, según los especialistas encontraron en momias egipcias signos de esta pandemia que data del siglo  III a.n.e. esta misma enfermedad fue un gran aliado para los inconscientes invasores españoles que a su llegada  a  América ocasionaron en las sociedades originarias una gran mortandad, mermando en un 90% de la población aborigen con un gran colapso demográfico y en Europa causo la muerte en la población consistente en casi 60 millones de seres humanos en Europa, posteriormente tuvo un rebrote catastrófico de esta epidemia que tuvo una duración  hasta  el siglo XVIII, y  hoy en día la viruela se puede controlar con una vacuna, esto conllevo a un progreso de  desarrollar el conocimiento científico de manera progresiva.

El sarampión fue otra pandemia caracterizada por ser una enfermedad infecciosa exantemática que con frecuencia se presenta especialmente en niños, Se identifica por dejar unas manchas de color rojo en todo el cuerpo acompañado de fiebre y un debilitamiento general, ocasionando una amenaza en la vida del paciente. durante el periodo de incubación del sarampión no presenta signos de infección en sus víctimas, pero éstas son portadoras y contagian, luego aparecen los primeros síntomas con el sarpullido llegando así a su pleno desarrollo. Hoy tenemos el tratamiento adecuado para el sarampión, y se puede prevenir mediante la administración de la vacuna, que para el alivio de todos se logró la eliminación antes del 2010, esto nos induce a impulsar la ciencia para un bienestar futuro.

La peste negra que, según datos existentes, tiene como resultado la muerte de 200 millones de personas, es considerada la pandemia con el impacto más destructor y duradero en la historia humana.  El brote comenzó en Asia central, y desde allí en 1343, alojada en las pulgas de las ratas negras, se esparció por toda Europa, usando como medio de transporte a los barcos mercantes y la falta de higiene de los pobladores europeos de la época. Después de esta pandemia, que ocasionó serios estragos en dicho continente, Europa tardó 200 años en recuperar su nivel anterior de habitantes, consecuentemente los esfuerzos por combatir este mal nos obligaron a estar más prevenidos.

El cólera es otro virus que tiene en su haber un millón de muertes hasta hoy, que se ocasionó a causa de la falta de tratamiento de los residuos fecales o excrementos humanos y la ausencia de agua potable en las poblaciones confinadas, propias del sistema neoliberal, los que son los principales responsables de la propagación del cólera. En el siglo XIX y el XX se produjeron los casos más resaltantes de esta enfermedad en distintos puntos del continente asiático. Hechos de esta naturaleza nos recordaron la importancia de la higiene.

Otra pandemia fue la denominada gripe española que con su efecto mortal propicio 50 millones de muertes. Esta pandemia fue causada por el virus de la gripe, el H1N1, siendo la tercera más letal de la historia por las muertes que tuvo como resultado, pues mostró una tasa de mortalidad muy superior a la habitual. Según las estadísticas se estima que infectó a 500 millones de personas en todo el mundo, cerca del 27% de la población global. El indicador de esta pandemia fue que no ocurrió en España, porque este país se mantuvo al margen del conflicto bélico de esa época y por eso informaba de los casos sin censura, y por ello fue denominada como gripe española, cuando realmente ésta se hizo notar con intensidad sobre todo en EEUU.

El VIH o sida es otra pandemia de reciente data que ha causado notables cifras de mortandad en el planeta, ocasionada por el virus de inmunodeficiencia humana supuestamente originado en primates del África central y occidental en el siglo XX. la pandemia tuvo sus orígenes en la aparición de una cepa específica, el subgrupo M del VIH-1, en el Congo africano, y no se pudo controlar en 1981. Hoy tenemos datos que esta pandemia ha producido 35 millones de muertes, y actualmente hay 37,9 millones de personas que están infectadas con VIH en el planeta, la región más afectada es el África subsahariana, según informaciones reales el 61% de las nuevas infecciones provienen de este continente. Tal vez nos hace una remembranza de mantener la fidelidad conyugal.

El covid-19
Esta actual pandemia que asola la tierra es dimensionalmente fulminante, que apenas tiene unos cien días en el planeta. Se supone que se manifestó primero en una ciudad oriental, Wuhan, en China, de donde este virus ha recorrido ya todo el orbe, y ha forzado a entrar en cuarentena a miles de millones de seres humanos. Los especialistas señalan que esta pandemia tuvo un antecedente llamado el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) que según datos fue una enfermedad provocada por un coronavirus distinto del causante del actual covid-19.

Sobre el origen del covid-19, los chinos acusan al ejército estadounidense de crear el virus como arma bacteriológica y la dispersaron en China en octubre de 2019, mientras Donald Trump incriminó repetidas veces a Pekín (INFOBAE, 2020) y presentará una demanda por billones de dólares por atentar contra la salud mundial tildando al covid-19 de “el virus chino”. Pero realmente hasta hoy no sabemos lo preocupante que es si el virus ya ha mutado o va a mutar, pues estos seres microscópicos tienen cualidades sorprendentes como ya sido conceptuado (Galocha, 2020): “los virus son inquietantes porque no están vivos ni muertos. No están vivos porque no pueden reproducirse por sí mismos. No están muertos porque pueden entrar en nuestras células, secuestrar su estructura y replicarse. Y en eso son eficaces y sofisticados porque llevan millones de años desarrollando nuevas maneras de burlar nuestro sistema inmune”. Este virus penetra, por la nariz, por los ojos o por la boca en su víctima, se replica exponencialmente al invadir un cuerpo humano, ataca, el tracto respiratorio superior, desde la nariz a la garganta, desde ese momento esa persona no siente nada y se torna una potente bomba bacteriológica que diseminara masivamente en su entorno al hablar o al respirar este virus.

En países con solvente capacidad sanitaria para resistir esta pandemia como China, Italia, España, Francia, Reino Unido y EEUU, los especialistas en salud fueron fácilmente sobrepasados. Faltaron material de protección, mascarillas, camas en las UCI, respiradores mecánicos, etc. y las autoridades recurrieron al apoyo de las Fuerzas Armadas para construir rápidamente hospitales de campaña con miles de camas, confesando no haber previsto esta álgida situación de enfermos.

El otro efecto del covid-19
La amenaza del covid-19 no es sólo externamente inminente, porque todo virus toma posesión de nuestros cuerpos y permanece en nosotros, pero también afecta nuestras mentes, realiza cambios radicales en nuestros modos de pensar, ahí empiezan las grandes transformaciones de la realidad deficiente (Kuhn, 1962): “si la anomalía es lo suficientemente esencial como para poner en entredicho algunos de los elementos más esenciales del Paradigma anterior, entonces se podrá producir el surgimiento de un nuevo Paradigma”, o sea, cambiar este modelo de sistema actual que tenemos. Esto nos obliga a cambiar el covid-19, que es una potencia que transmuta todo lo existente y que a ella le debemos, sin querer, lo que somos y nos obliga a cambiar nuestro modo de vida. Eso lo demuestra la ciencia de la biología, porque el origen de nuestro ADN está en los virus, uno de los materialistas griegos, Anaxágoras de Clazomene, decía que estábamos hechos de “todo”, esto comprende que nuestro componente es materia viva, inerte y minerales. Entonces, el virus está y estará siempre en nuestras vidas, sin ellos no existiríamos.

En esta pandemia, hoy somos conscientes que está no es una crisis exclusivamente sanitaria, sépase que ha tocado la esencia de todo lo existente, porque causa trastornos en el conjunto de todo el plano social, a la totalidad de los funcionarios estatales y la conciencia de cada persona, además en la particularidad misma de los valores axiológicos. Todos estamos sufriendo miedo e incertidumbre, algo nunca experimentado. Convencidos de que nuestra historia continúa y aquella teoría del "fin de la historia" es realmente una falacia, ahora sabemos que la historia es impredecible, nuestras sociedades titubean sacudidas por este cataclismo cósmico y definitivamente este sistema se derrumba. Cuando todo esto termine, la vida ya no será la misma, habremos superado esta situación y habremos mejorado. tal es así que las recalcitrantes protestas sociales y los aprestos de guerra del Imperio que se habían generalizado en cada continente desde Hong Kong, Ecuador, Santiago de Chile, Teherán, Bagdad, Beirut, Argel, París, Barcelona y Bogotá. Esta pandemia del coronavirus las ha apagado una a una, y a medida que se extendía, rápido y furioso por el mundo a las escenas de masas festivas ocupando calles, plazas y hospitales, hoy suceden las insólitas imágenes de avenidas vacías, mudas, espectrales. Enseñas silenciosas que marcarán el recuerdo de este extraño momento traumático.

Los medios de comunicación, en particular la prensa peruana, por lo denigrante de su actuado que despliega, deben ser denominados como los medios de desinformación porque distorsionan o silencian la solidaridad médica desplegada de Cuba, el apoyo incondicional de China, mientras realizan una cobertura universal y permanente de la pandemia como nunca se había visto. Sin considerar las guerras desatadas por el Imperio, semejante envergadura global no había ocurrido jamás. Ni cuando cayó el Muro de Berlín, por ello que la OMS llamo infodemia a esta anomalía. El miedo al covid-19 y el deseo de sobreinformarse y el ansia de entender todo lo relacionado con la plaga han creado un caldo de cultivo para noticias tóxicas. Éstas se han propagado con mayor velocidad que el nuevo virus. en las redes sociales los sistemas de mensajería móvil se han convertido en verdaderas fábricas continuas de infundios y engaños. Según cálculos el 88% de gente que acudieron a las redes sociales para informarse sobre la pandemia fueron infectadas por fake news inconscientes del peligro que puede causar la desinformación (Watchity, 2020). Es sabido que las noticias falsas se difunden diez veces más rápido que las verdaderas; otros efectos, con más de la mitad de la humanidad confinada en estas semanas en sus casas, la apoteosis digital jamás alcanzada del Internet y sus múltiples variantes como: Twitter, Mastodon, Facebook, WhatsApp, Messenger, Instagram, YouTube, LinkedIn, Reddit, Snapchat, Amino, Signal, Telegram, resultaron más oportunas e invasivas.

La Ciencia, el conocimiento más fiable
Ante esta pandemia como actuamos los seres humanos y las instituciones Angustiados confiadamente vuelven sus ojos hacia la ciencia y los científicos, implorando el descubrimiento de una vacuna salvadora cuyo proceso requerirá largos meses. Porque solo la ciencia conoce que el sistema inmunitario humano necesita tiempo para producir anticuerpos, y algunos efectos secundarios peligrosos pueden tardar en manifestarse. Sin dejar de lado un aspecto importante la buena conducta moral desde el gobernante hasta los trabajadores de limpieza como en la antigüedad algún griego reflexivo mencionara (Galeno de Pérgamo, 1969): “salud y enfermedad serán un problema de responsabilidad moral”. Hecho que tal vez debido a una educación contemporánea los especialistas no desarrollan, no estudian, ni aplican el aporte de los clásicos de la medicina con la generosa dosis de filosofía. Pues hoy esta ciencia tan humana de la medicina, al parecer, se practica como mero mercantilismo solo para lucrar.

Si realmente deseamos poner una solución a esta difícil situación en Occidente, muchos siglos antes de nuestra era, el padre de la medicina profirió una sabia sentencia (Hipócrates de Cos, 1969): “Antes de determinar qué clase de enfermedad tiene el paciente, determinemos que clase de paciente tiene la enfermedad”.

Así, en momentos de pandemia, el gobernante debe tener en su entorno personas que reúnan esa reflexión y virtudes y, sin duda, dada la especialidad para ello, son los médicos y enfermeras, cuando la política no sigue los pasos del saber científico y humanístico, entonces, las consecuencias son terribles para la sociedad. El estrés y la muerte de estos profesionales no es debido al mismo virus, sino a la escasa atención del gobierno con estos profesionales.

La política de intereses mezquinos ha sido puesta en cuestión, por una política de la solidaridad, sostenida y respaldada en la ciencia. Hoy, como en antaño, la pugna existente entre un conocimiento racional basado en la ciencia y la otra concepción, respaldada en la religión, quedó demostrado por enésima vez que la espiritualidad es individual, que no tendrá validez universal como el conocimiento científico, pues hemos visto que el papa se encerró en el Vaticano y ningún pastor de alguna secta religiosa ha salvado vidas del coronavirus.

La ética y axiología
Desde un enfoque ético, el virus trae consigo una axiomática enseñanza moral que nos ayuda significativamente a rebajar nuestra vanidad de especie. Este diminuto ser puede interrumpir la lógica acelerada de la natalidad mundial. Siempre habrá un descontrol en muchas razas e individuos entregados a prácticas que finalmente terminan destruyéndolos, todo lo que controlan ellos, las convincentes experiencias están a la vista en la actualidad, acuérdense de Hiroshima, Chernóbil o Fukushima.

En esta traumática realidad, la condición de la vida digna que recomienda la ética, es la misma vida. En la cultura tawantinsuyana este axioma no era ignorado por algún Q’apaq o gobernante según nos relata la historia. Hoy, uno de los debates que han surgido en todos los países afectados por el covid-19, ha sido en torno al dilema economía o vida. Y muchas autoridades se han pronunciado por proteger la economía y menospreciar a este virus generalizado que ha costado miles de vidas humanas. quieren hacernos ver que este virus es direccionado según los intereses del darwinismo social de la economía global.

Los estados neoliberales pensaron que la vida digna y virtuosa eran el gozo y el consumo desmedido. Y no se prepararon para defender la vida, craso error, no consideraron el consejo de Fidel Castro que sentenció: “acabemos con el hambre y no con el hombre”. Todo gobernante debe tener como cualidad, preocuparse moralmente por sus conciudadanos para lo cual debe producir, reproducir y aumentar responsablemente la vida concreta de cada individuo, familia y pueblo, que en eso consiste la vida cultural e histórica, teniendo en cuenta que la felicidad es el fin supremo basado en valores axiológicos.

En esta pandemia el sistema neoliberal es ampliamente criticado, por sus políticas devastadoras de privatización de los sistemas de salud que eran estatales, que hoy han resultado criminales, propiciando enormes problemas, como es afirmado (Yuval Noah, 2018): “Los Gobiernos que ahorraron gastos en los últimos años recortando los servicios de salud, ahora gastarán mucho más a causa de la epidemia”. Estos hechos lo hemos percibido en los medios de comunicación, gritos de agonía de los miles de enfermos en el mundo, muertos por no disponer de camas en las UCI, actos condenables a las privatizaciones, de los recortes limitativos y de las políticas injustamente aplicadas. Hoy deseamos ser solidarios, reindustrializar, tener soberanía farmacéutica y sanitaria. Términos que el neoliberalismo estigmatizó, acorraló y desterró: solidaridad. Un miembro ejecutivo del Programa Alimentario Mundial (PAM), mencionó que se aproxima una situación catastrófica aseverando (Beasley, 2020): “Estamos al borde de una "pandemia de desnutrición". El número de personas que sufren de hambre severa podría duplicarse de aquí a final de año, superando la cifra de 250 millones de personas”.

Entonces quienes segregan son las sociedades desigualitarias, ellas mercantilizan la salud, los grupos sociales pobres, discriminados, marginados, explotados quedan mucho más expuestos a la infección. Inevitablemente esas personas se convirtieron en focos de infección, ante la injusticia y falta de solidaridad de sus gobernantes locales y nacionales. La principal superpotencia del planeta, Estados Unidos, con todo su poderío, ha renunciado a encabezar la lucha sanitaria y a ayudar a los enfermos del mundo. Pero cual fariseo ofreció ayuda a países como el Perú que no la necesitan en la condición que otros si claman por ella, como los países que sufren el bloqueo económico como: Venezuela, Cuba, Siria, etc. Entre tanto, el covid-19 está causando, en aquel país, decenas de miles de muertos. Y la situación se puede agravar a nivel global porque muchos no poseen seguro médico y otra gran cantidad son trabajadores ilegales que están en las grandes urbes en calidad de asilados económicos, indocumentados, que no se atreven a acudir a los hospitales.

Se siente intensamente un antivalor contrario a lo axiológico: la  insolidaridad, ahora que somos asolados por el covid-19 en nuestra cotidianidad, crece la sospecha y la suspicacia con los ancianos y se mira con suspicacia al extranjero, al enfermo, ellos son discriminados, muchos fallecieron ante cámaras en lugares alejados de la capital del país, como en Loreto. Es cierto que las personas mayores constituyen el grupo con mayor índice de mortalidad. Según un vicegobernador en Estados Unidos: “Los abuelos deberían sacrificarse y dejarse morir para salvar la economía”, “no se deben admitir en las UCI a personas demasiado viejas o demasiado débiles”, advertencias absurdas como explica una enfermera (CNN, 2020): “El covid-19 es mortal. Y puedo decir que no distingue límite de edad. Ni color. Ni talla. Ni origen. Ni clase social. Ni nada. Atacará a cualquiera”.

Por otro lado, en pleno azote del covid-19, las grandes empresas mineras han seguido exigiendo que los trabajadores regresen a sus puestos para salvar la economía. Esta plaga si nos convenció que es el Estado, y no el mercado, el que salva. Este argumento es respaldado por: (Chomsky, 2020) “Esta crisis es el enésimo ejemplo del fracaso del mercado. Y un ejemplo también de la realidad de la amenaza de una catástrofe medioambiental. El asalto neoliberal ha dejado a los hospitales desprovistos de recursos. Las camas de los hospitales fueron suprimidas en nombre de la “eficiencia económica” (…). El Gobierno estadounidense y las multinacionales farmacéuticas sabían, desde hace años, que existía una gran probabilidad de que se produjese una pandemia. Pero, como prepararse para ello no era bueno para los negocios, no se hizo nada”.

La reacción de la naturaleza
Hay una luz de esperanza de que el planeta se ha sentido reconfortado por este inesperado stand bye, se siente el aire más transparente, la vida animal se ha manifestado más libremente. Especialistas han comunicado que el agujero de la capa de ozono ha sido cubierto y hoy se aprecia que la contaminación atmosférica se ha paralizado, está limpia de polución, la Pachamama luce agraciada, como advirtiéndonos: cuidado que la próxima parada puede ser el colapso final. Hoy sabemos que todo reside en las actitudes depredadoras del ecosistema a la predestinación del cambio climático. El origen es el modelo de producción que durante decenios saquea desmedidamente la naturaleza modificando el clima. Por lo tanto, los virus del planeta somos los humanos. Las culturas ancestrales ya habían advertido que la destrucción humana de la biodiversidad está creando las condiciones propicias para que nuevos virus y enfermedades aparezcan. Cuando las actividades humanas entran en contacto con la fauna salvaje, un patógeno puede saltar e infectar animales domésticos y de ahí saltar de nuevo a los humanos; o directamente de un animal salvaje a los humanos (…) Murciélagos, primates e incluso caracoles pueden tener enfermedades que, en un momento dado, cuando alteramos sus hábitats naturales, pueden saltar a los humanos. Y atónitos podemos apreciar que el planeta se regenera rápidamente sin humanos.

En el plano geopolítico, la inesperada irrupción del coronavirus, ha pateado el tablero de ajedrez del sistema mundo. Los campos de guerra en Libia, Siria, Yemen, Afganistán, Sahel, Gaza, etc. se han acallado sus combates … el covid 19 ha impuesto de facto autoritariamente, mejor que cualquier organismo internacional, la Pax Coronavírica, asestó un temible golpe al liderazgo mundial de los Estados Unidos que no han sabido ayudarse ellos ni ayudar a nadie. China en cambio, después de un comienzo errático en el combate contra la nueva plaga, ha conseguido recobrarse, enviar ayuda a un centenar de países, y parece sobreponerse al mayor trauma sufrido por la humanidad desde hace siglos.

El devenir del nuevo orden mundial podría estar jugándose en estos momentos. De todos modos, la impactante realidad es que las potencias más poderosas y las tecnologías más sofisticadas han resultado incapaces de frenar la expansión mundial del covid-19, enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2 (9), el nuevo gran asesino planetario.

El covid-19 obliga a rediseñar la economía
La economía mundial está paralizada a causa de la primera cuarentena global de la historia la crisis se avizora amenazante. Se especula que ciento setenta países, de los ciento noventa y cinco que existen tendrán una severa crisis en el 2020. Es el peor momento para el capitalismo, pues se cierne un incomparable desastre económico a causa de sus desmedidas ambiciones, y como nunca la economía mundial paró tan abruptamente. Varios centenares de millones de trabajadores han perdido su empleo, total o parcialmente, los obreros pagarán el precio más alto.

Quinientos millones de personas podrían retornar de nuevo a la pobreza. Esta crisis económica, mundial, será la peor y superará en profundidad a la crisis de 1929. La pandemia produce un rechazo general del capitalismo, se menciona (La Vanguardia, 2020) que el 1% de los ricos del mundo posee más que el 99% restante. El mercado bursátil ha caído estrepitosamente los brókeres se espantan ante estas caídas históricas de sus inversores. El petróleo ha caído a un abismo sin fondo, bajo a $37 dólares, hundimiento jamás visto, excelente para los países importadores como China, Japón, Alemania, Francia, Corea del Sur, y nefasto para los Estados exportadores como: Rusia, Nigeria, México, Venezuela. Nadie tiene una idea precisa de las dimensiones del cataclismo.

Ahora vemos con claridad que el modelo económico-comercial dominante al que estamos sometidos, ha evidenciado una pobre y vergonzosa infraestructura sanitaria, una educación que refleja una paupérrima preparación con un ausentismo de inspiración y creatividad en lo científico tecnológico. Con estas cualidades no se puede hacer frente a una pandemia como la que nos ataca. Bajo este realismo nuestros educandos no nos brindarán la solución para remediar esta pandemia que está en proceso, la solución más que seguro vendrá de algún laboratorio extranjero, jamás será un producto autónomo. Martin Vizcarra para aliviar la peste, recurrió a la encerrona vía cuarentena con toque de queda, mascarilla obligatoria, la importación sobrevalorada de ventiladoras mecánicos y los colegios de profesionales existentes, como el de biólogos, o la tan mentada Universidad Nacional de Ingeniería que no atinan a fabricar un respirador mecánico y otros instrumentos adecuados que son necesarios para estas situaciones.

Ya no a una economía basada en las importaciones. Diversos sectores industriales serán sin duda repatriados, ya que es indispensable desarrollar y aplicar la idea de planificar, como se anunció, por ejemplo (Macrone, 2020): “reconstruir una independencia agrícola, sanitaria, industrial y tecnológica francesa”. Porque la globalización no unificó a los pueblos, pero ha favorecido los egoísmos, las fracturas y el ultranacionalismo. Esta tragedia del covid-19 enrumbará, sin duda, a las naciones hacia un nuevo orden económico mundial más justo.

Las AFPs en esta pandemia adoptaron un papel mafioso, dándonos a entender que no son un sistema privado de pensiones, sino un obligatorio sistema de ahorro y continúan con sus operaciones con descarada normalidad, cobrando las comisiones a los afiliados amparados por su influencia económica y política. Entonces, es urgente la reforma integral del sistema de pensiones, público y privado, en el Perú. Las actuales reformas vigentes fueron copiadas de los vecinos del sur con Fujimori en 1992, siendo ministro Carlos Boloña que luego se volvió inversionista de una AFP, prometiendo eficiencia, alterando toda la estructura o sea privatizándola, hoy esto nos revela esta coyuntura del covid-19.

Estos riesgos y problemas, hoy acentuados, manejan 170,000 millones de soles las cuatro integrantes AFPs: Prima, Profuturo, Integra y Hábitat, que carecen de una debida regulación estatal y se tornaron un oligopolio que maneja las pensiones cobrando supercomisiones dada la permisividad del Estado, donando descaradamente US$ 3.65 millones a Keiko Fujimori.

Por hacer
Todos los países siguen enfrentando la embestida de la pandemia, pero este se manifestará a largo plazo y probablemente el virus, después de mutar, retorne. Por su actual manifestación, entonces, se avecina una gran incertidumbre con severas transformaciones en nuestra realidad. las cosas ya no serán las de antes. Como lo anuncian los memes que han circulado en estos días: “No queremos volver a la normalidad, porque la normalidad es el problema”. Claro, la pandemia es el resultado de esta normalidad. Esta trastornada experiencia será la base para reformular social y contractualmente los países, pero esta vez sin olvidar la solidaridad, sin exclusiones sociales, entonces, diseñaremos una economía política fundada en el cuidado y el resarcimiento. La seguridad nacional hoy tiene que ser entendida en una equitativa redistribución de la riqueza, una seria fiscalización para evitar las grandes desigualdades, y consolidar un real Estado de bienestar, sobre todo la salud pública, ésta no debe ser  empresas para tratar a los pacientes como mercancías. Detener el consumismo furioso y acabar con la idea del crecimiento infinito de unos pocos, convencidos de que nuestra realidad no da para más. Agoniza, además descartando el absurdo planteamiento materialista que la materia es inerte y hay que dominarla y explotarla. Es momento de aplicar la transición energética natural sin contaminar la Pachamama, que ésta sea la base del nuevo orden económico mundial no más el capitalismo devastador.

Sociedades enteras ahora enclaustradas, controladas y aterrorizadas hoy, reflexionan en su aislamiento, habrán  pensado sobre este sistema maldito, con pensamientos indignados contra diversas instituciones de poder, acusadas de mala gestión de esta pandemia, lo veremos muy pronto. Porque se siente la rabia popular esperemos que, acusadas por la situación, lo piensen sinceramente, conscientes de que los cambios sociales son indispensables a través de la historia  de la humana.

Después de  ella pandemia nuevo orden mundial no surgirá por arte de magia. Tendremos que luchar por él, sépase que después del susto, los dominantes, por mucho que se hayan tambaleado, se esforzarán por retomar el control y más violentamente, pero seamos razonables ya no se desea el estado de las desigualdades permanentes que ya lo saboreamos con amargura.

Los gobiernos en su mayoría han desempeñado un papel insatisfactorio, no han estado a la altura de este descomunal desafío. El presidente de Brasil, Bolsonaro, sigue exhibiendo una actitud negacionista, su homólogo mexicano, López Obrador, no tomó en serio esta pandemia, el presidente ecuatoriano, Moreno, perdió el control total de la situación. Cuando se controle al coronavirus, estos responsables tendrán que rendir cuentas ante la justicia. Hemos visto absortos que ningún país, o super potencia, puede vencer la pandemia de manera local. Las grandes potencias se han mostrado incapaces de coordinarse a nivel global. Ninguna voz, ni siquiera la del Secretario General la ONU, el Dalai Lama, los Premios Nobel o el propio Papa, fue audible en medio de esta terrible pandemia.  Donald Trump que se ha ganado, por su pésima gestión, la distinción (Boot, 2020) de ser:  “el peor presidente estadounidense de todos los tiempos” y que dejó desnudas su impostura e incompetencia.

Conclusiones:
1ra. las pandemias siempre han asolado el planeta, y se han caracterizado por atacar y alterar a los seres vivos de manera leve o grave en una región y han ocasionado daños irreparables con pérdida de vidas y desgracias.

2da. los virus toman posesión de nuestros cuerpos y permanecen en nosotros, pero también colonizan nuestras mentes, realizan cambios radicales en nuestros modos de pensar, en grandes transformaciones de la realidad, son una potencia que transmuta todo lo existente.

3ra. la ciencia es la encargada de encontrar la solución porque conoce que el sistema inmunitario humano necesita tiempo para producir anticuerpos, y algunos efectos secundarios peligrosos pueden tardar en manifestarse.

4ta. el covid-19 trae consigo una axiomática enseñanza moral que nos ayuda a rebajar nuestra vanidad de especie, porque siempre habrá un descontrol en muchas razas e individuos entregados a prácticas que finalmente terminan destruyéndonos, todo lo controlan ellos.

5ta. hoy el planeta se ha sentido reconfortado, se siente el aire más transparente, la vida animal se ha manifestado más libremente. La rotura de la capa de ozono ha sido reparada, la contaminación se ha paralizado, está limpia de polución, la Pachamama luce agraciada.

6ta. con esta pandemia se siente intensamente un antivalor contrario axiológicamente: la insolidaridad, crece la sospecha y la suspicacia con los ancianos y se mira con sospecha al extranjero, al enfermo, ellos son discriminados.

7ma. se especula que ciento setenta países, de los ciento noventa y cinco que existen, tendrán una severa crisis en el 2020, es el peor momento para el capitalismo, pues se cierne un incomparable desastre económico a causa de sus desmedidas ambiciones.

8va. se avecina una gran incertidumbre con serias transformaciones, las cosas ya no serán las de antes. “No queremos volver a la normalidad, porque la normalidad es el problema”. Esto será la base para reformular contractualmente el Estado.


Bibliografía:
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Boot, M. (08 de abril de 2020). el peor presidente. Washington Post, pág. 2.
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Hipócrates de Cos (1969). Tratados hipocraticos. Madrid: Gredos.
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Kunh, T. (1962). La estructura de las revoluciones cientificas. Chicago: Universidad de Chicago.
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Watchity (29 de abril de 2020). Fake News en España. El peligro de la desinformación. Obtenido de Watchity: https://www.watchity.com/es/blog/fake-news-el-peligro-de-la-desinformacion/
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Yuval Noah, H. (2018). 21 lecciones para siglo XXI. Madrid: Spegiel & Grau Jonathan Cape.



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